ChatGPT, el compañero de trabajo que gana espacio en oficinas y equipos
En apenas tres años, ChatGPT ha evolucionado mucho. Las empresas van incorporando esta herramienta en el entorno laboral, que ofrece posibilidades infinitas, pero que hay que saber tratar, como si de un compañero más de trabajo se tratara
Cuando comencé a escribir este reportaje, con la intención de analizar cómo ChatGPT está transformando nuestra forma de trabajar, antes de decidir a qué fuentes acudir y qué voces incluir, pensé: ¿quién mejor que el propio ChatGPT para dar su opinión sobre este tema?
Le pregunté: «¿Cómo has cambiado la manera en que trabajamos desde que existes?» Me respondió: «Mi presencia —y la de otras inteligencias artificiales similares— ha permitido que muchas personas automaticen tareas repetitivas, obtengan respuestas rápidas, redacten textos complejos en cuestión de minutos e incluso tomen decisiones más informadas gracias a la capacidad de procesar grandes volúmenes de información».
Cualquiera que haya utilizado ChatGPT se habrá sorprendido por su capacidad para mantener conversaciones, ayudar con tareas complejas o incluso ofrecer consejos sobre temas personales. En el entorno laboral, el impacto no ha sido menor. Tal como señala el propio ChatGPT, muchos trabajos –el periodismo uno de ellos– han cambiado desde que esta herramienta llegó a nuestras vidas. Y parece que seguirán evolucionando, ya que ChatGPT también ha avanzado en apenas tres años, desde su lanzamiento en 2022.
La primera versión pública de ChatGPT, basada en GPT-3.5, se lanzó en noviembre de 2022. Podía mantener conversaciones, redactar textos y responder preguntas, aunque tenía dificultades para comprender contextos complejos y sostener diálogos largos. En marzo de 2023 llegó GPT-4, que mejoró la comprensión, el manejo de textos extensos y la adaptación a diferentes estilos.
Además, OpenAI ha creado versiones Enterprise para empresas, que ofrecen mayor seguridad, privacidad, acceso a modelos más potentes y opciones de personalización para ajustarse a las necesidades de cada organización. Esta última versión ya es utilizada por grandes compañías como BBVA y Estée Lauder, que cuentan con versiones personalizadas, o «GPTs», adaptadas a funciones concretas, desde análisis de datos hasta marketing o atención al cliente.
¿En qué sectores triunfa ChatGPT?
Cuando hablamos de datos e implementación en el ámbito laboral, resulta difícil encontrar cifras actualizadas sobre esta cuestión. Esto se debe, en gran parte, a la rápida evolución de la herramienta en los últimos meses, lo que ha llevado a un número creciente de trabajadores a adoptarla. Según un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en 2024 más del 20% de los españoles ya utilizaban herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT.
Aunque esta y otras IAs similares ya están empezando a generar valor en prácticamente todos los sectores profesionales, no todas las empresas ni industrias están dispuestas aún a adoptar este tipo de tecnologías. De hecho, los expertos señalan que, por ahora, su uso sigue siendo mayoritariamente individual más que corporativo.
«Es cierto que aquellos sectores con menor madurez tecnológica o con tareas más manuales, presentan más barreras para su adopción: falta de infraestructura digital, miedo al cambio o desconocimiento del potencial real», explica Adrián de Pedro, cofundador y CPO de Shakers, startup que conecta empresas con freelancers mediante la IA.
Comunicación y finanzas, los que más usan su potencial
También el sector público se encuentra entre los más «rezagados» en cuanto a la integración de estas tecnologías, según el director de Business and Language Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), Pablo Haya. «No será por voluntad política. Tenemos una estrategia nacional de inteligencia artificial que incluye un ambicioso programa con modelos de lenguaje propios en español y lenguas cooficiales», asegura. Sin embargo, pese a esa voluntad, al analizar los casos de uso reales y su impacto en la Administración, queda claro que todavía falta un largo camino por recorrer.
Si analizamos por sectores, los medios de comunicación, el marketing y la publicidad, la educación y la formación, los recursos humanos, así como la banca y las finanzas, son algunas de las industrias que más están aprovechando el potencial de esta herramienta.
