Falta poco más de un año para que la planta Ford de Almussafes cumpla 40 años de existencia. Inaugurada en octubre de 1976, la factoría se ha convertido en una de las plantas más modernas de mayor productividad de la multinacional del motor. Ford ha creado a su alrededor todo un ecosistema productivo que hoy en día, entre directos e inducidos, da empleo a cerca de 30.000 personas.

Reciente la visita del presidente mundial de Ford, Mark Fields, la factoría de Almussafes se ha convertido en uno de los buques insignia de la marca.

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Aunque la primera crisis del petróleo estuvo a punto de dar por finalizado el sueño, hay que reconocer el papel determinante que desempeñó Henry Ford II en la instalación de la factoría en Almussafes.

Del más modesto al más grande

Comenzó por fabricar el modelo más modesto de la firma hasta el momento, el entrañable Fiesta que se produjo en la factoría hasta 2012, y en 2009 ya disputaba con ventaja a las otras factorías europeas de Ford la fabricación de vehículos de gama alta.

Llegados a 2015, la planta de Ford en Valencia se ha convertido en algo más que una megaplanta. Se ha erigido como un auténtico centro de innovación donde se fabrican los vehículos más grandes, como el nuevo Mondeo, -el S-MAX y Galaxy que le seguirán en breve – y que son los modelos insignia de Ford en Europa. Valencia también es la primera planta que fabrica un vehículo híbrido: el nuevo Mondeo Híbrido.

En el interín, Ford ha fabricado más de  11 millones de vehículos repartidos entre los modelos Fiesta, Ka, Escort, Focus, Kuga, Transit Connect, Tourneo Connect, Mondeo, S-MAX y Galaxy.

Hoy en día, la actividad de Ford Almussafes supone el 8,2% del PIB de la Comunidad Valenciana y está considerada como el principal motor económico de la provincia de Valencia.

Montaje y motores

Aunque en un principio la factoría de Almussafes iba a ser una planta de montaje, incluso antes de inaugurarse ya se decidió la creación de una factoría de motores que, de hecho, comenzó la producción varios meses antes.

En la actualidad, Almussafes produce los motores EcoBoost de 2.0 litros y 2.3 litros que son exportados a todo el mundo.

La planta de Ford en Almussafes tiene una extensión de 2,7 millones de metros cuadrados de los que más de 700.000 m² corresponden a edificios. En el último año y medio, con motivo de los nuevos modelos y las inversiones, se construyeron 120.000 m² de naves y edificios.

Las principales instalaciones contemplan la planta de motores, tres plantas dedicadas a carrocería, más las de pintura y montaje final.

 Para llegar a esta situación, Ford ha invertido desde 2011 un total de dos mil trescientos millones de euros en la planta valenciana para la fabricación de los modelos asignados.

Esta es, según reconoció el presidente mundial de Ford, Mark Fields, la mayor inversión jamás realizada por la industria del automóvil en España y que supone también un aumento de la capacidad productiva de hasta el 40%, para superar los 400.000 vehículos, con lo que se acercará a su capacidad máxima de 450.000 unidades anuales de las que más del 80% se destinan a la exportación.

Una inversión que sitúa a Almussafes en un puesto de privilegio, al ser la elegida para producir el primer motor híbrido de Ford.

Además, la factoría valenciana ha conseguido adjudicarse el montaje del lujoso acabado Vignale.

Vignale –nombre puesto en honor del carrocero italiano Alfredo Vignale– no es solo un acabado de lujo, donde los materiales reciben un tratamiento exquisito, es también una nueva forma de atender a los clientes y que supone la transformación de concesionarios elegidos para proporcionar una experiencia premium a los propietarios.

Esta experiencia Vignale se completa con la comercialización de productos exclusivos como una bolsa de viaje, una bolsa para cafetera, un bolso clutch y un monedero hechos con cuero e inspirados en el diseño de los exclusivos asientos de este acabado de alta gama.

El complejo empresarial Juan Carlos I

También en estas cuatro décadas, Ford se ha convertido en un motor de creación de empresas y empleo. La creación en 1995 del Parque Empresarial Juan Carlos I supuso la puesta en funcionamiento del sistema de suministro de componentes: Direct Automatic Delivery que supuso una auténtica revolución en materia logística, que va un paso más allá del Just in Time, en el cual la robotización y la automatización tienen un papel protagonista.

El complejo industrial fue posible gracias a la colaboración del organismo público autonómico Sepiva, hoy absorbido por el Ivace. Ocupa 1,3 millones de metros cuadrados sobre los que inicialmente se instalaron 54 empresas hasta alcanzar actualmente más de 70 proveedores que han instalado allí sus plantas de producción o de suministro.

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