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Feria Valencia tiene que reinventar su modelo organizativo y de negocio en el centenario

Feria Valencia tiene que reinventar su modelo organizativo y de negocio en el centenario

2017-MAYO-feria-pabellon-5PSPV-PSOE y CompromísPodemos mantienen posturas diferentes respecto al futuro de la institución

Casi con total seguridad, cuando los servicios de la Casa Real prepararon el discurso que Su Majestad Felipe VI pronunció el pasado 10 mayo, en la celebración del centenario de Feria Valencia -discurso en el que se rindió un merecido homenaje a las aportaciones que Feria Valencia ha hecho a la economía española y a la propia actividad ferial, a lo largo de su siglo de existencia-, desconocían la ‘letra pequeña’ de las negociaciones abiertas para definir el nuevo modelo de funcionamiento de la institución ferial. El viernes de esa misma semana, día 12, el pleno del Consell de la Generalitat se reunía en el recinto ferial para dar la máxima solemnidad al protocolo de actuaciones a seguir por las partes implicadas, pero el modelo de futuro no está en absoluto cerrado en algunos aspectos importantes. Estas son las claves de la historia y los aspectos pendientes de cerrar. 

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Tanto el suelo sobre el que se levantan las instalaciones feriales como los propios pabellones son propiedad del Ayuntamiento de Valencia que, en su momento, hizo una concesión de uso a la asociación de utilidad pública Feria Muestrario Internacional, para la organización en ellos de certámenes feriales. Dicha concesión fue renovada en 2002, cuando se puso en marcha el Plan de Modernización de la institución ferial, con la construcción ‘ex novo’ de todos los edificios.

Y si este es el motivo por el cual el Ayuntamiento es parte sustantiva en el presente y futuro de Feria Valencia, también el protagonismo que ostenta la Generalitat está sobradamente justificado. La normativa que regula la organización de ferias comerciales en la Comunidad Valenciana compete a la Conselleria de Economía. Pero más importante aún, es la Conselleria de Hacienda quien, de facto, está atendiendo en solitario desde hace años (exactamente desde 2009), el pago del endeudamiento asumido por Feria Valencia para el recinto ferial.

Al principio, transfiriendo 30 millones de euros anuales a la Feria para atender sus pagos al Banco Europeo de Inversiones (BEI), a un ‘pool’ de bancos liderado por el Santander y los intereses de una emisión de obligaciones. La Conselleria de Hacienda estima que Feria Valencia supondrá en total (desde que están asumiendo esos pagos), cerca mil millones de euros a las cuentas de la Generalitat; de todos nosotros. 

Y aún queda un cuarto protagonista en esta historia: la propia institución Feria Muestrario Internacional (FMI) que, en tanto asociación de utilidad pública titular de la concesión municipal, es la encargada de gestionar esas instalaciones, por lo que tiene personalidad jurídica propia y sus correspondientes órganos de gobierno: Patronato y Comité Ejecutivo.

La pregunta es obvia: ¿Por qué el modelo que se puso en marcha en 2009 -subvencionar con 30 millones a Feria Valencia para hacer frente a sus obligaciones financieras- no es sostenible? Porque en 2013, desde el Ministerio de Hacienda, se encendió la luz roja: ante la caída de los ingresos operativos de la actividad ferial, la subvención pública representaba más del 50 % de los ingresos totales, por lo que las cuentas de entidad tenían que consolidarse con las de la Generalitat. En otras palabras: las deudas de Feria Valencia pasaban a sumar en el endeudamiento de la Generalitat.

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Nuevo modelo

Así las cosas, no quedaba más remedio que redefinir el modelo ferial pues, aunque los gestores de Feria Valencia ya han conseguido en las cuentas de 2016 un resultado de explotación positivo en cerca de 900.000 euros, la situación dista mucho de poder asumir la carga financiera. No queda más remedio, pues, que redefinir el modelo organizativo de la institución ferial y también el modelo de negocio que la haga sostenible (rentable) en el tiempo. Y ahí es donde aparece el memorandum de intenciones aprobado por el Consell el pasado viernes 12 de mayo.

¿Cuáles son los cambios que se avecinan? ¿Qué papel corresponde a cada protagonista en los futuros capítulos de esta historia? Quien tiene claro su futuro es la actual asociación de utilidad pública Feria Muestrario Internacional, titular de una concesión municipal que va a perder. Sin concesión que justifique su existencia, lo único que cabe a FMI es desaparecer; autodisolverse.

Probablemente, el Comité Ejecutivo se transformará en Comisión Gestora, para atender los compromisos contraídos con trabajadores, expositores y demás proveedores, pero el Patronato pierde su razón de ser y los comités organizadores de los certámenes seguirán funcionando provisionalmente en tanto se define el nuevo modelo organizativo, reportando a la Comisión Gestora del nuevo ente ferial.

El Ayuntamiento de Valencia, según lo que está previsto, denunciará la actual concesión y realizará una nueva por un periodo no inferior a los 50 años. Y el adjudicatario de la nueva concesión para organizar certámenes feriales en las instalaciones de Benicalap será la Generalitat Valenciana. Así como durante todos estos años el Ayuntamiento no ha cobrado ningún canon a Feria Valencia dada su condición de asociación de utilidad pública, obvio es decir que tampoco en el futuro lo cobrará a la Generalitat.

