Somos el primer viñedo del mundo y el tercer productor mundial. El vino aporta valor a la economía y cuenta con gran vocación internacional. En España, el sector vitivinícola es una parte muy importante, no solo de nuestra economía, sino también de nuestra sociedad y cultura.
Según datos de la Federación Española del Vino (FEV), España cuenta con el 13% del total mundial de hectáreas de viñedo, siendo la producción media anual de vino de 36,4 millones de hectólitros. Además, la actividad de la cadena de valor vitivinícola supone alrededor del 1,9% del PIB español. Nuestros vinos se venden en 189 países de todo el mundo, siendo los principales mercados Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Economía 3 entrevista a José Luis Benítez, director general de la FEV.
Las cifras del vino español
– ¿Cuál es la situación actual del sector y qué previsiones tenéis para la campaña 2023-2024?
Según lo que nos van comentando nuestras bodegas, no va a haber problemas de calidad. El tiempo seco y el cambio climático está propiciando que en las zonas más húmedas se necesiten menos tratamientos para problemas de hongos.
Por otra parte, esta campaña nos vamos a encontrar con una vendimia con menos cosecha de lo habitual. La cifra estaría entre un 15 y un 20% menos que se traduce, respecto al año pasado, en unos 4 millones de hectolitros menos. Este dato tiene una gran relevancia porque significaría bajar en España de los 41 a los 37 millones. La media de producción en España está entre los 40 y los 42 millones de hectolitros.
Por zonas, el peso de Castilla-La Mancha es muy grande en volumen y es donde se prevé un mayor descenso. Hay otras zonas donde no hay un descenso tan acusado como en Rías Baixas; o en La Rioja, donde los bodegueros se han autolimitado el rendimiento al 90%.
De todas formas y, a pesar de ser un año más difícil, se mantienen unas calidades mínimas muy buenas gracias a la tecnología. Cada vez hay más superficie de viña ecológica, han disminuido los tratamientos fitosanitarios y hay menos problemas sanitarios en general, con lo cual, las calidades suelen ser buenas.
La menor cantidad de uva ayuda también a que la maduración, dependiendo de las zonas, sea mejor y eso redunda en una madurez más homogénea. Mientras que en aquellas zonas de excesiva sequía observamos que la maduración se acelera y es, en este punto, donde se tienen que afanar los enólogos para corregirlo.
– ¿El descenso de la producción va a suponer que las bodegas españolas tengan que abastecerse en el exterior?
La mitad de la producción española está amparada por denominaciones de origen. De todas formas, la disminución se va a registrar en aquella zona donde la mayor parte de la producción se destina a granel.
Sí que es verdad que puede influir en una disminución de las ventas, pero venimos de una situación que, sin tener unas existencias de vino más elevadas que otros años, incluso por debajo de la media de los últimos cinco años, nos encontramos con que no hay una sensación de escasez. ¿Por qué? Porque estamos en un mercado apático para los vinos tintos, un fenómeno de carácter internacional.
¿Bebemos menos vino?
– ¿Ha descendido el consumo del vino en general?
Da la sensación de que hay un menor consumo en algunos países importantes para nuestros vinos, empezando por España. En la hostelería ha descendido el consumo ya que la gente está a la expectativa debido a la subida de los tipos de interés. El dato interanual de consumo aparente no mejora, pero tampoco está empeorando. Esto quiere decir que estamos ante un dato interanual negativo, que no acaba de recuperarse pero tampoco está empeorando.
Lo que también parece generalizado es el aumento del consumo del vino blanco y de los espumosos como pueden ser los cavas desde hace más de un año, algo común no solo a los vinos españoles sino a los de otros países.
– Si hablamos de perfiles de personas, uno de vuestros hándicaps ha sido atraer a los jóvenes para iniciarles en el consumo del vino. Para ello, las bodegas han creado vinos más frizzantes. ¿Este hecho está incrementando el consumo del vino blanco o se trata de otro perfil o es que el blanco es más barato?
Por desgracia para nosotros, los vinos españoles son demasiado baratos. El perfil del consumidor de vino está vinculado a su desarrollo laboral. La cerveza es un producto que se bebe como el agua, mientras que el vino se bebe de otra manera. No podemos esperar que la gente joven que se vaya a un concierto, en vez de beber cervezas, beba copas de vino. En definitiva, se trata de pautas de consumo asociadas a actividades sociales.
Nuestro fuerte es otro tipo de consumo, acompañando a una buena comida, a las tapas, etc. Yo creo que ha aumentado el consumo entre la gente joven que para nosotros es aquel que tiene 25 años.
De hecho, se está produciendo una atracción de este tipo de público –jóvenes que ya trabajan, que viajan, que visitan las bodegas y catan los diferentes vinos. Pero, insisto, es verdad que es más fácil acceder a la cerveza y que es más barata que el vino. Sin embargo, estos últimos años estamos haciendo un trabajo de desmitificación del producto que era de una nuestras barreras. Incluso, los propios departamentos de marketing de las bodegas están vendiendo el producto de una manera más cercana.
Viñedos españoles
– ¿Ha disminuido la superficie plantada de viñedos en España?
