La Unión General de Trabajadores (UGT) denuncia que las desigualdades entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo, con mayores tasas de paro femenino, interrupciones en sus carreras de cotización, más temporalidad, salarios inferiores, etc… está aumentando la brecha de género en las prestaciones por desempleo. Una situación que se ha visto agravada por la crisis del coronavirus, donde las mujeres han sido las más afectadas por la pandemia.
Así lo recoge el sindicato en el informe ‘Mujeres al frente, mujeres a la retaguardia. COVID-19, empleo y protección social’, donde señala que durante el primer trimestre de 2020 la tasa de paro de las mujeres en la Comunitat Valenciana fue del 16,10 %, más de 3 puntos superior a la de los hombres. De los 348.700 desempleados en la región, un 50,87 % son mujeres. Estas representan el 50,12 % de la prestación contributiva en la Comunitat, mientras que son mayoría en el nivel asistencial: en el subsidio por desempleo son el 56,21 %, llegando hasta el 67,64 % en la Renta Activa de Inserción.
A nivel nacional, en el mes de marzo, el 53% de las personas beneficiarias del conjunto de prestaciones por desempleo fueron mujeres, por un 47% de hombres. Sin embargo, si tenemos en cuenta el tipo de prestación reconocida, las mujeres son el 49,17% de la prestación contributiva, por contra son más en el subsidio desempleo (54,36%), llegando hasta más del 60% como beneficiarias del subsidio agrario o en la Renta Activa de Inserción. De esta forma, en esta última modalidad, el 64,56% de perceptoras son mujeres y en el Programa de Activación para el Empleo, también más del 60% de las personas beneficiarias son ellas.
Brecha también en la cuantía de la prestación
UGT denuncia que, además de existir una brecha de género en la percepción de las prestaciones, también existe en la cuantía de las mismas. La brecha en la cuantía media bruta diaria de la prestación por desempleo alcanza el 18%.
En este sentido, los hombres cobran 30,71€ de cuantía bruta media diaria mientras las mujeres cobran 26,11€. Por tanto, las mujeres cobran 4,6€ menos al día que los hombres, que se traduce en una brecha de género que alcanza el 17,98%. Esta diferencia es el resultado de la brecha salarial que sufren las mujeres cuando están trabajando, sus salarios son menores y, por tanto, sus beses de cotización son menores y se traducen en cuantías inferiores en la prestación contributiva por desempleo.
Estos datos ponen de manifiesto como las mujeres son mayoría de las beneficiarias de las prestaciones de carácter asistencial, debido a las dificultades para acceder y mantenerse en el empleo y su dificultad para generar derecho a la prestación contributiva, en la que es necesario como mínimo, tener un periodo mínimo de cotización de trescientos sesenta días dentro de los seis años anteriores a la situación legal de desempleo.
El COVID-19 ha agravado las desigualdades laborales de género
Todo ello se ha visto agravado por la crisis del coronavirus, donde las mujeres han sido las más afectadas por la pandemia, un 56,16% del total de personas que la han sufrido de manera más directa. Esto es debido a que ellas han estado más expuestas tanto por la concentración del desempeño de trabajos de primera línea durante la crisis sanitaria, como por la asunción de cuidados en la familia que ha venido siendo tradicional en los hogares.
De esta forma, las mujeres son mayoría en los que han sido llamados trabajos de primera línea en España, con 1.310.000 mujeres ocupadas en estos sectores de actividad, por 401.700 hombres. En concreto, las trabajadoras de las Actividades Sanitarias y de Servicios Sociales son mayoría, su trabajo está infravalorado y soportan una brecha salarial del 29,33 % frente a sus compañeros.
A excepción de las mujeres ocupadas en las Actividades Financieras, todas las mujeres que están trabajando en la primera línea de la crisis sanitaria, y en los denominados trabajos esenciales, perciben salarios inferiores a los hombres.