Casi la mitad de los trabajadores españoles no entiende su nómina
Redacción E3
En sectores clave de la Comunidad Valenciana —como el industrial, logístico o tecnológico— es cada vez más habitual encontrar profesionales cualificados que, por distintos motivos, no están desarrollando todo su potencial. Ya sea por falta de actualización interna, por estructuras organizativas rígidas o por decisiones a corto plazo, se produce un desajuste entre lo que una persona puede aportar y lo que realmente hace.
Este desequilibrio no siempre es evidente, pero sí tiene consecuencias. Trabajar por debajo del nivel real de competencia puede frenar el desarrollo individual, limitar el rendimiento colectivo y debilitar la competitividad empresarial. Todo ello, en un momento en el que la región trata de consolidar un modelo productivo más innovador, digital y orientado al valor añadido.
Replantear el rumbo profesional no es una muestra de impaciencia, sino una respuesta lógica. Cada vez más personas optan por formaciones ejecutivas, Masters MBA, programas especializados o procesos de acompañamiento profesional que les permita acceder a conocimientos actualizados, reforzar la visión estratégica y aspirar a puestos de mayor responsabilidad.
En el día a día laboral hay síntomas que pueden pasar desapercibidos, pero que, si se repiten con frecuencia, conviene no ignorar.
Cuando las tareas se vuelven repetitivas y predecibles, el puesto pierde capacidad para estimular el aprendizaje. Según Ana Muñoz, consultora de desarrollo profesional, “la falta de reto es una de las causas más frecuentes de estancamiento silencioso. Uno sigue cumpliendo, pero deja de crecer”.
Este efecto es especialmente visible en sectores dinámicos como logística, ingeniería o marketing digital, donde los cambios constantes exigen profesionales expuestos a nuevos desafíos.
Quien domina idiomas, herramientas digitales o tiene experiencia en liderazgo y gestión de equipos, pero no aplica nada de ello, está en una situación de claro desaprovechamiento y subutilización de recursos y capacidades. Esto ocurre con frecuencia en sectores exportadores como el agroalimentario o el textil, presentes en muchas comarcas valencianas.
Cuando una empresa no ofrece formación, mentoría o participación activa en nuevos proyectos, lo habitual es que sus trabajadores se estanquen y se desmotiven. Si además se mantiene durante años, se corre el riesgo de quedar desactualizado en un mercado donde la evolución tecnológica es constante. Una organización que cuida a sus profesionales en cada uno de sus pasos suele detectar el talento interno y encontrar formas de hacerlo crecer.
Cuando el salario está por debajo del valor de mercado para un perfil similar, conviene revisar la situación. Herramientas de comparación salarial y el contacto con otros profesionales del sector ayudan a tomar conciencia sobre la realidad profesional.
Ignorar esta situación durante demasiado tiempo no solo frena la carrera. También puede tener un impacto directo en la motivación, la reputación profesional y la capacidad de adaptación a nuevos entornos. En sectores como el tecnológico o el financiero, muy presentes en el tejido empresarial valenciano, quedarse inmóvil durante años implica una pérdida real de competitividad.
Detectar que un puesto no está alineado con el potencial real obliga a replantear la trayectoria profesional con mayor criterio. Haciendo un buen plan de acción, es posible reenfocar el rumbo profesional y avanzar hacia posiciones en las que las capacidades se aprovechen de mejor manera en la misma empresa o en otra con mayor atractivo.
Revisar la trayectoria, identificar fortalezas y analizar qué tipo de entorno encajaría mejor con los valores y capacidades actuales. Este proceso puede hacerse de forma individual o con apoyo externo (programas de mentoría, coaching o consultoría especializada).
Una vez detectado el desajuste, conviene establecer objetivos concretos: asumir nuevos retos dentro del equipo, explorar un cambio de rol o plantearse una transición hacia otro sector. Lo importante es tomar decisiones con intención y visión de futuro.
Uno de los caminos más eficaces para alinear funciones y capacidades es apostar por una formación ejecutiva de calidad. En este sentido, comparar los mejores MBA en Valencia y tomar la decisión de estudiar uno de ellos permite adquirir una visión estratégica, desarrollar habilidades directivas y ampliar la red de contactos.
Muchos de estos programas combinan aprendizaje práctico, colaboración con empresas locales y metodologías orientadas a resultados. Todo lo anterior favorece un retorno tangible en términos de empleabilidad, remuneración, reconocimiento y posicionamiento profesional.
Trabajar en un entorno que no reconoce ni aprovecha las capacidades de sus profesionales es un problema individual, es una pérdida para las empresas y, también, para el tejido económico valenciano. El talento desaprovechado no genera innovación, ni mejora procesos, tampoco construye equipos más sólidos.
Es necesario, por tanto, replantear cómo se distribuyen las funciones y responsabilidades, cómo se mide el desempeño o cómo se identifica el potencial interno para trabajar en una empresa que crece de forma sostenida y no pierde valor sin darse cuenta.
A nivel individual, mirar con sentido estratégico y visión de futuro también implica preguntarse si uno está donde quiere estar. Y si no es así, es el momento preciso para empezar a moverse y hacer un mejor uso de los conocimientos, capacidades y habilidades que ya se tienen.
Redacción E3