La energía no renovable determina las fuentes de energía producidas por la naturaleza en una cantidad limitada. Y que se extinguen a medida que se consumen, o cuyo ritmo de utilización es muy superior al ritmo natural en que se forma el recurso. En otras palabras, son aquellas que acabarán agotándose, ya que se consumen para satisfacer las necesidades de la sociedad. Las energías no renovables tienen importantes ventajas sobre sus homólogas renovables, pero también presentan varios inconvenientes que hay que tener en cuenta.
¿Qué son las fuentes de energías no renovables?
Las fuentes de energía no renovable, también conocidas como fuentes primarias de energía. Son fuentes de energía que se encuentran en la naturaleza en cantidades limitadas y que no pueden renovarse. O al menos, que no pueden reponerse en un mediano o muy largo plazo de tiempo, mediante procesos naturales. Las energías no renovables se utilizan desde hace siglos e incluyen los combustibles fósiles (carbón, gas natural y petróleo) y más recientemente, la energía nuclear (la fisión y la fusión nuclear).
Actualmente, las fuentes de energía no renovable, son la principal fuente de producción de energía primaria en todo el mundo. Y los combustibles fósiles representan el 85% del consumo mundial.
Fuentes de energías no renovables
Entre los tipos de energía más comunes tenemos, los combustibles fósiles (el petróleo, el carbón, el gas natural) y la energía nuclear (el uranio).
Combustibles fósiles
Son las fuentes de energía no renovable más utilizadas, incluyen el petróleo, el gas natural y el carbón. Se extraen de la tierra mediante perforación o minería y pueden quemarse para producir calor o convertirse en otras formas de energía, como la electricidad.
Petróleo: Es una mezcla líquida de hidrocarburos extraídos de yacimientos subterráneos. Se usa como combustible para vehículos y para generar electricidad.
Carbón: Es un mineral sólido compuesto de carbono y otros elementos, se obtiene de yacimientos subterráneos. Este mineral se utiliza como combustible para la generación de calor y electricidad.
Gas natural: Es una mezcla de gases compuestos principalmente por metano, obtenido de yacimientos subterráneos. Se utiliza como combustible para la generación de electricidad y para el calentamiento de edificios.
Energía nuclear
Este tipo de energía no renovable procede de la división de átomos en un reactor nuclear para liberar calor y generar electricidad o proporcionar calor a procesos industriales (como la fabricación de fertilizantes).
Aunque se considera una de las fuentes más seguras de producir energía, porque no libera gases de efecto invernadero como los combustibles fósiles, hay preocupación por la eliminación de residuos radiactivos y su seguridad durante largos periodos de tiempo. Este tipo de energía producida en plantas nucleares utiliza como combustible el uranio.
Uranio: Es un elemento químico pesado que se encuentra en yacimientos subterráneos. Se utiliza como combustible en centrales nucleares para generar electricidad a través de la fisión nuclear.
¿Qué desventajas presentan las fuentes de energías no renovables?
Las fuentes de energía no renovables tienen muchos inconvenientes. Por ejemplo, son finitas, lo que significa que solo pueden cosecharse una vez y luego desaparecerán para siempre. Además, también resulta caro extraer estos recursos y procesarlos. De manera que no es una forma eficiente ni económica de producir energía.
Otro inconveniente es que este tipo de combustibles no ayudan a salvar el medio ambiente. Las emisiones de carbono y otras sustancias resultantes de su producción, son nocivas para nuestra atmósfera y el medioambiente. Dicho de otra manera, contribuyen en gran medida a elevar los niveles de contaminación en todo el mundo. Esto se debe, principalmente, a la gran cantidad de productos de desecho que hay que eliminar tras su uso o durante las fases de producción.
Ventajas de los recursos no renovables
Aunque en definitiva las fuentes de energía no renovable presentan una gran cantidad de desventajas, principalmente para nuestro medioambiente, sería poco inteligente no aceptar que también traen consigo importantes ventajas. Por ejemplo:
Aunque pueden resultar costosos, los recursos no renovables son más eficientes y más económicos que las fuentes de energía renovables. El precio de extraer el petróleo y el gas natural son mucho más bajos que el de las centrales solares o eólicas. Lo que significa que el coste de producir energía con recursos no renovables puede ser mucho menor que el de utilizar renovables.
Al no depender de elementos naturales como la luz solar, el agua o el viento para generar electricidad, no existe el riesgo de que el suministro se interrumpa repentinamente por la falta de estos, en un momento determinado. Algo que ocurre frecuentemente, con fuentes de energía renovables como los paneles solares y los aerogeneradores (que dependen de las condiciones meteorológicas).
A diferencia de las tecnologías de energías renovables como los paneles solares y los aerogeneradores, las no renovables no necesitan subvenciones públicas para ser comercialmente viables. De manera que pueden competir con sus competidoras tradicionalmente más baratas, sin ninguna ayuda de los contribuyentes, que tendrían que pagar impuestos más altos para poder recuperar lo ya gastado en la compra de equipos.
Situación de la generación de energía eléctrica en España
Al hablar de la situación de la generación eléctrica en España, queremos referirnos fundamentalmente a las fuentes de energía utilizadas para la producción de electricidad.
Debemos reconocer que la producción de energía eléctrica en España ha evolucionado en los últimos años. Pues de un 56 % de energía producida a partir de combustibles fósiles (principalmente de carbón y fueloil) en centrales térmicas en el año 2000, se ha observado una mayor presencia de las fuentes de energía renovables (35 % en 2010). Así como la creación de un buen número de centrales de ciclo combinado (gas natural y vapor de agua), que lograron cubrir un 29 % del total de la demanda en el 2009.
Trayendo como resultado que para el año 2022, ya más del 58% de la energía eléctrica generada en España, es producto de fuentes renovables, como la eólica y la fotovoltaica, que ha logrado superar a la hidráulica. Disminuyendo notoriamente en el último año, la presencia de combustibles fósiles como el carbón.