La  máxima preocupación desde que el equipo del actual rector de la UA, Manuel Palomar, asumió la dirección ha sido el control económico, la planificación económica y estabilidad presupuestaria así como tratar de alcanzar con la consellería una financiación suficiente. Y en ese sentido, Palomar considera que lo han logrado, lo que les ha permitido mantener los estándares de calidad.

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– ¿Qué balance hace del trabajo de estos años al frente de la Universidad de Alicante y qué retos quedan pendientes?

-En cuanto a los retos que nos hemos planteado de cara al próximo curso, tal y como adelanté en el discurso de apertura de curso, los vamos a centrar en tres ejes: la mejora de la docencia y la investigación, la internacionalización y el afianzamiento de las relaciones estratégicas con nuestro entorno más inmediato. En cuanto a la mejora de la docencia y la investigación, venimos trabajando duro y los resultados se evidencian con la inclusión, por primera vez, en rankings tan prestigiosos como el de la Universidad de Leiden (referente académico mundial) y en el de Shangai. Aunque no me considero un incondicional de los rankings, aparecer en ellos nos sitúa entre las 500 mejores universidades del mundo, de entre las más de 20.000 existentes, lo que posiciona a nuestra  Universidad entre el 2’5% de las más destacadas a nivel mundial. Por esto, me parece esencial que potenciemos los vínculos con el entorno institucional, económico y social más próximo, desarrollando proyectos que conecten fecundamente la formación y la investigación con las necesidades de ese entorno y demuestren nuestro papel como motor de progreso social.

En este sentido, también nuestro impulso por la internacionalización, el tercero de nuestros pilares, puede ayudar a este progreso social. Y es que contamos con convenios de movilidad y somos socios de más de 700 universidades de más de un centenar de países de todo el mundo, por lo que además de ser una oportunidad para atraer talento y corregir el descenso de matrículas provocado por la disminución de la natalidad, la crisis y el incremento sufrido por las tasas universitarias en los últimos años, podemos servir de ariate y de embajadores para el tejido empresarial.