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España, a la cola OCDE en libertad económica: IEE alerta de lastre fiscal

El Instituto de Estudios Económicos sitúa a España en el puesto 31 de 38 países de la OCDE en el Índice de Libertad Económica 2025 y reclama un giro de marco para reactivar el crecimiento.

España, a la cola OCDE en libertad económica: IEE alerta de lastre fiscal
Publicado a 30/09/2025 14:01 | Actualizado a 30/09/2025 18:01

Nuestro país afronta 2025 con un diagnóstico incómodo: según el informe «La libertad de empresa en España. Índice de Libertad Económica 2025», presentado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) y basado en la metodología de la Fundación Heritage adaptada al contexto nacional, nuestro país ocupa el puesto 31 de 38 entre los miembros de la OCDE y se sitúa un 7 % por debajo de la media de las economías avanzadas.

A escala global, España figura en el lugar 53 de 184 economías, si bien el IEE insiste en que la comparación relevante es con el grupo de países más prósperos, al que aspiramos a converger en renta, productividad y bienestar. El documento ha sido presentado por Íñigo Fernández de Mesa, presidente del IEE, junto a Gregorio Izquierdo, director general del instituto, y los catedráticos Carlos Rodríguez Braun y Francisco Cabrillo.

La tesis central del estudio es conocida, pero el matiz es urgente: los países con mayor libertad económica canalizan mejor sus recursos, atraen inversión, elevan la productividad y generan empleo de calidad; España, advierte el think tank, no está capitalizando ese vínculo en la medida necesaria.

El gran lastre: la salud fiscal

El eslabón más débil del desempeño español es la salud fiscal. El IEE ha identificado un déficit estructural elevado, una deuda pública al alza y una presión fiscal que impacta en empresas y familias. Este cuadro, sostienen, estrecha el margen para reducir impuestos, limita la respuesta ante crisis y desincentiva la inversión privada. A todo ello se suma el peso del gasto público sobre el PIB, que, en relación con nuestro nivel de renta, interfiere con el desarrollo del sector privado, distorsiona la asignación de recursos y debilita los incentivos a la productividad.

El informe apunta, además, a un deterioro en el ranking de facilidad inversora, donde España cae al puesto 20 de 38 entre las economías avanzadas. La lectura del IEE es que se ha configurado un entorno menos favorable a la inversión por mayores restricciones regulatorias y menor seguridad jurídica.

El efecto macro es visible: la inversión empresarial se mantiene por debajo del promedio de la UE, cuando para converger en renta per cápita debería evolucionar por encima de la media de nuestros socios.

Rentabilidad y productividad: un binomio en tensión

El retroceso del clima inversor se refleja en la rentabilidad empresarial. En términos de contabilidad nacional, el Excedente Bruto de Explotación (EBE) representa menos del 42 % del PIB en 2025, por debajo del 44 % de 2018. Con márgenes más estrechos, las compañías posponen o reducen inversiones en innovación, expansión y modernización de procesos, los motores que sostienen la productividad en el medio plazo.

Para el IEE, esta debilidad ayuda a explicar por qué la economía no está aprovechando plenamente ni el alivio de los tipos de interés del BCE ni la disponibilidad de fondos europeos.

Una luz ámbar: libertad de empresa algo por encima de la media

No todo es rojo en el panel de indicadores. En el componente específico de libertad de empresa, España alcanza 102,1 puntos (cuando la media de la OCDE es de 100), una leve ventaja que, sin embargo, no basta para situarnos cerca de la élite: Dinamarca o Australia exhiben niveles del orden de un 11 % superiores.

Desde el IEE piden reforzar la libertad de empresa y clarificar los objetivos corporativos

La excesiva regulación continúa actuando como obstáculo para la creación de nuevas compañías y para la operativa cotidiana de las ya existentes, señala el informe. Por todo ello, desde el IEE piden reforzar la libertad de empresa y clarificar los objetivos corporativos como condiciones de partida para afrontar los desafíos estructurales.

La institución sostiene que preservar la rentabilidad es imprescindible para financiar las transiciones ambiental y social y que una intervención normativa excesiva puede debilitar los derechos de propiedad y distorsionar las decisiones empresariales. También defiende, asimismo, que saneamiento fiscal, simplificación regulatoria y mejora del clima inversor deben articularse de forma coherente para que la inversión vuelva a traccionar el crecimiento y la productividad.

Sin ese cambio de marco, advierten los economistas, España seguirá rezagada y desperdiciará la ventana de oportunidad abierta por los tipos más bajos y los recursos europeos.

La libertad económica como palanca de bienestar

Más allá de los indicadores, el informe subraya una idea de fondo: la libertad económica es un medio para ampliar el potencial de crecimiento y elevar el bienestar. Los países que la protegen, sostiene, utilizan de forma más eficiente sus recursos y generan empleo de mayor calidad. Pero también introduce un equilibrio necesario: la empresa afronta responsabilidades crecientes en materia social y ambiental, y no habrá sostenibilidad duradera sin sostenibilidad financiera.

La rendición de cuentas —argumenta— debe ser capaz de compatibilizar objetivos sin desdibujar el núcleo de la actividad empresarial, que es satisfacer de forma eficiente demandas cambiantes mediante transacciones voluntarias que mejoran el bienestar de los consumidores.

El mensaje final del IEE es claro: recomponer los fundamentos del crecimiento exige marcos estables, cuentas públicas saneadas y un entorno predecible para invertir y emprender. En un contexto de complejidad institucional, transformación tecnológica acelerada y tensiones geopolíticas, España necesita pasar del estancamiento relativo a la convergencia. La hoja de ruta —insiste el instituto— no pasa por multiplicar objetivos regulatorios, sino por crear condiciones para que la inversión privada, la innovación y la productividad vuelvan a ser el motor del bienestar a largo plazo.

Firma
Fotografía de Borja RamírezBorja RamírezGraduado en Periodismo por la Universidad de Valencia, está especializado en actualidad internacional y análisis geopolítico por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en las ediciones web de cabeceras como Eldiario.es o El País. Desde junio de 2022 es redactor en la edición digital de Economía 3, donde compagina el análisis económico e internacional.
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