Quebec, la France au Canadá
Canadá es un país impresionante. Unas 20 veces más grande que España y con una población de unos 37 millones de habitantes. Es fácil imaginar la vasta extensión de territorio sin apenas población. De hecho, solemos viajar o a la zona este (Montreal, Toronto, Otawa, Quebec), o a la costa este (Vancouver…, y poco más).
De Vancouver a Quebec hay cerca de 5.000 kilómetros, una distancia que no es fácil de asimilar para un europeo, pues de Algeciras a Helsinki hay alrededor de 4.500 kilómetros, por tener una referencia. Es una travesía que me ha apetecido hacer, pero para la que nunca he encontrado el momento. Siempre imagino hacerla en autocaravana y disfrutar cada minuto del extraordinario paisaje.
Quebec tiene algo especial, singular. Junto con Montreal, su lengua oficial es el francés, y siempre me había impactado la imagen congelada del río San Lorenzo, que conecta el océano atlántico con los Grandes Lagos, donde están las cataratas del Niágara. Y es que, en enero, la temperatura media está en torno a -13º C.
Pero la visita que hoy reseñamos fue en una época más propicia, pues durante los meses de invierno es probable que no puedas moverte ni circular. Ellos están adaptados, pero nosotros no. Lo entendí en un viaje en invierno a Montreal, recorriendo sus galerías comerciales subterráneas. Impresionante. En la superficie el frío era demoledor.
Castillo de Frontenac
Quería conocer el Castillo de Frontenac, que realmente es un hotel (mejor alojarse en él), que ha sido en muchas ocasiones utilizado como la imagen de Quebec. Posiblemente, es el hotel más fotografiado del mundo. Es una delicia. Abierto a finales del XIX y construido al perfecto estilo de los castillos franceses.
El objetivo en su día fue promover el turismo de lujo. Ver su imagen posiblemente ya lo dice todo.
Además, está junto a la zona histórica de Quebec y con unas vistas sobre el río San Lorenzo espectaculares, porque cuenta con un paseo junto al acantilado que es una maravilla recorrer.
Quebec fue el centro político de la “Nueva Francia” entre los siglos XVI y XVIII, y por supuesto tiene la Basilique-Cathédrale Notre-Dame de Quebec.
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