Todo ello por una razón tan simple como poderosa: la Generalitat asume como propia, con todas las de la ley, el 100 % de la deuda de Feria Valencia. Se acabaron las transferencias y subvenciones; la deuda es de todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Por eso va a ser titular de la concesión municipal: si se va a hacer cargo de los pasivos (financieros), por lo menos que disponga de algún control sobre el activo (la concesión).

 

Vicent Soler

Vicent Soler

La Generalitat, operador ferial

Pero para cerrar el círculo aún falta una pieza más. Si Vicent Soler, en tanto que conseller de Hacienda, va a dirigirse a todos los acreedores financieros de Feria Valencia, anunciándoles que desde ese momento la Generalitat se subroga (hace suyas) las deudas que la institución ferial pueda tener pendientes de pago, Rafael Climent, conseller de Economía, tendrá que sacar un decreto estableciendo la capacidad de la Generalitat para organizar certámenes comerciales “por cuenta propia o a través de terceros”. Y precisamente ahí es donde está el meollo de la cuestión.

Obvio es decir que la Generalitat no va a ponerse a organizar certámenes feriales directamente. La idea es crear una sociedad mixta público-privada, en donde el ejecutivo autonómico no ostente la mayoría del capital (para no ser considerada dicha sociedad mixta una empresa de titularidad autonómica) y en cuya accionariado participe algún operador internacional de eventos y certámenes comerciales.

La aportación de la Generalitat al capital de dicha sociedad mixta sería la propia concesión municipal y quienes deberían aportar los fondos para el funcionamiento de la nueva empresa serían los inversores privados. El objeto social de dicha empresa mixta será la organización con fines lucrativos de certámenes feriales y los órganos de gobierno de esta empresa serían los de cualquier otra sociedad mixta: consejo de administración y junta general de accionistas. Será esa empresa, pues, la nueva gestora de lo que hoy conocemos como Feria Valencia.

Modelos no coincidentes

Pero si el esquema está tan claro, ¿por qué no se ha avanzado más en la puesta en marcha del proyecto desde el pasado 12 de mayo? La respuesta oficial a esa pregunta es que se están redactando los borradores de decretos y demás trámites administrativos que esta operación exige. Y sin duda eso es cierto. Pero no menos cierto es que, en este tema al menos, las visiones del PSPV-PSOE (el presidente Ximo Puig y el conseller Vicent Soler) y Compromís (el conseller Rafael Climent y el alcalde Joan Ribó) no son coincidentes. Y la diferencia no es baladí.

Lo que el PSPV-PSOE quiere es una gestión lo más profesionalizada y exitosa posible por parte de la empresa mixta que va a dirigir Feria Valencia los próximos años, de forma que empiece a repartir dividendos cuanto antes, que entrarían como ingresos en las arcas autonómicas gracias a su participación en el capital.

Lograr eso pasa por implicar en el proyecto a alguno de los grandes operadores internacionales en el negocio ferial y varios de ellos ya se han acercado a preguntar por Feria Valencia pero, como es sabido, estas grandes multinacionales de la gestión ferial tienen a su alcance multitud de otras alternativas donde hacer llegar sus recursos. Por lo tanto, cuantas más dificultades se pongan al futuro equipo gestor, menos posibilidades hay de resolver satisfactoriamente esta cuestión.

Los responsables de Compromís, por su parte, no discuten lo anterior, pero priorizan el hecho de que van a ser los recursos y la acción pública lo que va a permitir la continuidad de Feria Valencia, por lo que, para evitar que se repitan las catástrofes del pasado, quieren que el inversor profesional que asuma la gestión ferial no ostente la mayoría del capital de la empresa mixta, sino que quede bajo control directo o indirecto de “intereses valencianos”.

Para evitar que la Generalitat tenga la mayoría del capital de la empresa mixta (convirtiéndola entonces en empresa autonómica) y que tampoco la tenga un hipotético inversor profesional, la fórmula sería hacer un tercer “paquete” de participaciones para que las tomasen posibles inversores privados; empresarios locales, entidades financieras, etc.

 

Rafael Climent

Rafael Climent

Operador profesional

Afortunadamente, lo que no está en discusión es la necesidad de ese operador profesional especializado en eventos y certámenes feriales, pues las cuentas de Feria Valencia no dejan margen de duda.

Mientras los ingresos de instituciones feriales como Fira Barcelona o Ifema se distribuyen casi 50 %-50 % entre ingresos provenientes de los certámenes feriales propios y los eventos subcontratados por operadores externos, en el caso de Feria Valencia la proporción es un 80 % de ingresos provienen de certámenes propios y un 20 % de la subcontratación del espacio ferial para eventos organizados por operadores externos.

Es precisamente ahí, en la captación de eventos internacionales de contenido comercial, donde más recorrido de futuro tiene Feria Valencia de la mano de un especialista.   

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