Barómetro de recuperación empresarial tras la DANA: Un mes del desastre
En Economía 3 actualizamos el primer barómetro de recuperación empresarial tras la DANA, con el objetivo de ir tomando el pulso a la situación de las áreas industriales afectadas en la provincia de Valencia.
Cerca de cumplirse el primer mes tras la DANA, y diez días después del primer barómetro publicado, volvemos a a la zona cero del temporal con los mismos indicadores que establecimos en un primer momento y al que hemos añadido dos más: el nivel de actividad de la zona y la llegada de ayudas privadas.
En esta tercera entrega hablamos con los representantes de las áreas empresariales de Aldaia, Catarroja, Paiporta, Riba-roja de Túria, Sedaví, Quart de Poblet y Massanassa y se incorporan Chiva y Beniparrell.
La visión general, después de hablar con todos ellos, es que la recuperación de las zonas afectadas sigue siendo muy lenta; las ayudas del Estado, aunque están gestionadas y solicitadas desde la semana pasada no llegan; y el problema de los suministros de luz y agua se ha solucionado y ahora el foco está en las alcantarillas, que están atascadas. Por contra, se ha introducido una nueva variante, las ayudas privadas, que parecen estar alcanzando a las empresas con mucha mayor velocidad.
A pesar de todo, comienzan a ver la luz al final del túnel, algunas de las zonas comienzan a recuperar la actividad en diferentes grados y confirman que han entrado en la fase de la reconstrucción.
Situación de las zonas industriales: 30 días después
Zona industrial de Riba-Roja de Túria
La Asociación de Empresarios La Reva (Asocreva), ubicado en el término municipal de Riba-roja de Túria, agrupa a 1.400 empresas que dan empleo a un total de 20.000 trabajadores.
Carlos Peinado, su gerente, confirma que las ayudas, y con el fin de agilizar su tramitación, han establecido en el polígono una oficina específica donde prestan el servicio profesionales del Ayuntamiento y de Hacienda. Corrobora que «no tienen constancia de que alguien las haya recibido. Todos están preparando la documentación».
Sobre los accesos y la logística, señala que «todos los viales están despejados, sigue habiendo barro en los laterales, pero se puede circular». En este punto, expone que «uno de nuestros grandes problemas es que el acceso directo desde la A3 a la zona industrial está cortado, lo que obliga a los camiones a dar una vuelta para entrar, que supone prácticamente una hora más». Esta infraestructura depende del Ministerio de Fomento y está localizada en el KM338 de la A3. «Se trataba de un acceso directo que enlazaba con un puente, pero este está afectado por la riada procedente del barranco del Poyo», asegura.
El cambio de ubicación también es una cuestión que se están planteando las empresas, ya que «si vuelven a tener el mismo problema, tienen previsto irse. Están a la expectativa de que las obras que haya que llevar a cabo para solucionar el problema se ejecuten lo antes posible, sino se irán, ya que son conscientes de que esta situación se puede volver a repetir», aclara.
Zona industrial de Paiporta
La Asociación de Polígonos Industriales de Paiporta (APIP) agrupa a tres polígonos: La Estación, con 30 empresas; y La Mina y La Pascualeta, que aglutinan a 90 empresas cada uno de ellos.
Verónica Bosch, su gerente, muestra su preocupación porque, a pesar de que se han repuesto los suministros, «están rotas muchas canalizaciones de agua y el alcantarillado está perforado por culpa de los lodos». «Creemos que habrá que cambiar en un 40% todas las tuberías y ya sabemos que no va a ser de hoy para mañana». Señala también que esta situación provoca todavía cortes de agua puntuales.
En cuanto a los accesos, Bosch informa que se ha hundido parte del firme en la calle Artes Gráficas, del Polígono Industrial La Mina y «pensamos que se ha debido al peso del lodo y de la maquinaria».
Los tres polígonos de APIP no cuentan con seguridad privada. Por ello, «muchos de los empresarios están preocupados porque las puertas de las naves no cierran bien y tienen miedo. Tanto los cerrajeros como los carpinteros metálicos no dan abasto a cambiar puertas basculantes, correderas…», matiza Bosch.
La gerente de APIP reconoce que algunos de los empresarios que están en naves alquiladas «sí que se están planteando cambiarse de ubicación ya que tienen miedo de que se vuelva a repetir».
