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Yoann Artus (Alan): "La salud mental cuesta a la empresa 16.000€ al año por empleado"

El impacto de la hiperconexión en la salud mental es profundo y medible. Cuando estamos permanentemente disponibles, nuestro cerebro no logra desactivar la respuesta al estrés, lo que mantiene elevados los niveles de cortisol.

Y. Artus (Alan): «La salud mental cuesta a la empresa 16.000€ al año por empleado»

Yoann Artus, general manager de Alan España

Publicado a 01/08/2025 16:43 | Actualizado a 01/09/2025 17:33

Con la llegada del verano y la ansiada jornada intensiva, muchas empresas se enfrentan a un reto silencioso que mina la productividad y el bienestar de sus equipos: la hiperconexión. Según datos de Alan, el 81% de los empleados admite consultar mensajes de trabajo fuera de su horario laboral, y más de la mitad sufre un aumento de estrés por ello, afectando así a su salud mental.

Sobre cómo afrontar este fenómeno, sus riesgos y cómo proteger la salud mental de los trabajadores hablamos con Yoann Artus, general manager de Alan España.

Hiperconexión y salud mental

– Según vuestro último estudio, el 81% de los trabajadores revisa mensajes fuera del horario laboral. ¿Qué factores están detrás de esta hiperconexión? ¿Es una cuestión cultural, tecnológica o de liderazgo?

La hiperconexión que observamos hoy es resultado de una tormenta perfecta donde convergen tres factores fundamentales.

En primer lugar, la tecnología ha desdibujado las fronteras entre trabajo y vida personal. Los mismos dispositivos que nos dan flexibilidad también nos mantienen permanentemente conectados al trabajo, especialmente en entornos híbridos donde la oficina nos acompaña a casa.

Sin embargo, el factor más determinante es cultural: hemos normalizado una disponibilidad permanente que, como demuestra nuestro estudio, es insostenible. El 81% de los trabajadores españoles revisa mensajes fuera del horario laboral y el 58% reporta que esto aumenta significativamente sus niveles de estrés.

El tercer factor, y donde vemos la mayor oportunidad de cambio, es el liderazgo. Cuando los managers envían mensajes fuera de horario o responden e-mails en vacaciones, establecen expectativas implícitas que los equipos sienten que deben cumplir. No es casualidad que el 39% de los trabajadores esté considerando cambiar de empleo, con el estrés y la conciliación como principales motivos en dos tercios de los casos.

Consecuencias de la hiperconexión

– ¿Qué impacto real tiene esta disponibilidad permanente en la salud mental de los empleados? ¿Qué consecuencias habéis detectado a nivel de estrés, conciliación y motivación?

El impacto de la hiperconexión en la salud mental es profundo y medible. Cuando estamos permanentemente disponibles, nuestro cerebro no logra desactivar la respuesta al estrés, lo que mantiene elevados los niveles de cortisol. Esto no solo afecta a nuestro bienestar emocional, sino que impacta directamente en nuestra capacidad cognitiva y creatividad.

Nuestro estudio revela las consecuencias concretas de este patrón:

  • El 58% de quienes revisan mensajes fuera de horario reportan un aumento significativo del estrés.
  • En los últimos tres meses, los trabajadores han perdido una media de 7 días laborables por bajas relacionadas con estrés, fatiga o malestar físico.
  • Solo el 25% de los empleados logra mantener hábitos saludables de forma consistente.

Además, observamos un efecto dominó preocupante: el estrés constante reduce la concentración y creatividad, lo que lleva a necesitar más horas para completar las tareas. Esto, a su vez, erosiona aún más la conciliación, creando un círculo vicioso que afecta tanto al bienestar como al rendimiento.

– El verano y la jornada intensiva parecen ideales para desconectar, pero ¿por qué muchos empleados no logran hacerlo? ¿Qué barreras psicológicas o laborales impiden la verdadera desconexión?

Nuestro estudio revela una realidad preocupante sobre la desconexión en el entorno laboral español: aunque el 60% de los empleados aspira a mantener hábitos saludables, incluyendo una verdadera desconexión del trabajo, solo el 25% lo consigue de forma constante. Esta brecha entre intención y acción sugiere que existen obstáculos significativos en nuestro entorno laboral.

Nos encontramos también con una serie de barreras tanto psicológicas como estructurales. Por un lado, existe un miedo irracional a ‘perderse algo importante’ o ser percibido como menos comprometido. Por otro, la cultura del ‘siempre disponible’ genera una presión social implícita que hace que muchos empleados se sientan culpables al desconectar, incluso durante sus vacaciones.

A esto se suma la realidad de equipos reducidos donde la carga de trabajo no disminuye en verano, lo que hace que muchos sientan que no pueden permitirse desconectar por completo sin que esto impacte en sus compañeros o en sus objetivos.

Buenas prácticas

– Desde la perspectiva de Alan, ¿qué responsabilidad tienen las empresas para evitar la hiperconexión? ¿Qué medidas efectivas pueden implementar los líderes y los equipos de RRHH para promover la desconexión digital?

Las empresas tienen una responsabilidad fundamental porque son las que crean el entorno y establecen las normas, escritas o no, que influyen en los hábitos de sus empleados. No basta con tener una política de desconexión digital sobre el papel; hay que vivirla desde el liderazgo.

Algunas medidas que vemos que funcionan bien para promover la desconexión:

  • Establecer expectativas claras sobre tiempos de respuesta y disponibilidad.
  • Respetar los horarios de descanso, evitando enviar comunicaciones fuera de horario.
  • Formar a los managers en una gestión de equipos que priorice el bienestar.
  • Medir y reconocer el impacto positivo de la desconexión en la productividad y el bienestar.

