Ya sabemos que ChatGPT es capaz de muchas cosas. Entre ellas, revolucionar en el mundo empresarial como si de un empleado más se tratara, tal y como ya contamos hace unas semanas en Economía 3. Pero, ¿puede influir también en la actual escasez de talento digital que azota a las compañías tecnológicas? ¿Puede convertirse ChatGPT en parte de la solución de este problema que trae de cabeza a pequeñas y grandes empresas?
En la actualidad, el 47% de las empresas españolas no encuentra trabajadores adaptados a los requisitos de sus ofertas en puestos que requieren un conocimiento alto en el ámbito digital y tecnológico, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
¿Por qué faltan profesionales digitales?
Juanjo Amorín, CEO de Qualentum, apunta a que «más de la mitad de los españoles cuenta con habilidades digitales básicas, pero las carreras profesionales de la economía digital son cada vez más complejas. A muchas personas con perfiles de alto potencial les falta una última milla de formación práctica especializada que les convierta en profesionales productivos. Esta es la razón por la que se produce ese desequilibrio entre la oferta y la demanda de estos perfiles especializados en servicios digitales y tecnología».
Amorín también indica que en España hay 120.000 vacantes de empleo digital y, aproximadamente, se habla de otros 200.000 empleos relacionados con la economía digital que no están registrados. «La economía digital va más rápido que la capacidad de las universidades y centros de FP de generar los planes de estudio que se necesitan. Esto no quiere decir que desde estos centros se estén haciendo mal las cosas, sino todo lo contrario, porque los esfuerzos para adecuarse a las habilidades y competencias que demandan hoy las empresas son inmensos», explica.
Y añade: «Tenemos todas las herramientas y, ahora, solo necesitamos acoplarlas para que esa brecha se reduzca y así seamos más competitivos y contemos con una sociedad más avanzada».
El impacto de ChatGPT en el entorno laboral
Agustín Rodríguez, CEO de pfs, comenta que tecnologías como este tipo de IA «permiten eficientar la gran mayoría de los procesos administrativos. Ya hay estudios que hablan de que te va a ayudar a hacer entre el 60 y el 80% de las tareas, ahorrando entre un 20 y un 30% del tiempo en realizarlas».
En la actualidad, según apunta Amorín, los puestos más demandados son los llamados ‘digital workers’. «Es una tendencia que nació en Silicon Valley para denominar a todos los empleados del mundo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)», argumenta.
Algunos de los perfiles profesionales más demandados en modalidad Apprenticeship son administrador de sistemas con especialización en Windows o Linux, desarrollador FullStack, desarrollador DevOps, analista científico de datos, técnico en Publicidad Digital, gestor y administrador de Salesforce, técnico de Ecommerce, SEO, CRO, creador y gestor de contenidos digitales, etc.
ChatGPT, un impacto «bestial»
Por su parte, Rodríguez agrega que el impacto «va a ser bestial y nos va a impactar a todos». Sobre todo, en todo lo que tiene que ver con comunicación, marketing, relación con clientes y en los sectores cuya carga administrativa es mayor respecto a la física. «A un conductor le va a impactar menos, pero para un banco, una aseguradora, cualquier tipo de financiera, una empresa de marketing o que genere cualquier tipo de contenido el impacto es total. Hablamos directamente de disrupción», expone.
También, continúa, tendrá un impacto en todo lo que tiene relación con los derechos de autor, «ya que vamos a tener un nuevo tipo de autor que es la Inteligencia Artificial». Esto no quiere decir que sustituya, simplemente que afectará. Por ejemplo: «¿Los músicos han dejado de hacer música porque existe Spotify? No, pero han cambiado su negocio, porque en YouTube y Spotify ganan más dinero».
¿Puede la IA solucionar el problema de la escasez de talento?
«Lo más difícil en la era de ChatGPT y la Inteligencia Artificial es encontrar candidatos con una empleabilidad efectiva. En la actualidad, cuestiones como saber programar o utilizar diferentes herramientas son importantes, pero la realidad es que con un escenario tan cambiante, las soft skills han pasado a un lugar protagonista, incluso por encima de las habilidades técnicas concretas. Estas son tener pasión, pensamiento estratégico, entrenar la curiosidad tecnológica, la sociabilidad y la resiliencia, porque hay que relativizar todo: hay que saber vivir en un mundo laboral en el que pueden pasar cosas», comenta Juanjo Amorín.
