Siguiendo con su apuesta por las variedades autóctonas, con Malvasía de Sant Jaume, la bodega Cherubino Valsangiacomo decidió dar el protagonismo a una uva Malvasía cultivada en Bèlgida (la Vall d’Albaida, en la subzona del Clariano de la DOP Valencia), que tradicionalmente acababa mezclada en otros vinos con otras variedades.
Tal y como destaca Carlos Valsangiacomo, gerente de la bodega, estas uvas tienen, además, nombre y apellido, el de Facundo Cháfer, un viticultor proveedor histórico de la bodega.
Esa Malvasía probó tener calidad y personalidad suficiente como para llevar la voz cantante en un vino que, además, aporta su granito de arena para combatir el déficit en vinos blancos secos valencianos que, al menos en el imaginario de gran parte de los consumidores, todavía existe.
Facundo Cháfer, de Bèlgida, tenía malvasía y siempre se mezclaba con otras variedades. En este caso, apostó por la diferenciación de las variedades autóctonas al separarla y hacer una elaboración con capacidad de expresión.
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