Los contables buscan que la Administración reconozca la acreditación ‘Experto Contable’
El Consejo General de Economistas de España y el Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España que han impulsado la acreditación profesional de Experto Contable, buscan que las administraciones públicas reconozcan esta figura que trata de poner en valor y dotar de prestigio la figura de los profesionales de la contabilidad.
Así lo ha indicado el presidente de Economistas Contables y del Registro de Expertos Contables, Francisco José Gracia durante la Jornada Técnica de Contabilidad y Auditoría 2019 organizada por el Colegio de Economistas de Valencia (Coev).
Gracia ha explicado a Economía 3 que esta esta figura trata de homologar la profesión contable en España a lo que ocurre en otros países de Europa y del mundo: «España es uno de los pocos países donde la profesión de contable se puede desempeñar sin ningún tipo de acreditación, ni acreditación pública, ni certificación por parte de las corporaciones profesionales».
A su juicio, esta situación es un inconveniente que tiene dos consecuencias, «perjudica la movilidad laboral dentro de Europa, ya que no podemos trabajan en otros países al no estar acreditados ni reconocidos por la autoridad competente» y, por otro lado, esa falta de acreditación contable «pone en el mercado a profesionales que desempeñan funciones sin la suficiente preparación ni conocimiento».
En España, todo auditor entra en un registro oficial tras pasar un examen, y en muchos países ocurre exactamente lo mismo con el experto contable: Francia, Portugal,… Si bien, en otros países esta acreditación proviene del ámbito privado de las corporaciones que ostentan la representación, como en el mundo anglosajón con el certificado ACCA.
En el nuestro se ha impulsado esta última vía, con 4.000 expertos contables (entre profesionales y firmas) ya acreditados por las corporaciones promotoras: el Consejo General de Economistas de España y el Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España. «También la institución del mundo académico, Aeca, tiene su figura de experto contable con la que estamos tratando de llegar a acuerdos para que cuando hablemos con la Administración seamos una sola voz entorno a esta figura«, ha admitido Gracia a Economía 3.
El experto asegura que mantienen conversaciones con las administraciones públicas de manera que, una orden o Real Decreto, reconozca a los profesionales que son aptos. El reconocimiento vendría por parte del Ministerio de Economía y el ICAC como órgano dependiente del ministerio. «Sería una acreditación contable no fiscal, sin perjuicio de que en otros países las acreditaciones contables van muy ligadas a las fiscales», pone sobre la mesa el presidente del REC.
Según explica, hay tres vías de acceso en torno a esta figura: el auditor de cuentas que ha pasado un examen muy riguroso de contabilidad y tiene reconocida su acreditación; la vía de méritos «aquellos que teniendo una titulación, perteneciendo a un colegio profesional y que tengan una experiencia de entre 12 y 14 años pueden ser certificados, al igual que docentes con experiencia académica y publicaciones» y en tercer lugar a través de un examen que se convoca anualmente.
Francisco José Gracia lo ve claro: «el prestigio de la profesión contable en aquellos países en los cuales hay una regulación es muy superior al prestigio de la profesión en nuestro país. La falta de regulación contribuye a la falta de prestigio y esto ocurre precisamente cuando la contabilidad es básica y tiene que ir por delante de la auditoria, tal y como ha manifestado también la subdirectora general de Normas Técnicas del ICAC, en esta jornada».
Precisamente, María Jesús Alonso ha recordado que «antes de la auditoria va la contabilidad, el auditor tiene que saber mucha contabilidad y estar acostumbrado al cambio normativo, porque continuamente le están cambiando las normas contables».
Alonso ha puesto de relieve las constantes modificaciones en materia legislativa: «Entre las normas de auditoria que se van a modificar destaca la 720 porque ha habido bastantes modificaciones en cuanto a información financiera y hay que determinar muy bien, cual es el ámbito normativo para su aplicación. La 540 también es una herramienta esencial para las estimaciones contables».
Por su parte, el decano del Coev, Juan José Enríquez, ha destacado que “un elemento fundamental de la profesión de economista es la confianza”, más aún si cabe, en un auditor contable “que no solo debe tener una enorme capacidad técnica sino también aportar confianza a las empresas, entidades y el conjunto de la sociedad”.
Las nuevas tecnologías igualan fuerzas entre las grandes y las pequeñas auditoras
Por otro lado, tecnologías como el IoT, Inteligencia Artificial, big data… que emiten, generan y procesan datos, necesitan una vía segura e inmutable por la que transitar y esa vía es el blockchain, tal y como ha destacado durante su ponencia Luz Parrondo, vocal del Comité Tecnológico del REA Auditores, que ha insistido en la necesidad de ver la tecnología como una oportunidad, no como una amenaza.
«Desde 2008 se viene demostrando cuán robusta es esta tecnología que empieza a impactar también en el sector de la auditoria».
En este sentido, cree Parrondo que facilitará la labor auditora incrementando la velocidad, la transparencia, la seguridad y la trazabilidad en la transmisión de los datos. «Este avance impactará eliminando ciertas tareas mecánicas o manuales de poco valor añadido: tendemos a una menor ejecución humana. Sin embargo, las funciones de interpretación de datos, de mediación, de análisis han de seguir siendo desarrolladas por profesionales que conozcan la regulación, que sepan discernir entre la información relevante y la que no lo es, en definitiva auditores debidamente formados».
Según Parrondo, estas herramientas por un lado aportan mayor velocidad en el análisis y mayor profundidad, y por otro dotan a esa información de seguridad y transparencia, «esta es la manera de que los auditores pueden incorporar valor, es más es la única baza que pueden jugar los auditores pequeños para luchar contra los grandes y acceder a cualquier tipo de cliente”.
A su juicio, las nuevas tecnologías igualan fuerzas entre las grandes y las pequeñas auditoras: «con la palanca que aporta la tecnología el tratamiento de la información va ser tan ágil, y tan automático que podréis acceder a clientes que antes no estaban a vuestro alcance. La velocidad será uno de los mayores activos pero el valor añadido lo va a seguir aportando el profesional, el que filtra los datos, interpreta la correcta aplicación de la regulación, comunica a los clientes y aporta un valor de análisis”.