Viernes, 19 de Abril de 2024
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¿Cómo afectará la subida del SMI a los trabajadores autónomos valencianos?

¿Cómo afectará la subida del SMI a los trabajadores autónomos valencianos?

El salario mínimo interprofesional (SMI) subirá un 5,5 % con respecto al año anterior. Pasará de los 900 euros brutos mensuales (12.600 euros al año en 14 pagas), a 950 euros al mes (13.3000 en 14 pagas), una medida que afectará de manera directa a 2 millones de trabajadores en España y que se suma al histórico aumento del 22,3 % del SMI en 2019. Es el acuerdo al que llegaron este martes sindicatos y patronal tras reunirse con la nueva ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.

¿Qué efectos tendrá para los autónomos este incremento del SMI? Para la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), esta medida ahondará en los «daños» producidos por la anterior subida del salario mínimo. «No nos gusta», sentencia Lorenzo Amor, presidente de ATA, aunque puntualiza que, dada la «prerrogativa que tiene el gobierno de hacerlo vía decreto» y que «la petición inicial era de subirlo a 1.000 euros», la subida a 950 euros «es el menor de los males».

Añade, además, que celebra que la decisión haya sido tomada teniendo en cuenta a los agentes sociales. «Espero que sea algo que se repita a lo largo de la legislatura y que se puedan alcanzar grandes acuerdos y consensos», expone Amor. Por último, pide al Gobierno que tenga en cuenta a los colectivos a los que afecta esta medida como a los autónomos «que tienen a un 41 % de sus trabajadores cobrando el SMI» y, en esta línea, solicita que se aumente la cuantía de los contratos públicos que son solicitados por trabajadores autónomos.

La Comunitat Valenciana tiene más de 352.000 trabajadores autónomos, la mayoría de ellos, un 26,2 % se dedican al comercio, uno de los sectores que más notará el aumento del SMI. En concreto, los trabajadores por cuenta propia con empleados verán incrementados sus costes laborales en alrededor de 910 euros anuales por empleado, siempre que este percibiera el salario mínimo. Así se desprende de las tablas salariales contempladas por ATA.

Fuente: ATA.

«La subida del SMI va a beneficiar a los autónomos», indica, por su parte, Javier Pastor, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA PV), quien señala que este incremento salarial «supondrá, a groso modo, 1.500 millones más de euros en la calle», lo que incrementará el consumo de las familias. «Nuestros clientes preferenciales son los trabajadores. Si estos están bien pagados y pueden vivir bien, nosotros también vamos a poder vivir», asevera Pastor.

Añade que el incremento de 910 euros anuales en los costes laborales no va a suponer un perjuicio para la contratación de trabajadores y va más allá, y señala que el Gobierno «tendrá que seguir subiendo el SMI porque necesitamos salarios decentes».

Repercusión del incremento del SMI

Este incremento en 50 euros del SMI se une al que ya aprobó el ejecutivo de Pedro Sánchez en 2019, un incremento del 22,3 %, el mayor en 40 años, que fue duramente criticado por las previsibles consecuencias negativas sobre el empleo que acarrearía. De este modo, por ejemplo, el Banco de España cifró en 125.000 los puestos de trabajo que se perderían debido a dicha subida. Una cifra que no se ha llegado a cumplir.

Por su parte, BBVA Research, en unas primeras estimaciones, apunta que en España se habrían dejado de crear unos 45.000 empleos en términos netos a lo largo de 2019 debido a la subida del SMI, una cifra equivalente a 0,4 puntos porcentuales menos de afiliación a la Seguridad Social sobre la variación promedio registrada en 2017 y 2018.

Pese a ello, señala el informe que «las repercusiones del incremento del salario mínimo sobre el empleo continúan siendo limitadas». Apunta, a su vez, que los registros de 2019 muestran un comportamiento ligeramente menos favorable de la afiliación a la Seguridad Social entre los jóvenes, los ocupados en actividades de servicios que tradicionalmente tienen salarios bajos, como el comercio o la hostelería, y los residentes en Andalucía, Canarias, Extremadura y la Región de Murcia.

En los colectivos con mayor cobertura del SMI, el número de cotizantes aumentó el 2,8 % en 2019, un punto menos que en el promedio 2017-2018. En los restantes grupos, la ralentización del crecimiento de la afiliación fue menor (en torno a seis décimas).

Mismas conclusiones a las que llega un estudio de Fedea firmado por Florentino Felgueroso y Marcel Jansen, en el que estudian la evolución del a cobertura del salario mínimo (o porcentaje de asalariados perceptores del SMI) y su relación con el salario mediano. El informe, de 2018, plantea un SMI de 900 euros para 2019 y uno de 1.000 euros para 2020. «El SMI tendrá una incidencia especial en Canarias, Extremadura y en Murcia, donde la cobertura se acercará al 20 % en 2020», señalan en el estudio. Para la Comunitat la cobertura se fija en el 8,4 % en 2019 y en el 13,3 % en 2020.

Concluyen que los resultados no se deben solo al tamaño de la subido, sino que influyen otros factores como el momento del ciclo, el lugar y los colectivos sobre los que se mide el impacto y plantean la posibilidad de aplicar un SMI diferenciado por colectivos para corregir los efectos negativos de la subida sobre los grupos más vulnerables.

Fuente: Fedea.

Nueva política de rentas

«Los estudios empíricos que existen para otros países muestran que la subida del SMI de forma gradual y pequeña no tiene efectos significativos en el empleo», apunta Carlos Ochando, profesor titular del departamento de economía aplicada de la Universitat de València, quien, a su vez, señala que los argumentos esgrimidos por los detractores de la subida del SMI se fundamentan en la teoría neoclásica pero sin fundamentos empíricos. «Yo no creo que tenga efectos negativos. Lo que sí que tiene demostrado es que reduce la pobreza, la desigualdad y estimula la demanda», asevera el profesor de la UV.

Frente a las voces que defienden un SMI diferenciado, Ochando indica que «la única manera de ir a un modelo que se ajuste por regiones o sectores, es que no se apruebe por ley, sino que se deje a la negociación de los convenios colectivos».

Por último, defiende el profesor la necesidad de un «nuevo papel de la política de rentas». Según expone, esta se ha empleado como una estrategia antiinflacionista a partir de la moderación salarial. «Lo que planteaba es que en una fase de baja demanda y de deflación como la que teníamos en Europa, y en España en ese momento, había que estimular la demanda con incrementos salariales», explica Ochando.

Prosigue señalando que «hay propuestas keynesianas en Europa que plantean lo que se llama una regla de oro de la política de rentas que pasa por hacer que los salarios crezcan en función de la productividad a largo plazo y del objetivo de inflación del BCE. Esa política, en España, pasaba por aumentar los salarios y romper la dinámica de moderar los salarios independientemente del ciclo económico».

«Sigo defendiendo una especie de regla salarial que repercuta en los salarios un crecimiento de la economía, un crecimiento de la productividad. La vía del SMI es una manera de hacer cumplir esto, pero solo alcanza a los trabajadores menos cualificados. Yo lo que defiendo además de la subida del SMI, es una subida por la vía de una política de rentas diferente que vincule el crecimiento económico con los salarios», concluye Carlos Ochando.

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