La relación estable con los clientes es la base para la propia estabilidad de la empresa, especialmente si se trata de una empresa de servicios, y esto solo se consigue con el compromiso y la calidad. “Desde el primer brochazo, en 1975, nunca hemos dejado de trabajar en Almaraz. Por esa razón, estando dentro, comprendimos que podíamos diversificarnos y atender también las exigentes necesidades de limpieza de la central.

En 1977, cuando ganamos el concurso en ese campo, nació Lainsa, nuestro primer paso más allá de la pintura. Fue una empresa nueva, con personal motivado, que se sentía orgulloso de lo que hacía, aunque fuera limpieza. Esto nos llevó al siguiente paso: optar a la descontaminación en el proceso de operación de la central y en la parada para recarga de combustible. Hemos crecido así, escalón a escalón. Y siempre con la calidad por delante, cumpliendo compromisos, fidelizando al cliente, dejándole satisfecho con un trabajo bien hecho”.

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La pintura de una central nuclear reclama niveles de exigencia especiales. La anticorrosión y la posibilidad de descontaminación hacen que ese tipo de revestimientos busquen la perfección y reclamen controles y garantías altísimas. Ahí nace una de las principales exigencias de GD Energy Services: la calidad total. Nada puede quedar al azar, todo lo especificado en contrato debe ser cumplido escrupulosamente.

José Dominguis aceptó todos los retos y apuestas. El siguiente fue ofrecer los servicios de extinción de incendios, y la consiguiente formación de bomberos para trabajar dentro de las nucleares. Ese fue el origen de Lainsa Servicios contra Incendios, empresa creada en 1983 para trabajar en Valdecaballeros, que luego extendieron a otras nucleares e industrias de riesgo.

Todo eso sin dejar de  pintar todo tipo de industrias y de liderar la pintura de buques cuando en los astilleros de Unión Naval de Levante había actividad. Satma, otra empresa del Grupo, fue creada para ese propósito industrial. Y en 1994 nació la firma GTS, especialista en la técnica de granallados, una tecnología que aplica chorros de abrasivo a presión.