En el mundo de las inversiones existen varias estrategias pensadas para producir beneficios a las empresas, especialmente, a los accionistas. La recompra de acciones es una de esas tácticas que, en un momento determinado, le brinda a la empresa ganancias desde el punto de vista administrativo y, por supuesto, financiero. Esto trae consigo la reducción de las acciones de una empresa en el mercado de valor, lo que conlleva un mayor dominio y más rentabilidad para los accionistas.
La recompra de acciones propias no es una estrategia nueva. La práctica ganó popularidad en la década de 1980. Esta táctica es un medio para hacer aumentar el valor de las acciones, especialmente a corto y mediano plazo. Inclusive puede ayudar a mejorar la imagen de la empresa, mostrando que tiene suficientes fondos para pagar a sus accionistas. Otros, por el contrario, podrían percibir la recompra como señal de que la empresa no tiene potencial para su crecimiento.
Una vez que las acciones han sido readquiridas se eliminan o pueden mantenerse para ser distribuidas entre los accionistas. Esto se hace como medida efectiva a nivel impositivo con el fin de devolverles dinero. Sin embargo, es una decisión que tomará la empresa considerando los motivos que tuvo para realizar la readquisición de acciones y el impacto que tendrá en su economía. De ahí, que considerar la recompra positiva o negativa es algo muy particular de cada empresa.
¿Qué es la recompra de acciones?
La recompra de acciones, también llamada readquisición de acciones, consiste en la compra de sus propias acciones por parte de la empresa emisora. Una vez que las acciones están nuevamente en poder del emisor se consideran canceladas (eliminadas). Es una manera de retirar sus propias acciones del mercado de valores y, por tanto, de la negociación. De esta manera, impiden a otros poderes de decisión, lo que puede ser beneficioso si se quiere proteger a la empresa de posibles daños financieros.
La recompra de acciones se considera como positiva, según el mercado de capitales, debido a que la acción puede subir de precio. Hecho que interesa con agrado a los accionistas por el beneficio económico que implica para ellos. La empresa puede recomprar sus acciones directamente en la bolsa de valores como cualquier inversor o puede ofrecer públicamente a sus accionistas la recompra. Esta oportunidad de vender sus acciones a la empresa con frecuencia trae consigo un retorno de la inversión adicional sobre el valor de la acción.
¿Cuál es el efecto de la recompra de acciones?
Toda transacción trae consigo consecuencias positivas y negativas. La recompra de acciones no se escapa de producir un efecto para los accionistas y, en consecuencia, para la empresa. Es una estrategia que desde el momento en que la empresa la anuncia surte un efecto positivo. Sus acciones, previamente emitidas para ser cotizadas en la bolsa, empiezan a ser más valiosas. Sin embargo, si la readquisición se cancela este efecto positivo cambia a negativo, pudiendo llevar a la empresa a una caída.
Esta estrategia trae consigo la reducción del número de acciones que se encuentran circulando en el mercado de valores, lo que surte un efecto positivo. Con ella, se alcanzan dos claros objetivos. Por una parte, sacar las acciones del mercado y del área de negociación, reduciendo su número en circulación, lo que permite tener mayor dominio en la toma de decisiones. Por otra parte, al reducirlas se hacen más exclusivas y, por eso, probablemente más atractivas por lo que se incrementa su valor.
¿Qué pasa cuando una empresa compra sus propias acciones?
La recompra de acciones es debatida por los expertos especialmente en cuanto al beneficio a largo plazo. A corto y medio plazo se han hecho evidentes los beneficios, puesto que permite mantener un mayor volumen de acciones en poder de la empresa. Esto genera un mayor dominio en la toma de decisiones. Así mismo, la reducción de acciones dentro de la bolsa de valores aumenta el valor y los beneficios de cada acción, lo que fortalece a la empresa y satisface a los accionistas.
Sin embargo, es una decisión delicada, ya que puede dar una imagen de incapacidad directiva en el entorno empresarial. Esto se puede entender como escasez de ideas de los directivos para invertir el exceso de capital de la empresa a su cargo. Circunstancia que con frecuencia afecta las transacciones comerciales porque disminuye el nivel de confianza para concretar negocios. También porque al invertir el dinero en la recompra de acciones se puede limitar la liquidez de la empresa para invertir en nuevos proyectos, frenando de esta forma su crecimiento.
¿Qué es un fondo de recompra?
Un fondo de recompra de acciones propias es una reserva de dinero que forma parte del capital neto de la empresa que ha sido dispuesto para la readquisición de acciones previamente liberadas en la bolsa de valores. Dicha reserva debe ser creada con anterioridad a la presentación de la estrategia de recompra. De igual manera, la empresa deberá presentar las acciones propias readquiridas como una disminución del capital, destinado al fondo de recompra de acciones y tomar las medidas pertinentes de reembolso.
Este fondo de recompra es parte indispensable de la estrategia de readquisición de acciones propias, por lo que está incluido en la normativa legal para la realización de dicha transacción. Por tanto, a nivel mundial, la legislación que regula la recompra establece reglas específicas para la creación y uso de dicho fondo. Cada país tiene sus propias reglas para la actividad económica. Sin embargo, sus diferencias no son muchas con el fin de facilitar las transacciones internacionales.
Ventajas de la recompra de acciones
Tanto para los accionistas como para la empresa la recompra de acciones es beneficiosa, puesto que reduce el número de acciones en el mercado dando mayor poder de decisión a la empresa. El anuncio de la recompra se percibe como señal de que el precio de la acción está por debajo del real y que la empresa se hace más atractiva. Además, los accionistas que necesiten dinero pueden vender sus acciones a la empresa bajo los términos previamente establecidos para la recompra.
Cabe destacar que, a corto plazo, los dividendos suelen ser relativamente estables, ya que la dirección de la empresa no se inclina a incrementarlos si no espera un crecimiento de las ganancias en el futuro. Y, en caso de superávit temporal de fondos, la directiva financiera podrá distribuirlos entre los accionistas mediante la recompra de acciones. También la empresa puede recomprar acciones y luego usarlas cuando los accionistas deseen ejercer sus opciones. Tal operación evitará la emisión de nuevas acciones y la disolución de beneficios.
Desventajas de la recompra de acciones
Teniendo en cuenta que cada empresa es un caso único se puede hablar de algunas posibles desventajas en la recompra de acciones. Sin duda, una de ellas es que la empresa puede pagar un precio demasiado alto al readquirir sus acciones. Lo que perjudica a los demás accionistas. Si se compra una cantidad relativamente grande de acciones, es probable que el precio de las mismas sea alto, por encima de su nivel de equilibrio y que luego caiga finalizada la operación de recompra.
La caída del precio de las acciones puede significar que la empresa no es realmente estable. De igual manera, la recompra de acciones puede dar la idea a los inversores de que la empresa no tiene oportunidades de crecimiento rentable. Lo que produce un serio problema de confianza para aquellos que buscan crecer, aumentar sus ingresos y ganancias mediante sus inversiones. Otro aspecto a tener en cuenta es que, al invertir en la readquisición de acciones sin haber asegurado sus bases financieras, la empresa corre grave riesgo ante una contracción de la economía.