Sobre las ayudas, Veronica Bosch aclara que por ley tienen la devolución del IBI, pero todavía «no lo hemos cobrado ya que no han dado la orden desde el Ayuntamiento». Puntualiza que las ayudas que van a recibir tanto de la Administración como del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) no van a ser suficientes para cubrir las reparaciones. Por ello, “la devolución del IBI va a ser muy importante”.
En cuanto a las ayudas de la plataforma Alcem-se, confirma Bosch que sí que se han solicitado porque “en este municipio hay muchas empresas pequeñas de entre 1 y 10 trabajadores”.
Zona industrial de Beniparrell
Bajo el paraguas de la Asociación de Empresarios de Beniparrell (Aembe) se encuentran seis polígonos con 500 empresas que dan trabajo a 9.000 personas, teniendo en cuenta que el municipio tiene 2.000 vecinos censados. Los sectores de actividad predominantes son el mueble, automoción, alimentación, almacenes logísticos, reciclaje…
Su presidente, Leonardo García, explica que más de 400 empresas han sufrido daños importantes y algunas de ellas han presentado ERTE forzoso desde el día siguiente a la catástrofe.
«Ahora estamos en la fase de reconstrucción. Queremos que nos lleguen las ayudas que ya hemos solicitado», reclama Leonardo García.
Sobre si cree que se van a producir cierres de empresas, García considera que no se van a dar y que estas van a continuar su actividad. Sin embargo, advierte que si no llegan esas ayudas públicas tan necesarias «alguna caerá ya que muchas de ellas tuvieron que pedir préstamos en la época de la pandemia y cuando se produjeron daños por las lluvias hace cuatro años».
La seguridad fue una de las primeras cuestiones que Aembe puso sobre la mesa desde en un primer momento en sus reuniones con la Administración. Actualmente, avanza que «no tiene constancia de que ahora mismo se estén produciendo robos y saqueos en las naves como al principio».
Zona industrial de Chiva
La Entidad Urbanística de Conservación La Pahilla, con sede en Chiva cuenta con 800.000 metros cuadrados, entre 130 y 140 pymes, cerca de 2.500 trabajadores y sus sectores de actividad están muy diversificados.
Su presidente, Rodrigo Tarín revela que el estado de los accesos es bueno desde hace una semana y media. «Se puede transitar al 100% y somos totalmente accesibles». Sin embargo, puntualiza que se han encontrado con el problema de que «algunas agencias de transporte tienen catalogado nuestro código postal como una zona en la que no se puede repartir. Una situación que nos está provocando incidencias en el reparto de mercancías», incide.
Tarín corrobora que no hay problemas de seguridad pero «sí que preocupa a los empresarios que con la ‘recuperación de una cierta normalidad’ las Fuerzas de Seguridad del Estado abandonen la zona y se produzcan robos».
Zona industrial de Sedaví
Los trabajos en el polígono de Sedaví van avanzando, «pero gracias a los propios empresarios», asegura el presidente de la Asociación de Comercios y Empresas de Sedaví (Acese), Germán García, quien lamenta que la zona industrial está «en un segundo plano». «Los empresarios han recibido poca ayuda, por no decir nada», agrega.
Los suministros y los accesos se han recuperado casi al 100%, pero todavía es difícil tener actividad. De hecho, el presidente de Acese calcula que solo un 5% de las empresas están operativas en el polígono. «Los valientes que lo están intentando se encuentran muchas trabas porque no han recibido ayudas de ningún tipo», señala García, quien admite que desde la plataforma Alcem-se, promovida por Juan Roig, sí que ha llegado algo para las pequeñas empresas.
Zona industrial de Massanasa
En el polígono de Massanasa ha habido un retroceso en lo relativo a los suministros. Gustavo Martínez, propietario de la empresa Vitralia, ubicada en el municipio, explica que desde hace unos días no tienen agua en la zona industrial, aunque sí que hay luz e Internet. Los accesos están libres al 90%, si bien hay calles que «han ido a peor porque se sigue sacando basura de las naves».
Alrededor de un 10% de las empresas del polígono –donde hay 350– han reabierto o están operativas. Los empresarios se reunieron este pasado martes con el alcalde de Massanasa y se han citado de nuevo la próxima semana para ver los avances porque «sigue habiendo mucha suciedad en la calle».
