Flores Solidarias, la iniciativa que transforma la vida de la gente sin hogar
La pesca es una actividad que para algunos puede ser muy aburrida pero, para otros, puede dar muchos frutos desde la reflexión. Incluso la puesta en marcha de una empresa de economía social.
Hablamos con los impulsores de Flores Solidarias, Arturo Grau y Mateo Blay.
– ¿Qué historia os llevó a poner en marcha Flores Solidarias?
M.B.: Arturo ha venido algún año a colaborar conmigo a repartir sacos de dormir entre las personas sin hogar que duermen en las calles cuando hacía mucho frío. Éramos los hombres del saco.
Hemos estado saliendo diez años hasta que Inma Soriano, del Centro de Atención a los Sin Techo del Ayuntamiento de Valencia, nos dijo que eso estaba muy bien, pero que solo poníamos una tirita.
A.G.: Las personas que viven en la calle necesitan recuperar su dignidad humana. Para ello, necesitan trabajar y entonces así poder conseguir una casa. Pero se trata del colectivo más difícil de contratar. ¿Quién contrata a una persona que no tiene vivienda?
M.B.: Esta situación me impactó tanto que me propuse buscar una actividad que pudieran llevar a cabo y contratarles. Se me ocurrió que podrían confeccionar ramos de flores.
– ¿Cómo se te ocurrió esta idea?
M.B.: Estudiando la carrera me enfadé con mis padres, me fui de casa y me quedé en la calle. En aquel momento conocí a un agricultor de Moncada que plantaba anémonas y las que le sobraban las tiraba y ¡eran tan bonitas!
Con esas flores sobrantes me propuse hacer ramitos que vendía en la Plaza Xúquer en el barrio de San José de la ciudad de Valencia por 25 pesetas (15 céntimos de euro) y de esta forma conseguí acabar la carrera.
Con lo que un día que íbamos a pescar, Arturo me comenta que tenía un dinero por la venta de su empresa y dónde tenía previsto invertirlo. Le comenté la idea que tenía y le encantó. Así decidimos ponerla en marcha.
– ¿Además de vosotros, quién más ha invertido en el proyecto?
A.G.: Contamos con el apoyo económico de un inversor de Castellón que es una grandísima persona. Entre los tres nos estamos jugando un millón de euros.
Si sale mal lo habremos perdido. Pero si sale bien, el objetivo es reinvertir en crecer. Es la única manera de contratar a más gente y abrir en Barcelona, Madrid, París o donde sea. De hecho, ya hemos hablado con José Andrés, el cocinero, para proponerle ser nuestro embajador en Estados Unidos y se lo está pensando. Pero le encantó la idea, porque es consciente de que se trata del colectivo humano que más necesita trabajar porque no tiene vivienda y el que más difícil lo tiene.
– ¿Con quién más habéis compartido vuestra iniciativa?
M.B.: Hemos recibido en nuestra sede en Mercavalencia de la directora de la Fundación La Caixa de la Comunidad Valenciana junto con la responsable del programa Incorpora y nos hizo ver la importancia de comunicar a todas las empresas que por ley tienen que cumplir la RSC haciendo inversiones sociales.
A.G.: Nos aconsejó que tocáramos la puerta de todas las cadenas de hoteles de España, franquicias de ropa, despachos de abogados… para que invirtieran en Flores Solidarias y lo sumaran a sus acciones de RSC.
M.B.: Cuando estás metido en el apartado social tienes una fuerza especial para hacer lo que sea por ayudar a los demás.
Se nos ocurrió la idea de mandar un ramo de flores a Ana Botín, presidenta del Banco Santander, acompañado por una carta explicándole quién ha hecho el ramo.
A los dos semanas nos escribió para decirnos que le encantaba el proyecto y nos ha contratado. Hemos hecho lo mismo con Sandra Ortega y se ha suscrito personalmente en nuestra web.
– ¿Cómo captáis a estas personas y cómo conseguís que tengan un empleo y una vivienda, aspectos complejos para todos?
A.G.: Nosotros no decidimos a quién contratar. Lo lleva a cabo Natania, una ONG especializada en contratar a personas sin hogar, junto con el Centro de Atención a las Personas Sin Techo del Ayuntamiento de Valencia.
Ambas instituciones nos explicaron que la clave está en que se cierre un círculo que no lo tenemos cerrado.
M.B.: El 82 % de los casos de las personas sin hogar corresponde a un hombre que perdió el trabajo y se ha quedado en la calle porque se le han acabado sus ahorros.
El 12 % de los casos tiene problemas de alcoholismo, una cifra que se eleva al 50 % cuando están en la calle ya que se deterioran y para no sufrir ese aislamiento humano o se hacen alcohólicos o drogadictos, o se vuelven locos o cogen un perrito. Por su parte, los ayuntamientos hacen una ficha con la historia de estas personas.
A.G.: Nuestro objetivo pasa por eliminar este sufrimiento que les causa la desconexión humana, que pasen a su lado y les ignoren y que ningún amigo, hijo o familia quiera saber de ellos.
Cuando llegan a la calle, Servicios Sociales los recoge y trabaja con ellos desde el ámbito psicológico y de acompañamiento y cuando están preparados y equilibrados mentalmente hay que encontrarles un trabajo y ahí es donde el sistema actual falla. Con lo que la persona vuelve a la casilla de salida con la sensación de que no sirve para nada.