¿Y sería posible que en este escenario desaparecieran empleos como, por ejemplo, el de programador? El CEO de pfs responde: «Tal y como lo conocemos, sí desaparecerán, pero se transformarán en otra cosa. El trabajo va a ser más análisis del negocio, el análisis del para qué estás construyendo software más que construir software. Porque si eres capaz de darle las indicaciones de forma adecuada a la IA te va a ahorrar el tiempo de tener que escribirlo».
«El impacto en programación es muy parecido. Necesito una pieza de código que, cuando le doy esta entrada a un usuario con pantalla, me devuelva esta acción. Y te va a escribir la pieza de código. A lo mejor no es perfectamente lo que tú quieres, porque tan bien definas, tan bien te lo devolverá. Pero, con esto, vas haciendo tus piezas y las vas armando. Con lo cual es más importante saber qué quiero y para qué, que construir lo que quiero. Va a transformarse a tal punto que yo diría que el codificador que tira líneas de código tiende a desaparecer, claro», añade.
ChatGPT: ¿enemigo o aliado?
En opinión del CEO de Qualentum, la velocidad del cambio es «fascinante y va a ir a más». «La realidad es que todos tendremos que entrenar la empleabilidad, dará igual la edad y el sector. Y también lo tendrán que hacer los profesionales más demandados hoy. Todo va a evolucionar y el lema será una especie de «adaptarse o morir»», sostiene.
Mientras que Rodríguez cree que esta tecnología no va a estar exenta de polémica en el futuro: «Inicialmente, va a haber grandes polémicas y conflictos de autoría, protección de datos, confidencialidad… Sin embargo, pienso que se acabará resolviendo positivamente porque como es bueno para ser eficientes y ayuda lo acabaremos resolviendo».
Por ejemplo, ya existen modelos de conexión o de uso de ChatGPT en los que puedes limitar que tus datos no se usen para enriquecer el modelo y solo se usen para ti. Ya empiezan a haber soluciones de Microsoft, también, que te ayudan a que toda esta parte de confidencialidad y protección de datos empiece a estar bien cubierta. Que puedas alquilar un servidor que solo es para ti y que ejecute el modelo con tus datos, pero no se lo lleve a alimentar el modelo, tal y como expresa Rodríguez.
Eso sí, «con los temas de autoría estamos todavía en pañales». Por ejemplo, «¿si una Inteligencia Artificial genera un contenido imitando un contenido anterior es un plagio? Si yo tomo el ritmo que tú has inventado para una canción y el acorde que otro ha inventado y lo modifico un poco y hago una canción nueva, como persona, ¿es un plagio? ¿Y si lo hace la Inteligencia Artificial? En este sentido queda mucho camino por recorrer».
Solución: la formación
Desde Qualentum seleccionan, especializan y contratan talento junior digital para distintas organizaciones. Su solución a esta problemática pasa por aconsejar a la empresa crear su cantera de perfiles profesionales especializados en digital y tecnología.
«Nuestra propuesta se basa en el Apprenticeship, un modelo de formación anglosajón que combina aprendizaje práctico y trabajo. Gracias a esta fórmula, las empresas dejan de buscar para formar a su medida a personas que entran a trabajar con competencias concretas y formación corporativa en un periodo corto (4 meses y medio), siendo productivas desde el minuto cero», apunta.
Con toda esta información, podríamos pensar que, quizá, existe cierto recelo con ChatGPT y tecnologías similares, pero lo cierto es que no. Según la VI Encuesta de Percepción Social de la Innovación en España, realizada por la Fundación Cotec para la Innovación en colaboración con Sigma Dos, la mayoría de los ciudadanos (51%) confía en que la revolución tecnológica cree más empleo del que destruirá. También son mayoría los que opinan que mejorará la conciliación entre vida personal y laboral (53%), reducirá la brecha de género en el empleo (53%) y acortará la duración de la jornada laboral (56%). Solo el tiempo lo dirá.