El Observatorio de la Empresa Multinacional Española (Oeme), una iniciativa conjunta de Esade, Icex y EY, ha celebrado hoy en la sede de la Cierval un desayuno de trabajo en el que se ha analizado el modo en que la internacionalización transforma el modelo de gestión de la empresa.

El desayuno ha contado con la participación de Luis Bach, chairman de Samson & Surrey y consejero de Tous, ex presidente del grupo Orangina Schweppes, que ha compartido con los asistentes sus experiencias sobre cómo llevar a cabo un proceso de internacionalización de éxito. En su opinión es preciso analizar previamente los aspectos demográficos, macroeconómicos, políticos y culturales, el comportamiento del consumidor y la situación del mercado. Por último ha destacado que una empresa no puede entrar en un país sin plataforma digital ya que “el consumidor actual primero mira en websites, blogs etc y después compra”.

El acto ha sido clausurado por Ivan Sempere, presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de Cierval, quien ha destacado la importancia de la reputación y de la marca España para las empresas exportadoras o para las que buscan su internacionalización, y ha aconsejado ser “exigentes con nuestro talento y con nuestras instituciones” para asegurar el éxito del proceso.

En la jornada se ha puesto de manifiesto la relevancia de entrar en nuevos mercados como vía para acelerar el crecimiento. Asimismo, se han querido subrayar los retos a los que se enfrentan aquellas compañías que están inmersas en un proceso de implantación en el exterior. “Es necesario seleccionar de forma adecuada cada mercado, en función también de las capacidades y características de cada empresa. La internacionalización, si tiene éxito, transformará a la empresa” ha anotado Xavier Mendoza, profesor de Esade Business School y director del Oeme.

En este sentido, Ignacio Franquesa, socio responsable de Internacionalización de EY, ha explicado que “la internacionalización oportunista puede crear graves problemas en el seno de la empresa”. Según Franquesa, la internacionalización debe ser entendida como una prolongación natural del negocio, y hay que elegir el nuevo mercado en función del potencial de crecimiento y del conocimiento de sus especificidades locales.