Isabel Urbano, Fundación Novia Salcedo: "El talento joven necesita empresas implicadas"

Con más de cuatro décadas de historia, la Fundación Novia Salcedo sigue siendo un referente en empleabilidad juvenil, pero su foco ha evolucionado. Lo que comenzó como el sueño pionero de Pedro Novia de Salcedo para acompañar a jóvenes universitarios en su acceso al primer empleo, hoy es una organización comprometida con la transformación social, la inclusión y la sostenibilidad.

Bajo la dirección de Isabel Urbano, la entidad ha tejido alianzas, ha innovado en sus métodos y ha situado a la juventud en el centro de un nuevo contrato social, que interpela tanto al tejido empresarial como a las instituciones.

Su reto actual no es crecer, sino transformar: transformar la empleabilidad en dignidad, el acompañamiento en oportunidad y la práctica profesional en puerta de entrada a un futuro más justo.

– La Fundación Novia Salcedo lleva más de 40 años impulsando la empleabilidad juvenil. ¿Cómo ha evolucionado su misión desde sus inicios hasta hoy?

La Fundación nació para acompañar a jóvenes con formación superior en su transición al primer empleo. Hoy, nuestra misión se ha ampliado, no solo orientamos sino que formamos a jóvenes con y sin formación superior, colectivos en situación de vulnerabilidad, y trabajamos con empresas, instituciones y centros de formación para crear itinerarios personalizados, inclusivos y de calidad, con especial foco en la digitalización, la sostenibilidad y las necesidades del tejido productivo.

– En un contexto de constante cambio en el mercado laboral, ¿cuáles diría que son hoy las principales barreras que enfrentan los jóvenes para acceder a un empleo de calidad?

La primera, el desajuste formativo: los estudios no siempre están alineados con las necesidades reales del mercado laboral. El tremendo dinamismo al que están sometidas las empresas hace que surjan brechas entre la formación académica y la demanda del mercado laboral.

La falta de experiencia sería la segunda barrera.  La exigencia de empleo previo es habitual en las ofertas de trabajo lo que frena a muchos jóvenes. La práctica profesional no laboral de la Fundación que toma como referencia el marco europeo (seis meses de practica), permite que las empresas conozcan bien a las personas jóvenes y, por tanto, la contratación se produzca con menor riesgo. Además, aporta a las personas jóvenes una experiencia relevante para su empleabilidad.

Y por último, está la brecha digital y de soft skills. Los jóvenes carecen de competencias clave, como el trabajo en equipo, la comunicación o el pensamiento crítico, competencias que el mercado laboral valora extraordinariamente.

Colaboración público-privada e innovación social

– Uno de los ejes clave de vuestra labor es la colaboración público-privada. ¿Qué alianzas o modelos de cooperación destacarías como transformadoras?

Recientemente hemos firmado convenios con la Fundación Telefónica para colaborar en la conexión con empresas de las personas que están en los «Campus 42» recibiendo formación digital y también con la escuela de negocios ESDEN para formar a jóvenes como agentes del cambio en un programa de formación en aula, con prácticas en empresa, completamente financiado.

Acabamos de firmar también un convenio con Carrefour España para colaborar en la incorporación de perfiles de FP básica de mantenimiento y electricidad.

A todo ello se suman las alianzas que mantenemos con clústeres y cámaras de Comercio.

– En los últimos años, la fundación ha apostado por proyectos de innovación social y transformación sistémica. ¿Qué papel juega la Agenda 2030 en vuestra estrategia?

Novia Salcedo forma parte del órgano consultivo de Naciones Unidas en empleo juvenil. La Agenda 2030 es la columna vertebral de nuestra estrategia. Alineamos nuestros programas con objetivos como el empleo digno (ODS 8), la igualdad de género (ODS 5) y las alianzas (ODS 17), así como con la sostenibilidad ambiental. Cada proyecto incorpora indicadores relacionados con estos objetivos, fomentando una empleabilidad comprometida y sostenible.

