La Cuarta Revolución Industrial creará nuevos empleos en sectores innovadores, pero la transformación tecnológica también provocará la automatización de muchas tareas, lo que podría poner en riesgo hasta un 36% de los puestos de trabajo que existen actualmente en España. Así lo recoge un estudio reciente de BBVA Research.

Sin embargo, el estudio advierte que la automatización no implica que vayan a desaparecer millones de puestos de trabaja en España. Así, de entre las ocupaciones que se verán afectadas en las próximas décadas alguna desaparecerán, pero otras se revertirán. “Hoy en día, no tenemos razones para pensar que el efecto total sea negativo. Al contrario, estamos ante una oportunidad única para que las sociedades sean más prósperas”, afirma Rafael Doménech, de BBVA Research.

El informe refleja que, aunque la proporción de empleos en peligro por la automatización en España (36%) es inferior a la de Estados Unidos (47%) o Alemania (59%), la estructura y la composición sectorial son determinantes. El informe toma como referencia al país germano para demostrar que uno de los países más robotizados es compatible con una de las mayores tasas de empleo mundial.

Previsión, educación y regulación
Para reducir las consecuencias negativas del cambio tecnológico sobre el empleo, el observatorio económico argumenta que es prioritario que los agentes económicos públicos y privados se impliquen en ello. En primer lugar, es esencial la inversión en educación para la adquisición de habilidades complementarias al progreso tecnológico.

En segundo lugar, es imprescindible y relativamente urgente orientar y regular el mercado laboral hacia la eliminación de barreras a la inversión y al crecimiento empresarial para facilitar la creación de empleo.

Asimismo, este informe enfatiza la necesidad de identificar a los trabajadores más vulnerables a la revolución digital para poder minimizar los costes de transición. En este sentido, el estudio adelanta que el riesgo es menor para ocupados en educación, sanidad, servicios sociales, TIC, energía y actividades científico-técnicas.

Según explica el observatorio, los principales factores que determinarán la intensidad ante el riesgo de automatización serán la capacidad de adaptación al cambio ofreciendo, el análisis coste beneficio del cambio y las limitaciones que impongan las regulaciones.