El número de aspirantes a conductor de tren está en auge durante los últimos años y cada vez son más aquellos que ven en esta opción una alternativa laboral interesante. Y es que, hoy por hoy, se trata de una profesión con pleno empleo que absorbe a los recién formados de manera prácticamente inmediata, tanto para transporte de viajeros como de mercancías. La única barrera para acceder -además de los exámenes- es la económica, ya que el curso cuesta alrededor de 20.000 euros.
Entre los principales atractivos, además del trabajo asegurado, se encuentran las tablas salariales de Renfe -superiores a las de las privadas Iryo y Ouigo-. Para el personal de conducción oscilan entre los 20.000 y los 50.000 euros anuales, en función de la antigüedad y la categoría, a lo que hay que añadir la parte variable, según figura en el convenio de la compañía.
Si bien la liberalización del transporte de viajeros en trenes de alta velocidad ha dado un impulso a la profesión de maquinista por la entrada de los operadores privados, es Renfe la que ofrece las mejores condiciones salariales a sus maquinistas, por lo que las compañías han de suplir anualmente aquellos profesionales que se pasan al sector público.
Aspirantes a maquinista
Este mes Renfe ha abierto la inscripción para su 17 curso de aspirantes a maquinista, para el que prevé 294 matrículas. En las 16 promociones anteriores la operadora pública ha formado a más de 3.900 conductores. Carlos Martí es uno de estos futuros maquinistas, apenas entrado en la treintena y con un recorrido laboral que nada tenía que ver con lo ferroviario, decidió dar un cambio a su vida para perseguir una vocación.
«En mi caso se juntaron la vocación y las circunstancias. Los trenes me han gustado desde pequeño, en mi anterior trabajo decidieron prescindir de empleados ofreciendo bajas incentivadas y aproveché que venían mal dadas para dar el cambio a una profesión que siempre me ha llamado la atención», explica el joven.
Sin embargo, además de la vocación, lo que ha llevado a la mayoría de los futuros conductores de tren a decantarse por esta opción es la seguridad laboral. Al respecto, Martí asegura que «es cierto que mi perfil no es el mayoritario entre mis compañeros, el perfil mayoritario es heterogéneo, pero podríamos decir que es gente que persigue un trabajo estable, que no sea aburrido y en el que se perciben buenos sueldos. Todavía estamos en el curso y la gente ya está pendiente de la convocatoria pública…».
La mayoría de los aspirantes, afirma en declaraciones a EFE Santiago Bullido, responsable de la escuela ferroviaria de Transfesa, son jóvenes entusiastas del ferrocarril o personas más veteranas, que proceden de otros sectores (conductores de camión, construcción, gruistas, autónomos…) y buscan opciones laborales más seguras y con mejores perspectivas de conciliación con la vida personal.
Relevo generacional
A la hora de acceder al sector, el proceso ha sido históricamente algo hermético y la entrada estaba condicionada por el mundo militar. La gran demanda actual de mano de obra se explica en gran medida por la jubilación de gran parte de los maquinistas pertenecientes a la generación del «baby boom». A ello hay que sumar la entrada de empresas privadas -operando empresas tanto de mercancías como de pasajeros- que ha contribuido a la gran necesidad de maquinistas.
«Renfe cuenta con un estatuto muy favorable y te proporciona un trabajo estable, con buen horario y la posibilidad de ir a cualquier sede de España, que es a lo que muchos aspiran. Acceder, sin embargo, es complicado. Pero una vez dentro sabes que tienes una profesión para siempre y en la que puedes progresar tanto como quieras…es un puesto de funcionario que, además, es muy entretenido», asegura Martí.
Entre los futuros maquinistas, sin embargo, todavía escasean las mujeres, pese a que las cifras han ido mejorando con los años. El colectivo de conducción de Renfe ha duplicado la presencia femenina en los últimos años, desde el 3,3 % de 2018 al 7,4 % presente en la actualidad y en los cursos actuales se matriculan entre un 10 y un 12 %.
«Cada vez se ven más mujeres, pero es cierto que todavía son muy poquitas, por no decir prácticamente ninguna. En la actualidad se están incorporando muchas a las escuelas, así que confío que la situación se normalice en el futuro», concluye el aspirante.
¿De qué consta el curso de maquinista?
Para poder participar en estos procesos hay que contar con el título de Bachillerato o de Técnico de Formación Profesional o equivalente y tener 20 años cuando termine el curso.
El trayecto cuesta unos 20.000 euros y es largo: primero deben pasar unas pruebas físicas y psicotécnicas y después inscribirse en uno de los centros homologados por la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF).
Para Carlos, el precio del curso es la mayor barrera a la hora de decantarse por la profesión de maquinista. «Es un curso caro y al que tienes que dedicar tiempo durante los 11 meses que dura. Hay quien trabaja mientras lo estudia, pero cuando llegan las prácticas es muy difícil sobrellevarlo. De mi curso, las personas que trabajan son en su mayoría autónomas o que trabajan jornadas reducidas y no tienen que hacer frente a grandes gastos», explica el futuro maquinista.
El curso es de 1.150 horas, de las que 650 son de formación teórica, tras la cual los aspirantes deben hacer un examen que abre la puerta a la formación práctica (500 horas).
La liberalización abre camino
La liberalización del transporte de viajeros en trenes de alta velocidad ha dado un impulso a la profesión. Las nuevas marcas privadas de alta velocidad acuden al mercado en busca de maquinistas a través de portales de empleo y publicidad en las redes sociales, explica desde Iryo Lina Vélez en declaraciones a EFE.
Pero es difícil captar operadores de locomotora entre el personal de Renfe porque sus condiciones salariales y laborales «son algo mejores», dice la responsable de la empresa filial de Trenitalia.
Es más fácil, añade, captarlos entre los maquinistas que se dedican al tráfico de mercancías, porque estos tienen peores horarios y mayor rotación en sus turnos de trabajo.