– La Fundación promueve un nuevo contrato social con foco en la juventud. ¿Qué implicaciones tiene eso en términos prácticos y cómo lo trasladáis a vuestras acciones?

Este contrato implica un compromiso colectivo de colaboración con entidades públicas que impulsan programas y recursos a favor del empleo juvenil digno, además de con una amplia red de empresas que integran jóvenes en su cultura organizacional, con mentorización y condiciones dignas. Nuestra función es actuar como facilitadora.

En la práctica, significa prácticas remuneradas de calidad, tuteladas por profesionales de empresa que se forman en nuestra Escuela de Tutoría; formación en soft skills y acompañamiento activo.

Programa piloto de atracción de talento

– Contáis con programas de gran impacto como las prácticas internacionales o la iniciativa Global Training. ¿Qué resultados concretos estáis obteniendo con estos proyectos?

Gracias a iniciativas como Global Training logramos del orden de 70 prácticas profesionales internacionales al año, para que las personas jóvenes adquieran una primera experiencia internacional. En los últimos años hemos alcanzado un impacto del 80% de inserción laboral durante los seis meses siguientes, además de desarrollo de idiomas, autonomía, redes internacionales y adaptabilidad intercultural.

En este momento estamos preparando el lanzamiento de un programa piloto de atracción de talento joven STEM para cubrir las vacantes que el tejido empresarial necesita. Comenzaremos con un piloto de veinte plazas en empresas de Bizkaia, para posteriormente escalarlo al conjunto del Estado.

– ¿Qué lugar ocupa la empresa en vuestro ecosistema? ¿Cómo motiváis al tejido empresarial a participar activamente en la inclusión laboral de la juventud?

Las empresas son socios fundamentales, no meros destinatarios. Les motivamos mediante la aportación de un valor tangible: nuevos talentos formados según sus necesidades. Contamos con empresas que reconocen desde hace muchos años el valor de este instrumento, la práctica profesional no laboral, como elemento clave para incorporar perfiles jóvenes a sus empresas. Las donaciones que obtenemos en este marco, se destinan a sufragar los costes de Seguridad Social y dotación económica del joven durante la práctica, además de un pequeño porcentaje de costes de gestión.

Comunicación eficaz

– La empleabilidad ya no depende solo de la formación. ¿Qué competencias transversales consideráis esenciales para que los jóvenes se inserten con éxito en el mercado laboral?

En la encuesta anual que realizamos a las empresas que acogen jóvenes en prácticas, obtenemos que las principales demandas en soft skills se refieren a comunicación eficaz, tanto oral como escrita; trabajo en equipo y multiculturalidad; pensamiento crítico y resolución de problemas, cada vez más valorados en entornos dinámicos; adaptabilidad y gestión del cambio, especialmente por avances tecnológicos; e iniciativa y emprendimiento, potenciando proyectos propios y actitud proactiva.

– Uno de vuestros valores diferenciales es la medición del impacto. ¿Qué indicadores usáis para evaluar el éxito de vuestros programas?

Evaluamos resultados con KPI como porcentajes de inserción laboral (a los tres y seis meses), duración media del empleo, satisfacción de empleadores y jóvenes, retorno al sistema educativo o mejora salarial, alineamiento con ODS  (ODS 8, 5 y 17) y, por último, calidad de la experiencia en prácticas y tutorización.

– ¿Qué próximos retos y oportunidades visualizáis para seguir contribuyendo desde Novia Salcedo a una sociedad más cohesionada, innovadora y justa?

Nuestro principal reto es lograr la sostenibilidad económica de la Fundación. No tenemos dotación fundacional, lo que nos expone a una cuenta en blanco cada 1 de enero. La digitalización es un proceso que debemos iniciar en los próximos meses para hacer nuestros servicios más actuales y dinámicos. También la diversificación de servicios, para lograr una mayor adaptación a las necesidades de diferentes colectivos de jóvenes y empresas. La atención a colectivos en situación de vulnerabilidad, estrechando lazos con agentes sociales y centros de FP. Y la escalabilidad del modelo de intervención de la Fundación al conjunto del Estado.