Viernes, 26 de Abril de 2024
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Dos empresas de Catí y Morella conservan la tradición quesera

Dos empresas de Catí y Morella conservan la tradición quesera

La cooperativa con sede en Catí cuenta con dos marcas de queso, fruto del deseo de mantener la tradición quesera en la zona. Por un lado está Quesos de Catí y por otro El Pastor de Morella.

El proyecto de Morella, apunta Miquel Vives, gerente de la cooperativa Quesos de Catí, surgió en 2004 “cuando se nos presentó la ocasión de poder adquirir la empresa. Dimos el paso y una vez adquirida acometimos una renovación a fondo de la misma”. La idea, añade, era buscar el circuito comercial corto, que “supone intentar llegar al consumidor final de forma directa”. En esa tarea contaban con el activo que supone Morella “como municipio turístico consolidado y con una tradición quesera muy importante, como Catí. Lo que queríamos era trabajar la venta directa en buena sintonía con los hosteleros de la zona y que la gente conociese que hacíamos un producto propio y de calidad. Esa fue nuestra apuesta y hemos empezado a obtener buenos resultados”.

Quesos de Catí: calidad de producto y territorio

tradición quesera

Miquel Vives, Quesos Catí

Miquel Vives es un eslabón más en la historia quesera de Catí. Una historia que se remonta en el tiempo y que trae un relato vinculado a la necesidad de ganaderos y masoveros de aprovechar los recursos de que disponían, transformándolos en productos lácteos con los que afrontar el trueque.

Así es como en las masías se empezaron a aprovechar los excedentes de leche para elaborar quesos que constituían la fuente de alimentación de sus familias, cuando no de vecinos llegados de Castellón.

Entonces, cada ganadero explotaba de forma individual sus recursos hasta que, apunta Vives, “en la década de los 70 del siglo pasado, el Ministerio de Agricultura, prohibió, por razones de salud pública, la elaboración de ese queso en las casas y favoreció la creación de centrales lecheras”. Fue el fin de esa elaboración de productos lácteos artesanales y dio paso a la producción concentrada. Al agruparse los ganaderos que lo elaboraban crean Quesos de Catí.

¿Quesos de Catí es el conservador de unas costumbres ancestrales?

– Así es, yo había vivido en un mundo que hablaba de quesos trabajados de forma artesanal y con su propio sello. Ese sello que te dibuja un lugar y a sus gentes. Es la herencia de cómo se hacían antes los quesos en las masías. Quesos de Catí es la marca con la que se identifica al municipio en España y el mundo.

El planteamiento que introdujimos nosotros, en la etapa más reciente de la cooperativa, fue limitar la producción y apostar por la calidad. Una calidad que abarca todo el proceso, lo que supone cuidar la materia prima hasta la transformación y la comercialización. Nuestros valores son el territorio, la calidad del producto y la búsqueda del consumidor que aprecie esos valores.

En esa tarea de mantenerse fieles a las tradiciones sin perder sitio en el mercado, están implicados seis ganaderos de Catí, aunque, “recogemos la leche de cabra y de oveja de más ganaderos de las comarcas de Els Ports y El Maestrat”, concreta Vives, quien aclara que, pese a los numerosos reconocimientos nacionales e internacionales recibidos por sus productos, “no es fácil emprender en el entorno rural. De hecho, estamos dando valor a productos que estaban abandonados. Hubo una época en la que la ganadería y la producción de leche de cabra estaban desprestigiadas, por lo que hemos tenido que darle una vuelta a todo esto. También es verdad que ahora hay una mayor cultura gastronómica, lo que ha jugado a favor nuestro y en la apuesta por los quesos de cabra. Y es que los quesos elaborados con este tipo de leche se ha demostrado que son más saludables que los fabricados con otro tipo de leche”.

tradición quesera

Quesos Catí

– En un mundo tan competitivo, presidido por la economía y la rentabilidad, el altruismo no lo es todo, ¿tenéis apoyos institucionales?

– Llevamos ya unos años en el sector y eso nos ha permitido comprobar que los apoyos y ayudas al sector fluctúan. Lo cierto es que desde que empezó la crisis, en 2007-08, han habido menos apoyos. Por fortuna, en estos momentos, se nota un interés y una sensibilidad especial por apoyar el producto local en un intento de revalorizar lo nuestro.

Las administraciones se han dado cuenta de que una forma de retener a la gente en el territorio es potenciando las industrias propias. En ese contexto, la apuesta por proyectos como Castellón Ruta del Sabor, desde la Diputación de Castellón, que impulsan la industria agroalimentaria provincial, ayudan. Nosotros nos vamos adaptando a las ayudas o subvenciones que sacan las consellerias o las de la PAC… para inversión, modernización, para la ganadería o renovación de maquinaria. Si bien es cierto que han habido épocas en las que no había ningún tipo de ayudas, coincidiendo con la fase dura de la crisis y ahora parece que volvemos a tener apoyos económicos.

