El textil comienza, a partir del 1 de enero, su transición hacia la sostenibilidad
Hoy en día, casi todas las empresas de moda están incorporando la sostenibilidad a sus prendas. A partir del día 1 de enero de 2025 será obligatoria la recogida selectiva de los residuos textiles en todos los países de la Unión Europea. ¿Están trabajando las empresas en esta línea? ¿Qué va a pasar con la moda de bajo precio? Hablamos con María Cano, CEO de Canussa y experta en sostenibilidad textil y economía circular.
María Cano propone, en primer lugar reflexionar sobre el concepto de sostenibilidad. «Sí que es cierto que desde hace tres o cuatro años, casi todas las marcas tienen un componente de sostenibilidad y cada una de ellas ha definido su propia sostenibilidad».
En este sentido, Cano explica que hoy en día «es más difícil hacer las cosas mal» porque desde el punto de vista de la comunicación, «si se ha hecho algo mal la información llega al consumidor final».
La legislación es otro foco importante. El año que viene entran en vigor nuevas regulaciones que van a obligar a las marcas de ropa a mejorar su sostenibilidad. De hecho, el 1 de enero será obligatoria la recogida selectiva de los residuos textiles en todos los países de la UE. «Por ello, todas las marcas están preparándose para poder cumplir con esta nueva normativa», matiza María Cano.
¿La moda fast fashion es sostenible?
La moda rápida y de bajo precio, ¿es sostenible? En opinión de María Cano no lo es porque «cuando hablamos de moda circular, la durabilidad es muy importante. Si diseño un producto de muy baja calidad, con obsolescencia programada, pensando que va a pasar de moda, la vida de esa prenda va a ser muy corta, por muy sostenible que sea su tejido».
¿Y la parte social de la moda? María Cano pone también el foco en cuestiones tan importantes como dónde se fabrica esa moda y bajo qué condiciones laborales.
Mucha industria textil española está deslocalizada en países donde la renta per cápita es más baja y las condiciones laborales son peores. «Por desgracia, tienen que ocurrir catástrofes, como la que se dio en la industria textil Rana Plaza (Bangladesh) en la que murieron más de 1.000 personas debido al derrumbe del edificio, para que se produzca un gran avance en este aspecto», reconoce María Cano.
Con lo cual, “todas las marcas de moda rápida, que aunque sigan produciendo en países asiáticos donde la mano de obra es mucho más barata, exigen, cada vez más que las condiciones laborales sean óptimas”.
Explica también que aquellas marcas «que no cumplan unos mínimos de sostenibilidad no van a tener futuro». Desde el punto de vista social, apunta María Cano, está el que las personas que están trabajando lo hagan en condiciones dignas, incluido el salario y sin riesgos laborales y además contraten a personas en riesgo de exclusión social.
Desde el punto de vista medioambiental, «hasta ahora, las marcas no tenían una responsabilidad sobre dónde iba el residuo. Sin embargo, a partir del año que viene, las empresas tienen que hacerse cargo de dicho residuo. En ese sentido tienen que pagar un porcentaje, con el fin de asegurarse de que al final de su vida útil, el producto no termina en un vertedero, sino que se revaloriza».
Importancia del ecodiseño
El ecodiseño también es una cuestión esencial. María Cano avanza que muchas marcas ya están trabajando para que sus productos sean más duraderos y que, al final de su vida, se puedan reciclar más fácilmente. Sin embargo, «a veces todas estas cuestiones chocan con la venta. A nosotros nos pasa que intentamos hacer un bolso monocomposición y no gusta ni la funcionalidad ni el diseño». Por ello, aboga por encontrar ese equilibrio medioambiental y social con el económico.
Revela que «el inconveniente que tiene el textil como residuo es que es más caro valorizarlo que comprar uno nuevo, a diferencia del plástico o de otros residuos».
En concreto, el mayor problema está en el textil posconsumo que va a vertedero el 45% del total. «Un apartado que nos abre un gran campo de innovación», admite la experta en sostenibilidad textil.
A partir del 1 de enero, el residuo textil pasa a ser responsabilidad de la empresa. «Ahora mismo existe un problema sobre qué se hace con el residuo textil que hasta ahora iba a vertedero. Por ello, todas las empresas estamos trabajando en ver cómo se puede valorizar dicho residuo». De hecho, ahora mismo «es más caro comprar un tejido reciclado que uno nuevo. Con lo cual, hay que ver qué fórmulas articulan para dar salida a ese residuo».
Lo ideal en economía circular, avanza María Cano es que «si diseñas una camiseta solo de algodón, al final de su vida útil, se puede volver a reconvertir en otra camiseta». «El inconveniente -advierte- es que casi todas las marcas mezclan muchos componentes. Por ello, hay que trabajar mucho el ecodiseño».
Prenda atractiva, buen precio y sostenible, ¿es posible?
María Cano, fundadora de Canussa, también muestra su preocupación por el precio de la prenda, ya que «yo puedo ser muy sostenible en términos sociales y medioambientales, pero si mi empresa no vende, no tiene futuro«.
De hecho, informa que muchos proyectos que ha conocido de moda sostenible no han avanzado por el apartado económico. «No conseguían que su producto accediera al mercado por precio o por diseño», Con lo cual, se pregunta María Cano, «¿cómo conseguimos ser sostenibles y viables económicamente?».
«Esta cuestión -corrobora María Cano- puede llevar a que muchas empresas del sector textil se queden en el camino porque deben conjugar la sostenibilidad y la viabilidad económica y puede afectar sobre todo a aquellas que venden a bajo precio y no han invertido a lo largo de estos años en investigación y desarrollo».
También se está impulsando alargar la vida de las prendas textiles, con lo cual «se va a vender menos», especifica. También se está impulsando la venta de ropa de segunda mano, que entraría dentro de la economía circular.
¿El consumidor quiere ser sostenible?
En este punto, María Cano explica que queda una gran labor que hacer en cuanto a concienciación del consumidor. «El poder adquisitivo también es una variable que influye mucho», reconoce.
«No es lo mismo un salario en Alemania y en Reino Unido donde pueden permitirse ser más sostenibles. En España, sin embargo, es complicado que un joven pueda invertir en una prenda premium. Por ello, el mercado de segunda mano juega un papel muy importante porque da acceso a productos de calidad pero a precios mucho más asequibles», corrobora.
De hecho están surgiendo ecommerce de marcas de calidad de segunda mano, “dando acceso a marcas de lujo duradero a través de prendas de segunda mano”, explica.
A pesar de todo, adelanta María Cano, «hemos observado que hay un nicho que se preocupa por ser sostenible y que realmente lo vive, pero es una minoría».
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