Una joya del siglo XVIII, ubicada en la calle principal de El Palmar, y cuyo nivel de protección es similar al de La Lonja y la Catedral de Valencia. Hablamos de la Barraca del Tío Aranda -la más antigua de la Comunitat Valenciana-, que fue inaugurada por Economía 3, a través del Club Deportivo Empresarial Alcatí, en septiembre de 2023.
El proyecto de restauración de esta barraca, respetando las técnicas y materiales tradicionales propios de esta joya de la arquitectura valenciana, se inició hace aproximadamente cuatro años. No obstante, algo más de tres han durado las obras, bajo el equipo de arquitectos dirigido por Fernando Vegas y Camilla Mileto. Un trabajo que ha dado sus frutos, pues la barraca acaba de ser nominada a los prestigiosos premios internacionales de arquitectura Materia Award 2025.
Según el jurado del galardón de origen francés, el proyecto de rehabilitación «ha suscitado un gran interés por su enfoque, su diseño a caballo entre la estética y la inteligencia constructiva, y la calidad de su realización». Los ganadores se anunciarán en el Pavillon de l’Arsenal en París (Francia) la primavera de 2025. Hablamos con ambos arquitectos para conocer la importancia de esta nominación.
La nominación de la Barraca del Tío Aranda a los Materia Award
– ¿Qué pone en valor esta nominación a los premios materia? ¿Qué factores se han tenido en cuenta para incluir la Barraca del Tío Aranda en la lista de nominados?
Este es un premio que pone el foco en cómo hacer arquitectura contemporánea o cómo restaurar arquitectura antigua usando técnicas y materiales tradicionales. La nominación supone un gran reconocimiento, pues se trata de un premio muy competitivo, es complicado estar en esta lista. Es todo un honor. Nosotros, como arquitectos, solo con la nominación ya nos damos por ganadores. Ser finalista en estos premios es todo un logro.
– La barraca en un inicio estaba en muy mal estado. Durante el proceso de restauración, ¿cuáles fueron los principales retos?
Constructoras hay muchas, pero artesanos es más difícil encontrar. Personas que te produzcan adobes, que te hagan la cubierta vegetal, el pavimento de tierra, el carrizo…
Hemos encontrado varias dificultades. Por ejemplo, tuvimos un ataque de termitas en activo muy fuerte. Cuando empezamos a trabajar nos dimos cuenta de que las termitas se habían comido ya gran parte de la estructura.
Otra dificultad fueron los muros. En un principio, se trata de una construcción de barro que aguanta muy bien si está protegida de la lluvia. Pero, durante la obra hay que proteger los muros porque si les cae agua se vuelven fango. Bueno, pues justo fue una primavera en la que llovió muchísimo.
De todas formas, nosotros estamos acostumbrados a trabajar con edificios antiguos y es habitual que ocurran este tipo de inconvenientes.
El valor arquitectónico de la Barraca del Tío Aranda
– Siendo una construcción de materiales naturales, ¿de qué manera se mantiene en buen estado? ¿Hay que restaurarla a menudo, se sustituyen los materiales…?
La madera aguanta muy bien, siempre que no le caiga agua encima de manera directa. La cubierta es vegetal y está preparada para aguantar las lluvias. De vez en cuando hay que hacer un mantenimiento y repasarla. En cualquier caso, esa cubierta también tiene debajo una lámina transpirable que da más protección.
El problema de la Barraca del Tío Aranda es que había habido varios años de abandono. No se le había hecho caso. Y, como decía antes, las termitas se habían comido los tirantes de la barraca y los muros se estaban abriendo y cayéndose. Era una situación realmente al límite.
Pero, no hay que preocuparse porque sean materiales naturales. Al contrario, son muy buenos porque dejan menos huella de carbono y nos permite ayudar al medioambiente.
Aprender del pasado
– ¿Qué puede aprender la arquitectura actual de la del siglo XVIII?
Justamente desde la Universitat Politècnica de València (UPV) estamos trabajando en aprender de la arquitectura tradicional para proyectarla hacia la arquitectura contemporánea. Es decir, cómo puedo aprender de lo antiguo para aplicarlo a lo actual. Y, efectivamente, existen millones de cosas que podemos aprender.
Ahora mismo tenemos que mirar al futuro, pero siempre fijándonos en el pasado. El siglo XX, en general, ha intentado olvidarse del pasado y se ha ‘estrellado’ en muchos aspectos. Al final, se ha contaminado más de lo que se debería y se han consumido muchos más recursos de los necesarios. El objetivo ahora es buscar un reequilibrio con la naturaleza.