Desde mi experiencia personal, puedo decir que el periodismo también ha cambiado desde la llegada de ChatGPT a nuestra rutina laboral. Tareas que antes requerían más tiempo –como corregir errores en un texto, generar ideas para un reportaje o realizar búsquedas rápidas de información (que, por supuesto, siempre deben contrastarse)– se han vuelto mucho más ágiles gracias a esta herramienta.
De hecho, uno de los periódicos más prestigiosos del mundo, The Washington Post, ha establecido recientemente una alianza con OpenAI para facilitar el acceso a sus contenidos a través de ChatGPT.
Las empresas aún son algo reticentes
Pero, ¿qué es lo que impide que más empresas usen ChatGPT? Las principales barreras suelen estar relacionadas con el miedo a compartir datos, así como con el desconocimiento o la falta de comprensión sobre los riesgos reales. «Uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas y que puede llevarlas a limitar el uso de IA en una primera fase es cómo permitir el acceso seguro a su información contextual, tanto para sus propios empleados como para empresas externas con las que colaboran», señala el cofundador de Shakers.
En este sentido, Pablo Haya considera «lógico» que las organizaciones limiten el uso de estas herramientas cuando se trata de información sensible, confidencial, protegida por propiedad intelectual, datos de clientes o datos personales. «Por descontado que es necesario que cada empresa reflexione sobre el uso de la IA dentro de su organización, y lo plasme en protocolos y documentación interna disponible para todos los empleados», agrega el experto.
¿Cómo tratar a ChatGPT?
Además de los protocolos internos que cada empresa debe establecer para el uso de herramientas de IA –como se haría con cualquier otra tecnología–, existen ciertos trucos que permiten sacarle el máximo partido a ChatGPT. Si trabajamos con él a diario, como con cualquier otro compañero de equipo, hay formas de interactuar que, aunque no se trate de una persona, nos permiten colaborar mejor.
Lo primero es ser claro y específico. Cuantos más detalles proporciones al formular una pregunta, más precisa y útil será la respuesta. Por ejemplo, en lugar de pedir simplemente un resumen, puedes solicitar que el texto esté resumido en tres ideas clave, con un tono formal y orientado a ejecutivos.
También es importante ofrecer contexto. Si explicas cuál es tu objetivo, para qué necesitas la información o a qué público va dirigida, ChatGPT adapta la respuesta. Por ejemplo, puedes decir: «Soy responsable de marketing y busco ideas para una campaña de producto ecológico dirigida a jóvenes».
Otro truco es trabajar de forma iterativa. No hay que conformarse con la primera respuesta. Puedes pedirle que la mejore, que cambie el tono, que dé más opciones o que la transforme en otro formato.
La importancia de los prompts
También hay comandos o frases que puedes usar para guiar mejor las conversaciones, lo que se conocen como prompts. Algunos de estos son: «Actúa como…», «Hazlo como si fuera para…», «Dame varias versiones», o «Convierte esto en…». Estas fórmulas permiten afinar las respuestas según lo que necesitas en cada momento.
Teniendo en cuenta todas estas posibilidades, no resulta sorprendente que muchas personas teman que termine por quitarnos el trabajo. No obstante, el propio ChatGPT ofrece una respuesta muy acertada cuando se le plantea este dilema: «No, no voy a quitaros el trabajo, pero sí voy a transformarlo. Las herramientas de IA como yo están diseñadas para complementar las capacidades humanas, no para reemplazarlas por completo. Si bien es cierto que algunos roles cambiarán o desaparecerán, también surgirán nuevos empleos. La clave está en adaptarse, aprender a usar estas tecnologías como aliados».
Quizá esta sea la postura más adecuada para afrontar este nuevo paradigma: ChatGPT no viene a sustituir, sino a complementar. El ahorro de tiempo o la mejora de la productividad son algunos de los beneficios en los que deberíamos centrarnos. En mi caso, para este reportaje, la accesibilidad de ChatGPT me ha permitido contar con la voz principal y, de algún modo, con el protagonista de esta historia.
Laura SanfélixGraduada en Periodismo por la Universitat de València, con un máster en Periodismo Político Internacional y otro en Comunicación y Marketing Político. He desarrollado mi trayectoria profesional en medios como Europa Press, así como en el ámbito de las agencias de comunicación. En la actualidad, escribo sobre información económica y empresarial en la web y la revista de Economía 3.
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