Amigos de la autoedición y de «la cosa loca», ya llega el nuevo Tenderete

Imagen: E3
El festival de autoedición gráfica y sonora Tenderete tiene lugar en València desde el 2011 dos veces al año, en enero y junio. Durante los dos días que dura el festival, proyectos provenientes de diferentes rincones se reúnen alrededor de charlas, exposiciones, conciertos, talleres y su feria de publicaciones, en la que esta vez cuentan con 115 participantes, individuales y colectivos, locales e internacionales, «entre otras actividades no-oficiales», según indican desde el colectivo que lo organiza, la Asociación Vendo Oro. Mañana y pasado se celebra su edición número 18 en el Centre del Carme.
Tenderete, con el paso de los años y con su consolidación como punto de encuentro de algo similar a lo que antes se conocía como contracultura, se ha convertido en mucho más que una reunión fanzinerosa. Nos lo cuenta Susana Balaguer, a la que no podemos «colgarle» ningún puesto en concreto porque «la Asociación Vendo Oro es un colectivo totalmente horizontal, en cada edición cada uno dice de lo que se puede ocupar».
– ¿Qué medallas se puede colgar Tenderte en su historia, en cuanto a autores que se dieran a conocer, o algún momento de especial efervescencia de público…?
-No me gustan las grandes cosas, me gustan las cosas pequeñas, las más cotidianas. La “medalla” de Tenderete, o su punto más fuerte, es que nuestra única pretensión es hacer el festival, promover la autoedición, tratar con mimo a todo el que viene e intentar ayudarles. Los organizadores no sacamos ningún tipo de beneficio profesional ni económico, el único objetivo es fomentar la autoedición. Colaboramos con los colectivos que vienen, les pagamos el viaje, intentamos buscarles alojamiento. Participar en Tenderete es totalmente gratuito, la entrada también… Cuando empezamos, lo hacíamos en espacios autogestionados, pero cuando fue creciendo necesitamos espacios más grandes, así poco a poco tuvimos que acercarnos a las instituciones.
-Y así fue como llegasteis hasta el Centre del Carme.
-Hablamos con el Ayuntamiento para celebrarlo en un espacio público que hay junto al Mercat del Cabanyal, pero surgieron problemas y nos quedamos sin él. En el Centre del Carme ya estaba la dirección actual, se enteró del problema que teníamos, y enseguida nos ofrecieron su ayuda ofreciéndonos su espacio. Antes, Tenderete se había hecho en el TEM, en Las Naves, en La Llimera, en el Magatzem… Siempre en espacios autogestionados o públicos.

Cartel de la presente edición de 2020
-Os definís como “amigos de la cosa loca”, algo con lo que me identifico a tope pero que me cuesta definir qué es. ¿El fanzine es el símbolo por excelencia de la cosa loca?
-En cualquier manifestación artística tienes libertad plena, y el fanzine tiene intención divulgativa porque publicas algo que quieres compartir.
-No creo que cualquier manifestación artística sea tan libre como un fanzine o similares…
-Tienes la libertad que te dé tu bolsillo.
-¿Se puede definir el fanzine como un paso previo al cómic, o es más bien un género?
-Tiene mucho que ver con el cómic, pero en Tenderte se incluyen los fotolibros y otro tipo de publicaciones. El cómic y la historieta gráfica tienen mucho peso en la autoedición, pero digamos que es más amplio. El fanzine tiene que ver con una edición más personalizada, bien porque sea más modesta, o bien por todo lo contrario, porque sea inviable su producción. Pero sobre todo, por la libertad que le da a la persona que lo edita.
-Claro, la mayor ventaja de la autoedición es la libertad. Pero muchas veces pienso que cuando alguien se lanza a autoeditarse su propia obra, corre el peligro de hacer el ridículo gravemente, conozco casos.
-No sé, cuando animo a autoeditarse cosas es porque muchas veces se ve el mundo editorial muy lejano. La autoedición es mucho más accesible, es un poder que tenemos ahí, muy sencillo y muy manejable, para poder editar obras sobre los temas que nos interesen, que pueden ser muy personales, o dedicados a un colectivo con el que se quiera colaborar; esa es otra de las cosas que hacemos en Tenderete.
En favor de la autoedición, debo decir que muchas veces se entiende que al estar vendiendo algo es una actividad lucrativa, por lo que a la gente que hace autoedición se le exige muchas veces lo mismo que a una empresa, cuando no lo es. Tiene otras motivaciones, otros objetivos y, sobre todo, no tiene ningún beneficio económico, suele tener pérdidas. Me gustaría que hubiera una conciencia por parte de quienes acogen los festivales de autoedición, sea el nuestro u otros, para que tengan esa mirada sobre las personas que acuden para compartir lo que han editado. Aunque reciban una dinero por lo que venden, ese dinero muchas veces no paga ni la edición. La autoedición tiene muchos problemas, tanto en los festivales como en la distribución para llegar a las librerías.
-Además, Tenderte funciona como un punto de contacto.
-Claro, sobre todo funciona como un punto de contacto. Las charlas están enfocadas para eso, también para resolver dudas, aclarar salidas… Y además, la gente que viene se lo pasa muy bien.