– ¿Qué buenas prácticas o políticas destacaríais como ejemplos de éxito para respetar los tiempos de descanso? ¿Podrías compartir algún caso concreto o recomendación práctica?

Basándonos en nuestra experiencia y los datos del estudio, hay dos niveles de actuación que resultan especialmente efectivos: las políticas organizativas y las herramientas de prevención.

A nivel organizativo, estas son las prácticas que vemos que generan mejores resultados:

  • Establecer ‘horas tranquilas’ sin reuniones para el trabajo focalizado.
  • Configurar el envío diferido de emails fuera de horario laboral.
  • Definir protocolos claros para urgencias reales.
  • Reconocer y celebrar a los equipos que mantienen un buen equilibrio.

Pero lo más efectivo es invertir en prevención. En Alan lo hacemos a través de dos vías principales:

  1. Herramientas digitales que fomentan hábitos saludables. Por ejemplo, Alan Play ayuda a incorporar rutinas como caminar, meditar o hacer ejercicios de respiración de forma natural en el día a día, gamificando estas actividades para hacerlas más atractivas y sostenibles.
  2. Acceso simplificado a especialistas. Nuestros datos muestran que la psicología y la fisioterapia son las especialidades con mayor demanda e impacto cuando se abordan preventivamente. De hecho, más del 80% de nuestros usuarios acceden a terapia psicológica por primera vez gracias a Alan.

El impacto de este enfoque preventivo es significativo: ayuda a abordar problemas que nuestro estudio identifica como críticos, como el absentismo y la fuga de talento, desde la raíz.

El impacto de la salud mental en la productividad

– ¿Cómo influye la hiperconexión en la productividad y la retención de talento? ¿Puede una plantilla agotada convertirse en un riesgo para la competitividad de la empresa?

Sin duda. Los datos de nuestro estudio son contundentes: la hiperconexión y el agotamiento están directamente relacionados con pérdidas significativas de productividad y un mayor riesgo de fuga de talento.

Cuando analizamos el impacto económico, vemos que los problemas de salud relacionados con el estrés, el sedentarismo y la soledad no deseada cuestan a las empresas españolas cerca de 16.000 euros por empleado al año. Para una empresa de 100 personas, esto supone más de 1,5 millones de euros anuales en productividad perdida y absentismo.

Pero quizás el dato más preocupante es que el 39% de los empleados está considerando cambiar de trabajo antes de 2025. En el 63% de los casos la razón principal es el estrés o la falta de conciliación. Esto demuestra que una cultura de hiperconexión no solo afecta al bienestar, sino que se convierte en un riesgo real para la retención del talento y la competitividad empresarial.

– ¿Qué papel juega la tecnología en esta paradoja? ¿Puede la tecnología ayudar a limitar la hiperconexión o es parte del problema?

La tecnología es una herramienta y como tal puede ser parte del problema o de la solución, dependiendo de cómo la utilicemos. Es cierto que ha contribuido a la hiperconexión, pero también nos ofrece soluciones innovadoras para gestionarla mejor.

Nuestros datos muestran que el 75% de los empleados españoles ve con buenos ojos las soluciones digitales para mejorar la salud en el trabajo. Por eso, en Alan, como en muchas otras empresas dedicadas a esto, apostamos por usar la tecnología de forma inteligente para promover el bienestar.

Al fin y al cabo, la clave está en diseñar tecnología que nos ayude a establecer límites saludables, no a difuminarlos. Necesitamos herramientas que faciliten la desconexión y promuevan un uso consciente de la tecnología, en lugar de fomentar una disponibilidad permanente.

Salud mental en verano

– Por último, ¿qué consejos daríais a los trabajadores para desconectar de verdad este verano sin sentir culpa o miedo a perder oportunidades? ¿Cómo pueden comunicarse con sus superiores y equipos para marcar límites saludables?

El primer paso es entender que la desconexión no es un privilegio, sino una necesidad para mantener un rendimiento sostenible a largo plazo. A partir de ahí, lo importante es ser práctico y planificar.

Recomiendo empezar con una conversación honesta con el equipo y los superiores, idealmente unas semanas antes de las vacaciones. Es el momento de acordar quién puede gestionar las urgencias y definir claramente qué constituye una emergencia real.

Durante las vacaciones, la clave está en confiar en los protocolos establecidos. Si has preparado bien tu ausencia, el equipo sabrá gestionar las situaciones que surjan. Y, si surge una verdadera emergencia, ya habrás definido cómo quieres que te contacten.

Para el regreso, recomiendo reservar el primer día para aterrizar y ponerte al día gradualmente. Es tentador programar todas las reuniones importantes para el primer día, pero la experiencia nos dice que es más efectivo darle un margen al equipo para actualizar prioridades y retomar el ritmo de forma sostenible.

Lo más importante es recordar que establecer límites saludables no solo te beneficia a ti, sino que ayuda a construir una cultura laboral más sostenible para todos. Cuando normalizamos la desconexión real, todo el equipo sale ganando.

Firma
Fotografía de Sara MartíSara MartíCoordinadora editorial. Graduada en Periodismo por la Universidad Jaume I, estoy especializada en contenido web y ediciones digitales por el Máster en Letras Digitales de la Universidad Complutense de Madrid. Mi experiencia en el mundo de la comunicación abarca desde el institucional hasta agencias y medios de comunicación. Al día de la actualidad empresarial y financiera en Economía 3 desde marzo de 2021.
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