En Hoya de Cadenas se vive el vino en primera persona. Las puertas de la finca están siempre abiertas para ofrecer visitas a los turistas enófilos. “Hace ocho años que empezamo, y lo primero que hicimos fue invertir en ello para darle un carácter profesional, que lo convirtiera en una línea de negocio más”, dice Javier Gandía.

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Con un tren adaptado al terreno, se visita los diferentes parajes de la fina, donde profesionales del turismo (una de las claves diferenciadoras de Hoya de Cadenas), divulgan la cultura del vino de la zona y la filosofía de cultivo y elaboración de Vicente Gandía.

La cata, tras la visita a las instalaciones y el museo de barricas decoradas por artistas valencianos de primera línea, como Mariscal, Carmen Calvo, Miguel Navarro, Uiso Alemany, Morera y otros, completan un paquete de enoturismo diferente y atractivo.

Alrededor de 15.000 personas se desplazan cada año a la bodega, principalmente de la Comunidad y de Madrid, contribuyendo a conformar un trabajo de fidelización lento pero que da sus frutos, ya que convierte a los visitantes en prescriptores de las marcas de Vicente Gandía.

Pero además de todo esto, Vicente Gandía invierte parte de sus beneficios en diversas ong, haciendo gala de una activa Responsabilidad Social Corporativa. “Lo hacemos porque queremos y lo sentimos y cuando el año es bueno y se puede, nos gusta participar directamente”, explica Javier Gandía.