“Los equipos emprendedores tienen que jugarse sus cuartos para que nos
¿Qué esperas de un equipo emprendedor?
De un equipo espero que sean completamente versátiles, que cubran y sepan manejarse en todas las áreas críticas del proyecto. Que estén capacitados. Que estén completamente comprometidos, que les vaya en ello su pan. Cuando hablamos de compromiso lo hacemos a tres niveles: compromiso económico, que se estén jugando los cuartos, que no lo vean como un puesto de trabajo. Un compromiso de tiempo y dedicación, emprendedores a tiempo parcial no queremos, queremos que estén dedicados a cuerpo y alma, y en tercer lugar un compromiso emocional, ver que sienten los colores de su proyecto, ver que al equipo emprendedor le brillan los ojos cuando hablan de su proyecto porque están entusiasmados porque cree en él. Por supuesto también queremos talento. Buscamos primeras espadas.
¿Qué esperas de una idea de negocio?
Lo que buscamos en una idea es que se materialice en un proyecto empresarial. Una idea per se no vale absolutamente nada. Se tiene que convertir en una empresa que crezca, que escale, y que genere valor.
¿Qué criterios sigues para valorar un proyecto?
La valoración de los proyectos es lo más complicado. Los escenarios son de completa incertidumbre. No se puede hacer una proyección de futuro de lo que pueda ocurrir. Los modelos de valoración tradicionales como el descuento de flujos de caja no son válidos. Al final se valora la aportación de los socios, las horas dedicadas, el potencial que tiene el mercado para absorber el producto o el servicio. Es un escenario de completa incertidumbre y no nos creemos las cifras de negocio a seis meses vista. Entonces lo que hacemos es un ejercicio de reflexión, y de fe también. En momentos iniciales cuando no hay facturación es muy complicado.
¿En qué sectores inviertes?
Solo invierto en aquello que pueda conocer, en lo que me pueda manejar. Tenemos una máxima en el sector que es la de Warren Buffet que es: “nunca invierto en nada que no entienda”. Nosotros lo trasladamos a nuestra propia particularidad que es la de “Manolete, si no sabes torear para que te metes”. En estos casos, si invertimos en proyectos que nos puedan llamar la atención, lo hacemos siempre en coinversión. Siempre con gente que sepa del sector.
¿Qué parte te quedas de la empresa?
Nosotros no operamos más del 30%. Siempre dependiendo de la valoración del proyecto, pero nunca por encima del 30%. En ningún caso tomamos posiciones mayoritarias.
¿Qué pasos sigues una vez das un proyecto por bueno?
Una vez recibes recibes la documentación del proyecto, te sientas con el emprendedor y analizas con más detalle todo el plan ejecutivo, la puesta en productivo. ¿Qué se analiza?, pues el mercado y el producto. El producto tienen que funcionar razonablemente bien, pero lo que más nos interesa es el mercado y el equipo. También hay mucho de psicología, de poder identificar si el emprendedor va a ser capaz de abordar el proceso empresarial. Saber si el emprendedor está dispuesto a abandonar su comodidad y meterse en otra plaza. Si estaría dispuesto a irse por ejemplo a otro país. Ver si el emprendedor y el equipo es capaz de hacer lo que tiene previsto hacer y en la dimensión en la que nosotros pensamos que se tiene que hacer el proyecto. Ver la estructura inicial de proyecto, qué es lo que les falla, ver dónde son fuerte. Como estamos invirtiendo parte de nuestro patrimonio, lo que hacemos es velar por la seguridad de nuestra inversión analizando todos los aspectos que nosotros podamos entender que son críticos. Mercado, equipo, procesos, producto
¿Cómo es tu relación con los equipos emprendedores?
La relación con el equipo emprendedor tiene que ser excepcional, que haya feeling entre las dos partes. Las empresas pasan por mucho altibajos y por eso tiene que haber un perfecto feeling. Queremos que el emprendedor nos vea como un compañero de viaje, por lo que tenemos que llevarnos bien.
¿Cuándo decides salir de los proyectos?
Para la salida tiene que existir un operador en el mercado que te de la salida. Eso suele ocurrir cuando el proyecto ya ha generado suficiente dimensión o cuando está apuntando muy buenas maneras, cuando ya es una realidad empresarial. Cuando haces una segunda ronda de inversión, porque ya no puedes abordarla, entonces tiene que entrar otro socio con más músculo financiero. Otra situación es cuando ya no puedes aportar más valor al proyecto.
Para finalizar, Bisbal aseguró que todo business angel tiene que diversificar su cartera sí o sí. “No se pueden poner todos los huevos en la misma cesta. Mi objetivo es estar en 7-8 y disfrutar con todas”.