Zona industrial de Quart de Poblet
El polígono de Quart de Poblet, donde un 70% de las empresas están operativas, vuelve muy poco a poco a la normalidad. «Como ha dejado de llover y el barro está seco, la UME viene con palas a desprender el barro del pavimento y Pavasal está recogiendo enseres», señala la gerente de la Asociación Empresarial de Quart de Poblet, María Ángeles Hidalgo.
Los accesos se han recuperado al 100%, según Hidalgo, y los suministros están casi completamente restablecidos. No obstante, hay empresas que no tienen suministro eléctrico dado que sus cuadros eléctricos han sido dañados por el agua.
«Hay empresas que todavía no están operativas, porque el agua ha dañado mucho la estructura exterior. Hay puertas y cristales rotos, y se están reparando daños hasta poder ponerse en funcionamiento. Hay empresas que me han dicho que hasta enero no estarán al 100%», explica Hidalgo, quien agrega que aquellas compañías que están trabajando no lo pueden hacer «en las mejores condiciones».
Zona industrial de Catarroja
La última semana, explica a este medio Patricia Muñoz, presidenta de la Asociación de Empresarios de Catarroja (AECA), el polígono ha notado un gran avance en las labores de limpieza. «Las primeras semanas era desolador, nadie venía a ayudar a las empresas del polígono, durante estos últimos días, sin embargo, si hemos visto avances».
Pese a ello, todavía tienen problemas con el material que arrastró el lodo y que continúa desperdigado. En concreto, con los cientos de vehículos abandonados que todavía obstaculizan las vías. «Ahora intentamos conseguir que se lleven los vehículos, pero los seguros ya no vienen y no hemos visto una grúa desde hace un par de semanas».
Paralelamente al problema que suponen los vehículos, desde AECA alertan de otra de las situaciones que está lastrando las tareas de recuperación: al polígono de Catarroja no llegan los proveedores. «Muchas agencias nos tienen bloqueados y no entendemos el motivo. No sabemos en qué información se basan para decir que no pueden acceder al polígono, porque si no nos entregan suministros no podremos recuperarnos».
Varias asociaciones que operan en el polígono están tratando de coordinar el aparcamiento de vehículos con el fin de que los trabajos de las máquinas puedan avanzar más rápido. De esa forma, aseguran, han logrado avanzar en horas lo que de normal hubiera requerido días de trabajo. Es un esfuerzo, matizan, otro más, pero «de esta forma lo conseguiremos».
Zona industrial de Aldaia
Desde la Agrupación Comarcal de Empresarios Alaquàs-Aldaia (ACE), su gerente, Inma Giménez explica que hasta el martes todavía habían zonas industriales sin acceso a internet, pero que, casi cumplido un mes tras el desastre, por fin ha llegado.
La de Aldaia, sin embargo, es una situación compleja, ya que no tiene una sola zona industrial, sino tres. Los polígonos más afectados son Encreullades, El Pou, y Sant Josep. En el primero se encuentran afectadas el 90% de las empresas, mientras que en el Pou el 100% y en Sant Josep el 10%. Todos ellos coinciden, no obstante, en la caída de las ventas por el estado de las instalaciones, la falta de maquinaria que se ha perdido en la catástrofe y la dificultad de recibir materias primas por las restricciones y el estado de las carreteras.
«Tenemos a las empresas divididas en dos grupos: aquellas que tienen un daño parcial, han solicitado la ayuda y están a la espera; y aquellas que tienen daños cuantiosos y están a la espera de la cuantificación del daño para poder decidir si pedir ayudas. Hay que tener en cuenta que las ayudas vienen parejas a ciertos requisitos, como la obligación de mantener la actividad. Hay empresas que no se pueden permitir el lujazo de solicitar una ayuda que no van a poder devolver porque o van a abrir», asegura Giménez.
«Por el momento, en Encreullades y El Pou aún quedan empresas por abrir, en torno al 30% de las empresas de esos dos polígonos y un 10% en San Josep y aún no tienen claro si volverán a abrir», explican fuentes de ACE.
El barómetro de Economía 3
Durante las próximos semanas iremos actualizando los datos acerca de la situación en que se encuentran y cómo evolucionan las zonas industriales afectadas. En nuestro papel de ser la voz del tejido empresarial valenciano, en Economía 3 pretendemos fiscalizar el avance de los trabajos de recuperación y transmitir las necesidades de empresas y trabajadores.
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