– La cabaña ganadera es importante en este sector y Vives y sus socios son conscientes de ello…

– Tenemos ganadería propia, con 1.500 cabras, pero contando con las de los socios y otros productores de la zona llegamos a las 8.000 cabezas, lo que nos permite tener una producción anual de un millón y medio de litros de leche de cabra y oveja. Con esa leche mantenemos las tres líneas de producción: la de quesos de cabra, la de oveja y los quesos ecológicos de cabra. Somos los únicos productores de este tipo de queso ecológico de cabra en la Comunidad Valenciana y uno de los pocos en el ámbito nacional.

– ¿Cuántas personas trabajan en la cooperativa?
– La base de nuestro proyecto es Quesos de Catí, que es la fábrica de queso, pero además tenemos dos ganaderías propias y otra empresa, Quesería Artesanal de Morella, localidad en la que tenemos dos puntos de venta. En total, generamos 35 empleos directos, además de los ganaderos productores de leche. Directa o indirectamente hay 50 personas implicadas en este proyecto. Una cifra significativa para una población de 800 personas y muy envejecida.

– ¿Los premios recibidos en los certámenes queseros nacionales e internacionales ayudan a sustentar y consolidar la cooperativa y contribuyen a lograr la interlocución directa con las administraciones local, provincial o autonómica?

– Los premios no son un apoyo directo, pero ayudan a relacionarte con el cliente final, que valora más tu producto y con la administración. Está claro que el reconocimiento a la calidad de nuestros quesos nos ayuda mucho, porque nos da a conocer en el sector y facilita la relación con los compradores. Al final somos una marca. En España, el consumo de queso artesano representa un 5 % del total. No todos los consumidores son conscientes de la existencia de este tipo de quesos o no valoran los sabores tradicionales. Entonces hacernos un hueco en el mercado es complicado, por eso los premios contribuyen a que lo vayamos encontrando.

– ¿Con la apuesta por el queso ecológico de cabra buscan diferenciarse de otras empresas?

– Buscamos un nicho de negocio que nos permita ofrecer un producto diferenciado. De hecho, ya llevamos unos años fabricando queso ecológico de cabra. Como en todos los campos de nuestra producción buscamos la calidad y, en este caso, lo conseguimos, puesto que en 2005 el Ministerio de Agricultura nos reconoció como el mejor queso ecológico de España.

– ¿Hoy en día tiene futuro el sector agroalimentario?

-Sí, claro. Lo que ocurre es que es un sector muy maduro, en el que hay mucha competencia, por lo que tienes que hacerlo bien y con el condicionante de que al apostar por la producción artesana no podemos manipular la producción de queso como ocurre en el campo de la fabricación industrial. Trabajamos en función de las características de la leche, que no es la misma en primavera e invierno.

tradición quesera– ¿A qué mercados se dirigen vuestros productos?

– El principal mercado es la provincia, además de la Comunidad Valenciana y Cataluña. A partir de ahí en toda España. Pero somos conscientes de que el área mediterránea es más receptiva a nuestro producto por la tradición gastronómica. Los sabores y las costumbres juegan un papel importante en nuestra industria. Además, llevamos años con un proyecto de internacionalización de la empresa, algo que nos ha permitido posicionar muy bien el producto en diferentes mercados de todo el mundo. Si bien esto es una apuesta por tener una posición en el mercado, que se traduce en el refuerzo de la imagen más que en el volumen de ventas.

Ello no nos debe hacer olvidar de que nos tenemos que centrar en nuestra zona, porque no tendría mucho sentido ser potente en Estados Unidos y que no te valoren en casa.

Entre tanto no se olvidan de adaptar la marca a las nuevas exigencias del mercado y han encargado a la UJI un estudio para diferenciar las marcas de queso de Catí y de Morella.

tradición queseraLa marca como identidad

Quesos de Catí es la marca, la seña de identidad del municipio, porque llevamos el nombre del municipio por todo el mundo y nuestros éxitos contribuyen a reforzar la imagen de Catí. Es un activo del pueblo”, resalta el gerente de la cooperativa, Miquel Vives.

Y recuerda que “nosotros hemos hecho una campaña potente de promoción de imagen de nuestros productos en las ferias nacionales e internacionales del sector, en las que hemos obtenido premios de reconocimiento de nuestros quesos, lo que ha contribuido a potenciar y visibilizar la imagen del pueblo”.

La cooperativa ha logrado construir un relato que refleja la evolución de la actividad industrial del municipio muy vinculada a las prácticas ganaderas y a la explotación de los recursos lácteos que genera. “Apostamos por mantener la tradición y es bueno que la gente sepa que cuando come uno de nuestros quesos contribuye a mantener la población”, argumenta Vives.

 

 

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