El placer de perderse entre tabernas en Grecia

Es otra forma de recorrer el país. A veces, requiere ir varias veces al mismo lugar para ver cosas que no veías, aunque las tuvieras delante de ti. Más en un país como Grecia, cuyas visitas arqueológicas, sus islas o sus playas, pueden absorberte plenamente. Y es que, a pesar de las tensiones financieras que lleva viviendo Grecia desde hace un tiempo y que este verano han saltado con toda su crudeza, el turismo no ha dejado de visitar este maravilloso país, afortunadamente, porque es una importantísima entrada de recursos económicos.

Cada vez que he visitado Grecia la he disfrutado desde una perspectiva distinta, pero la verdad es que siempre he gozado de algo. Por ejemplo, sin darnos cuenta, cuando viajamos por ella, las utilizamos permanentemente, nos embriagan por sus ubicaciones, su encanto, sus vistas, su iluminación nocturna, etc. Cada rincón de Grecia tiene su taberna.

El barrio de Plaka, en Atenas, es un exponente maravilloso de cómo las tabernas abordan las calles, las alturas de los edificios, las escaleras de las calles empinadas descendiendo de la acrópolis, las plazas…

De día y de noche

Son un verdadero encanto por el día, la mayoría de ellas con ventiladores y difusores de agua, para que puedas disfrutar de una bebida bien fresca o de su maravillosa comida y paliar el enorme calor que la ciudad vive en verano. Pero por las noches embellecen sus calles con iluminaciones tenues, velas, farolillos, muchas de ellas rodeadas de abundante vegetación, lo que le da una frescura enorme.

Algunas con actuaciones o música en directo, otras con vistas a la Acrópolis, a veces dejando un estrecho pasillo en la calle, por el que solo puede pasar una pareja, casi tocando la taberna de enfrente. Creo que forman parte del ADN de la ciudad y seguro que si has recorrido este famoso barrio, lo recuerdas con encanto.

También en las islas

Pero no solo encontramos maravillosas tabernas en la ciudad. Las islas están llenas de ellas en sus muchas veces angostas y estrechas calles, como las de Mykonos, por hablar de una isla símbolo de Grecia, con su pueblecito perfectamente cuidado, encalado de blanco, y sus calles repletas de rincones con mesas, luces… Son una auténtica delicia.

Cuesta decidir donde sentarse y elegir una de ellas. También las hay mirando el mar, en terrazas o llenando alguna de sus plazas, pequeñas pero perfectamente aprovechadas. O totalmente ajustadas en el lateral de la calle y tu circulas todo el rato teniéndolas a tu lado, pegadas a ti, perfectamente encajadas en el paisaje de sus laberínticas calles.

Santorini

Grecia cuenta con entre 3.000 y 6.000 islas, según se cuente teniendo en cuenta unos criterios u otros. Lo que está claro es que sus islas forman un elemento sustancial de la imagen y la vida de Grecia. Y no siempre han estado volcadas en el turismo exterior.

Un ejemplo de isla famosa, seguramente una de las más conocidas de Grecia, es Santorini, que despertó al turismo en los años 70. Anteriormente su economía se basaba en otros productos relacionados con la tierra, como el vino. Pero con la eclosión del turismo, cada pueblecito de Santorini es una verdadera joya.

Por ejemplo, Oia ofrece una imagen maravillosa donde, de nuevo, sus tabernas y terrazas son parte esencial de la ciudad. Es difícil encontrar en el mundo tantas terrazas y tabernas con unas vistas sencillamente inmejorables sobre el mar, en acantilados, casi con la sensación de sobrevolar el Egeo o sentir que, si das un paso, caerás al mar, con unas vistas únicas e impresionantes.

Tal vez aquí nos encontremos con tabernas con una imagen adaptada, actual, pero no son solo un coto cerrado de islas tan populares y conocidas como Mikonos o Santorini. Son un elemento esencial de todas ellas.

He visitado muchas islas –Patmos, Aegina, Samos, Idra, Creta, etc.–, y las encontrarás en todos los lugares. Y algunas, cuando te adentras en las poblaciones menos turísticas, propias de la vida griega, tienen un sabor especial, distinto y muy auténtico.

En todos los pueblos

Forman parte de la vida griega, son el punto de encuentro de su población, donde conversar, compartir… La diferencia con las islas más turísticas tal vez esté en la decoración, el cuidado de todo lo que en ellas hay, pensando que van dirigidas a un público más exigente, extranjero, cosmopolita… Pero no dejan de ser las maravillosas tabernas que cautivan a todo el que visita el país.

Así que, en tu próximo viaje a Grecia te animo a que las descubras más intensamente, te fijes en ellas y verás cómo descubres otra Grecia, otras experiencias que, seguramente, te permitirán disfrutar mucho más. Valen la pena.