Pago de Tharsys guarda también otras apuestas arriesgadas, como el Albariño de vendimia nocturna, una variedad gallega que apenas se cultiva en otros territorios y con la que, en Requena, García ha conseguido un vino único. Él es un fan de las blancas del norte, Albariño y Godello, y con esta sacó un producto que en suelos poco ácidos y con poca lluvia, da un vino con aromas tropicales que lo hacen único.
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Tan único como un dulce de uvas asoladas, que están en cañizos más de una semana perdiendo humedad y ganando concentración. De bajo rendimiento, es un vino que además es de una variedad única, la Bronx, mezcla de Sultanita y Corintia.
Pero junto a todas estas “rarezas” están vinos más comerciales e igual de auténticos, como el Tharsys City Center, a base de Merlot y Bobal, pensado para el mercado internacional que quiere reconocer lo que toma (Merlot), pero con la diferenciación del terroir; en este caso la Bobal. Es ahora el vino top de la bodega, con doce meses de barrica y que lleva en la etiqueta, diseñada por Joan Cánovas, los monumentos más clásicos del centro de Valencia.
Y por si fuera poco, también elaboran aguardientes y la bodega se puede visitar. Merece la pena compartir un rato con estos dos visionarios que, con sus proyectos, contribuyen a hacer más grande su tierra. Entre otras cosas, porque sus vinos fuera de Valencia no son fáciles de encontrar, pues vuelan rumbo al mercado internacional. Y cada vez más. Así que dense prisa.
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