M.B.: Y de repente aparecemos nosotros, una empresa que decide contratarlos. Estas personas nos las ofrece Casa Caridad, Cáritas, Cruz Roja… pero tanto desde Natania como de Servicios Sociales nos piden que contratemos a aquellos que ya están en residencias y tienen papeles en regla, además de un trabajo psicológico detrás para que aprovechen la oportunidad y cumplir con una jornada laboral.
Estas personas que se incorporan a trabajar dejan las casas tuteladas, los albergues, etc., y se incorporan personas que están en la calle y de esta forma se cierra el círculo.
Ya tenemos localizadas más de 100 viviendas. Ellos presentan su contrato de trabajo indefinido y un sueldo de 1.200 euros. Lo único que les piden es haber trabajado durante un año para alquilar la vivienda y este es el problema que nos estamos encontrando.
– ¿Cómo estáis solucionando este problema?
A.G.: Nosotros hablamos con el propietario de la vivienda para informarles que avalamos a esa persona. Además estamos trabajando para que vivan dos personas en cada una de ellas y así el salario les da para pagar el alquiler y para vivir.
– ¿En qué punto se encuentra Flores Solidarias actualmente?
M.B.: Estamos lanzando el proyecto en el ámbito nacional, internet, marketing digital… Sobre todo para empezar a trabajar en Madrid y Barcelona. Ahora tenemos unos 100 suscriptores entre clientes, amigos y familiares y les hemos pedido que nos comenten si hay algún error. Desde el 15 de octubre hemos ido afinando el modelo.
– ¿Cuándo se empezó a contratar?
A.G.: El pasado 1 de septiembre contratamos a cuatro personas y ya estamos sirviendo todos los días ramos a los 100 suscritos. Ellos están trabajando con una maestra florista que les va enseñando la técnica. Después de dos meses de preparación haremos el lanzamiento en el ámbito nacional.
– ¿Lleváis a cabo un seguimiento de estas personas?
M.B.: Sí, tenemos en plantilla una trabajadora social que pertenece a la organización de Natania y que prácticamente ejerce como directora de Recursos Humanos. También contamos con una psicóloga sénior especialista en este tipo de perfil.
– ¿Cómo tenéis previsto hacer crecer el número de suscriptores?
A.G.: Nos hemos propuesto contar con 1.000 suscriptores para final de marzo de 2025.
– ¿Cómo tenéis previsto llegar a Madrid y Barcelona?
M.B.: Nos ceden tanto el CaixaForum de Madrid como el de Barcelona porque consideran que nuestro proyecto es único.
De hecho, vamos a hacer una presentación en Madrid y he escrito a la Reina Letizia para que sea ella quien presida el acto cuando pueda.
Contactaremos con todas las grandes empresas españolas que tienen que cumplir con la RSC.
Convocaremos a las 200 mujeres españolas con mayor influencia, a las 20 que más poder tienen en los medios de comunicación…
– ¿Quién se encarga de suministraros las flores?
A.G.: Solamente hay tres sitios en España que tienen mercado de flores: Barcelona, Tarragona y Valencia.
Nosotros estamos en Mercaflor de Mercavalencia. Los agricultores llegan a nosotros los lunes, miércoles y viernes. Elegimos la flor de temporada más adecuada según el diseño del ramo y compramos las flores.
Entre nuestros ramos y otros que venden otras entidades hay una diferencia espectacular, porque las flores que vienen de Holanda cuestan la mitad y duran muy poco porque llevan dos semanas volando por el mundo. Mientras que en nuestro caso van del agricultor a nuestras instalaciones.
– ¿Este modelo se va a poder replicar en otras ciudades españolas y fuera de nuestro país?
M.B.: La idea es que si tenemos muchas peticiones desde un punto determinado de España, el objetivo es mandar la flor a un centro que nos puedan ceder desde el Ayuntamieno u ONG y trabajen en él las personas sin hogar de ese municipio de España.
El objetivo es replicar el modelo en cualquier ciudad. En vez de traer las flores de Ecuador y de Holanda, vienen de Valencia y de Murcia, que es donde se están cultivando.
– ¿Y en el caso de que saltemos al extranjero?
A.G.: La idea es que las flores sean locales y de temporada.
– ¿Qué me puedes contar de las cuatro personas que están trabajando?
M.B.: Son cuatro, pero solo tres revelan su identidad. Laura, Saber y Mustafá. Laura ya tiene piso junto con su pareja. Ha estado 15 años viviendo en la calle. Tenía problemas de alcoholismo y se ha rehabilitado. Ella tiene dos hijos ingenieros y, por circunstancias de la vida, se ve abocada a estar en la calle, pero ya había trabajado en cafeterías, de reponedora, etc.
Siempre ha puesto el acento en como le ha ayudad a salir el estar arropada por su pareja.
Laura habla de este trabajo como un regalo que le ha dado la vida.
– ¿Cómo se lleva a cabo la compra del ramo?
A.G.: Puede ser por suscripción o por compra puntual. Contamos con la modalidad hogar y la de empresa. El interesado también tiene la opción de confeccionarse su propio ramo. Nosotros se lo enviamos en una caja para que ellos lo elaboren junto con un vídeo tutorial.
– ¿Cuáles son los siguientes pasos que va a dar Flores Solidarias?
M.B.: Yo pido a las familias y empresas que se suscriban y a los medios de comunicación que hablen de nuestra asistencia.
Yo espero que podamos seguir manteniendo en marcha el proyecto porque tenemos dinero para aguantar un año.