Elisenda Bou-Balust comenta que recibe el Premio Fundación Princesa de Girona Empresa 2022 «muy humildemente». Eso sí, no duda en poner por delante al equipo que conforma Vilnyx, empresa de la que es cofundadora y por la que el gigante tecnológico Apple habría pagado más de 40 millones de euros en 2020. «Se me reconoce a mí como persona, pero hay todo un equipo detrás que ha estado muchísimos años luchando para que el proyecto funcionara», expone, sin dudar, al comienzo de la entrevista.
El currículum de esta ingeniera barcelonesa no tiene nada que envidiar al de cualquier otro galardonado en años anteriores. Bou-Balust es ingeniera de telecomunicaciones por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) -donde imparte clase en el departamento de Ingeniería Electrónica-; de electrónica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC); y doctora por la UPC-MIT. Además, ha colaborado con la NASA, el MIT y Google en el campo de la inteligencia artificial aplicada a los satélites.
Una trayectoria entre la NASA, el MIT o Google
– Has colaborado con la NASA, el MIT y Google. Está claro que te atraen los retos profesionales.
Eso seguro. Una de las cosas que más me inculcaron durante mi educación fue la resiliencia. La vida está llena de obstáculos y siempre hay que tener ilusión por seguir. A veces, se ve la ambición con una connotación negativa, pero hay retos muy bonitos que perseguir en la vida. La resiliencia lo que te permite es seguir empujando cuando esos retos parecen inaccesibles o lejanos.
También he tenido muchas oportunidades y mucha suerte. He contado con mentores muy buenos a lo largo de mi carrera que me han ayudado mucho y que me han dado grandes oportunidades. Es así, poco a poco, como se va construyendo una carrera.
«Las personas son las que hacen las instituciones»
– ¿Cómo es trabajar con estas grandes instituciones?
He trabajado para instituciones pequeñas y grandes y a mí me gustan todas. Las personas son las que hacen las instituciones. Trabajar en diferentes lugares te da la oportunidad de conocer maneras diferentes de ver la vida, de hacer las cosas y de trabajar en equipo.
No tiene nada que ver cómo se trabaja en una startup con 10 personas o cómo se trabaja en un proyecto en la NASA, o en la universidad. Cada grupo tiene su manera de ser, un poco lo que llamo su ‘genética de trabajo’. Es un hecho que encuentro muy enriquecedor porque hay cosas buenas que aprender siempre en todos los sitios a los que vas. Eso es maravilloso.
La empresa que ‘conquistó’ a Apple
– ¿Cómo nació Vilnyx?
Vilnyx nació como un reto tecnológico. Lo que nosotros hacíamos eran sistemas de aprendizaje autónomo. Era un campo de la inteligencia artificial que en ese momento, cuando nosotros empezamos a trabajar, todo el mundo pensaba que estábamos un poco locos. Nosotros queríamos romper. Nuestro objetivo era crear sistemas que fueran capaces de aprender por sí solos, en lugar de que un humano tuviera que entrenarlos. Si ahora ya suena a ciencia ficción, imagínate hace 10 años cuando empezamos…
Pero, teníamos la ilusión de creer que la tecnología podía llegar ahí y que podíamos cambiar la forma en la se desarrollaba la inteligencia artificial. Tuvimos la suerte de seguir trabajando en ello; consiguiendo demostrar que esa tecnología era posible. Además, contamos con el respaldo de inversores como Caixa Capital Risc o Kibo Ventures que nos apoyaron mucho y nos permitieron crecer y seguir con nuestro sueño.
Vilnyx fue la primera adquisición de Apple en España
– ¿Qué supuso para Vilnyx ser adquirida por Apple?
Fue una ilusión muy grande. Piensa que fue la primera adquisición de Apple en España. Es un hito muy bonito para todos los que trabajamos aquí. Es increíble que empresas tan punteras a nivel de progreso tecnológico se fijen en ti estando en España. También, que Apple quiera adquirirte y mantener el equipo. Además de generar más puestos de trabajo.
Es un reconocimiento a muchos años de trabajo y también nos da muchas más posibilidades de seguir trabajando en lo que nos gusta y de llegar a muchas más personas.
Tecnología y sociedad
– Se podría decir que la tecnología cada vez está más humanizada.
Sí, los que hacemos tecnología intentamos humanizarla. A medida que la IA y la tecnología crecen se convierten en una parte muy importante de nuestras vidas. Se espera que el 80 % de los trabajos estén relacionados con ciencia y tecnología dentro de unos cinco años. Por eso, a medida que la tecnología crezca, no queremos dejar a nadie atrás.
Lo que se intenta con los nuevos desarrollos tecnológicos es que sean más democráticos. Y faciliten que más personas puedan acceder a la tecnología y hacer uso de ella. Tanto por rango de edad como por tipo de educación. La manera de conseguir que esa brecha no exista y que llegue a todo el mundo pasa por humanizar y naturalizar esa tecnología. Es decir, hacer que los sistemas nos entiendan más fácil; que sea más sencillo configurar un correo electrónico; la privacidad que quieres en tu teléfono… Eso es el futuro.
Falta de profesionales con carreras STEM
– Se habla mucho de que las carreras STEM -disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- tienen una relevante falta de alumnos matriculados. En el caso de las estudiantes femeninas este número aún se acrecienta más. ¿Cómo podrían potenciarse más?
Cuando hablamos de que mujeres y tecnología vamos a mejor es porque nos lo hemos creído un poco. Pero, los números en los últimos dos años no dicen que vayamos a mejor. No hay más mujeres en carreras como, por ejemplo, ingeniería informática.
«No vamos a tener suficientes personas para dar cabida a todos esos puestos de trabajo que van a venir en el futuro»
Es un problema del que todos deberíamos ser muy conscientes. Primero, porque al no haber mujeres en tecnología se pierde también un punto de vista diferencial. Pero, también como sociedad porque no vamos a tener suficientes personas para dar cabida a todos esos puestos de trabajo que van a venir en el futuro.
¿Cómo llegar ahí? Creo que lo primero es normalizar el papel de la mujer en la tecnología. Que ya nadie te pregunte qué se siente al ser mujer e ingeniera.
También para normalizar hace falta que los medios de comunicación den más ejemplos. Por ejemplo, cuando vemos una serie de televisión aún pasa que sale el científico con bata blanca y el informático hacker con guantes y un gorro. Al final, eso es un estereotipo. Y cuando mostramos los referentes un poco estereotipados eso siempre deja atrás a mucha gente joven que se plantearía hacer estudios de tecnología pero que piensan «yo no quiero ser un friki que trabaja en un sótano».