En España se mantiene estable prácticamente desde hace algunos años, incluso hay zonas que se han desarrollado como la Ribeira Sacra, El Bierzo o Canarias. De todas formas, hay una tendencia a enfocarse más en el valor que en la cantidad.
Pienso que es el camino porque no se bebe ni en vasos ni en jarras de medio litro, sino en copa y va asociado a un consumo más pausado. Si queremos avanzar como sector tenemos que poner el foco en vender más valor y no más cantidad.
– Otra cuestión importante es el cambio climático ¿Cómo está afectando a las bodegas?
En muchas zonas está afectando en la elevación del grado, maduraciones más difíciles con fenómenos meteorológicos adversos fuera de época, tormentas de granizo o heladas, sequías extremas… como esta pasando este año que, a pesar de que haya llovido, no se recupera la uva y disminuye la cantidad.
La nueva PAC ya estableció, a instancia nuestra y de la asociación europea, que era necesario tener en cuenta que una parte de las ayudas fueran destinadas a la lucha contra el cambio climático a través de la adaptación y la mitigación.
Los viticultores deben ir haciendo cambios en sus viñedos –además de modificar la altura o la zona (sin salirse de su región o DO)– como la introducción de nuevos patrones, apoyarse en el riego por goteo en zonas donde antes no era necesario, en menos carga de la viña para que madure mejor, en otros tipos de poda…
Cambio climático
– El cambio climático puede provocar que desaparezcan unas variedades de uvas en detrimento de otras?
Se están haciendo estudios y hay variedades más sensibles y patrones que aguantan mejor la sequía. En general, los trabajos que se están desarrollando tanto en España como fuera de ella están relacionados con la recuperación de variedades tradicionales o ancestrales que se adaptan mejor a las condiciones de la zona, aunque todas ellas no dan vinos de calidad.
De todas formas, hay un trabajo continuo en esta línea gracias a la colaboración público privada desde 2010, año en el que creamos la Plataforma Tecnológica del Vino, un punto de encuentro de los agentes del sector tanto de los centros de investigación públicos como de las universidades, las bodegas y las empresas que trabajan en proyectos que analizan cómo afectan las circunstancias climáticas.
– El cambio climático ha provocado que la vendimia comience en agosto y este hecho ha generado una falta de mano de obra.
La realidad es que cada vez hay menos mano de obra que quiera trabajar en el campo. A todo ello se suman los problemas de relevo generacional y que hay zonas donde cuesta mucho encontrar mano de obra que haga la vendimia o lleve a cabo la poda.
¿Cómo se está supliendo? Recurriendo a la vendimia mecanizada ya que la maquinaria ha evolucionado y cuida mejor las uvas.
Sostenibilidad
– La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para vosotros y de hecho, tenéis varios proyectos en los que estáis trabajando.
Desde el punto de vista medioambiental, la viña es un pilar de la sostenibilidad y no solo en España, sino también en Europa y en todo el arco mediterráneo que permite conservar el suelo, la ligazón de ese suelo con el hombre, en este caso al viticultor, y de esa mano de obra necesaria que genera esos otros ámbitos de la sostenibilidad social como es el trabajo y la económica, que es la riqueza en la zona.
Igualmente, viene ligado al turismo. El viñedo y las bodegas son una producción que van más allá de la económica, ya que no puedes llevarte la bodega a otra localidad porque está unida a la viña y al territorio. Precisamente, la posibilidad de que pervivan tantas bodegas en tantos territorios es la peculiaridad del vino y de la viña que, por mucho que el bodeguero quiera estandarizar el producto no lo es. Por eso, la bodega más grande es mucho más pequeña que cualquier cervecera.
Nosotros estamos trabajando para defender que somos sostenibles y que además se nos reconozca con el sello medioambiental Wineries for Climate Protection, único en España auditado por terceros, con unos requisitos validados y trabajados con Aenor.
Se trata del único sello de sostenibilidad que existe en el sector hecho por y para bodegas. Trabajamos para que sea homologable con otros sellos de otros países, como por ejemplo en Italia. Por lo tanto, esta es la iniciativa principal que tenemos y cada vez está más reconocida por la distribución tanto nacional como extranjera, incluso por los monopolios nórdicos. Sin embargo, en España el consumidor no está tan acostumbrado a demandarlo ni en el vino ni en otros productos.
La competencia del vino español
– ¿Nuestra competencia es Francia o Italia o ambos países?
Los tres países productores son Francia, Italia y España. España es el primer país en superficie, suele ser el segundo país en producción, por detrás de Italia y por delante de Francia. Sin embargo, de los tres somos que tiene el peor precio medio. ¿Por qué? Porque vendemos mucho de nuestro vino a granel.
Precisamente vendemos mucho vino a Italia y a Francia que lo envasan como vino de la UE y lo venden muy bien con sus marcas. Nosotros tenemos el hándicap histórico de la comercialización.
Se ha mejorado mucho en tecnología en los últimos años, hay muchas bodegas y vinos de primer nivel mundial, pero falta todavía mucho camino por recorrer en una mayor profesionalización de la comercialización.
– Con lo que en España elaboramos buenos vinos, pero no nos lo creemos.
Sí, sería algo así. En España hemos tendido a vender muy barato y eso al final es un lastre. Quizá nos falta creérnoslo y nos falta empezar a reconocer que el vino debe tener un precio mayor.