«El buen líder enseña y deja hacer a sus equipos con el objetivo de que se desarrollen personal y profesionalmente». Quién así se pronuncia es Nuria Marsal, directora de Programas del IESE en Valencia. Esta Mujer al Timón lleva 25 años de trayectoria profesional en el mundo de la formación y el gran consumo.
Este año la escuela de negocios en Valencia cumple 50 años. El IESE empezó su actividad en 1958 con el Programa de Alta Dirección de Empresas (PADE) en su campus de Barcelona. 16 años después puso un pie en Madrid y otro en la Comunitat Valenciana, donde impartiría el Programa de Desarrollo Directivo con gran éxito. No en vano, la primera promoción contó con 50 participantes de diferentes procedencias de la geografía valenciana y diferentes sectores. A partir de ese momento -y durante 50 años más- se han impartido 37 programas a 1.350 participantes.
«El tejido industrial y empresarial ha crecido enormemente durante estos años. Y el IESE siempre ha estado ahí, acompañando y apoyando a muchos empresarios y directivos ofreciendo formación continua para afrontar los constantes retos», expresa Marsal.
Una trayectoria profesional de más de 25 años
– Empecemos por el principio, ¿cómo valorarías tu experiencia y trayectoria hasta alcanzar tu puesto actual?
Siendo sinceras, durante mis más de 25 años de trayectoria profesional he tenido muy en cuenta el tema de la dedicación laboral, priorizando poder tener un equilibrio entre la vida profesional y personal para atender el cuidado de mis tres hijos.
Hoy en día se habla de ‘integrar vida profesional y personal’, pues ambas forman parte de la misma persona. Con disciplina y apoyo he podido desarrollar mi trayectoria en sectores y funciones diferentes, aportando una riqueza en los retos que me ha hecho muy atractivo el camino.
– ¿Y cómo ha evolucionado la presencia femenina en puestos de representación?
Avanzando, pero insuficiente. No soy partidaria de cuotas, sino de capacidades. Hoy en día es más fácil trabajar por objetivos y no por horarios. El teletrabajo ha venido para quedarse, compaginando con la presencialidad, que tanto favorece las relaciones y el buen entendimiento.
Todo ello facilita que las posiciones directivas sean cada vez más ocupadas por mujeres directivas que tienen una visión holística.
Liderazgo femenino
– ¿Qué retos hay pendientes para seguir impulsando el liderazgo femenino?
El hecho de que sean mujeres las que dirijan una organización tiene implicaciones, pues la forma de dirigir será más conciliadora y seguramente esto beneficiará a que otras mujeres se sientan atraídas por el liderazgo y quieran aspirar a estar en puestos directivos.
En general, las mujeres hemos de creer más en nosotras mismas nuestra manera de hacer y aportar desde esta visión holística, tan generosa y resiliente a la vez.
– ¿Algún consejo para jóvenes profesionales o empresarias que estén empezando?
Tener una buena preparación y una hoja de ruta claras ayudan a hacer realidad los proyectos que uno tiene en mente. Es verdad que hay fases distintas en la vida y te das cuenta echando la mirada atrás y quizás es bueno respetar esos tiempos y saber que hay mucho camino por delante y que cada uno ha de conocer realmente lo que quiere y cuándo.
Por supuesto, ir bien acompañado en este camino es fundamental para llegar más lejos, tanto de aprendizaje continuo como de compañeros de viaje.
Qué aporta el IESE al tejido empresarial
– ¿Por qué un directivo debería cursar un Programa de Perfeccionamiento Directivo?
Los programas de perfeccionamiento directivo profundizan en el conocimiento de todas las áreas de la empresa, desde una visión global y transversal de la misma, mejorando gracias al método del caso, la toma de decisiones. La capacidad directiva es un conjunto de conocimientos, actitudes y habilidades y todos necesitamos mejorarlas a lo largo de nuestra vida profesional.
Ampliar estos conocimientos y visión gracias a los profesores y experiencias de los compañeros es vital para poder contrastar y robustecer nuestra toma de decisiones.
– ¿Qué desafíos tienen por delante los directivos en nuestro país? ¿Cuáles son sus principales fortalezas? ¿Y en qué deberían trabajar más?
La sostenibilidad, la productividad, la digitalización y la continua adaptación a los retos continuos ya son de por sí un desafío. En general, somos directivos muy adaptables y dinámicos, emprendedores, creativos y con gran capacidad de lanzar proyectos.
Hemos de trabajar la visión a largo plazo y la productividad. El aprendizaje continuo nos debería acompañar durante toda nuestra trayectoria profesional. Siempre es bueno compartir, contrastar ideas y aprender de los éxitos o fracasos de los demás.
El buen líder
– ¿Ha cambiado mucho el concepto de ‘buen liderazgo’ en los últimos años? ¿Cómo se adapta el tejido empresarial a estas nuevas demandas y realidades?
La esencia es la misma: el buen líder enseña y deja hacer a sus equipos con el objetivo de que se desarrollen personal y profesionalmente y procurando que se dé ese impacto positivo en su día a día, la empresa y la sociedad, en general.
Añadiría que el buen líder suele tomar buenas decisiones y estas se basan en los conocimientos, experiencias y habilidades. A la vez que es generoso con estas capacidades para que otros aprendan a liderar y tomen el relevo.
– Del mismo modo, ¿cómo os adaptáis los que os dedicáis a formar a estos directivos?
Los profesores del IESE se dedican a partes iguales a impartir clases, investigar y hacer consultoría. Esto les permite tener una idea clara de la realidad empresarial y de las necesidades de talento a lo largo de los años.
– ¿A qué responde la apuesta del IESE por la Comunitat Valenciana? ¿Qué importancia consideras que tiene el territorio en relación a su tejido económico y productivo?
La Comunitat Valenciana es la tercera más importante de España, con unos sectores como la automoción, la cerámica, el calzado o los bienes de equipo, entre otros, de gran peso, y el IESE siempre ha querido acompañar y apoyar a los empresarios y directivos en su formación continua.
A lo largo de estos 50 años, las empresas de la Comunitat Valenciana se enfrentan a nuevos proyectos y desafíos de internacionalización, transformación digital, sostenibilidad y productividad muy retadores, que requieren de un talento en constante evolución. Además, el relevo generacional en puestos de alta dirección también requiere de una preparación de altísimo nivel.