Navegando la «light recession», expertos apuntan a una posible recesión
Este mes los expertos de Caja Ingenieros presentaron su informe sobre perspectivas económicas y financieras para el último semestre de 2023 y principios del próximo año. Los principales riesgos del mercado que desde la entidad identifican son factores técnicos como la alta inflación, los problemas geopolíticos y el interés mediático por la recesión.
Bas Fransen, director de Mercado de Capitales de Caja Ingenieros, afirma que la política monetaria restrictiva impactará en la economía provocando una situación de recesión o deterioro moderado, un término que denomina como light recession.
Hablamos con Fransen acerca de a qué hace referencia exactamente este término, cómo nos afecta y qué panorama podemos esperar.
Un deterioro moderado
¿Podría comenzar por explicarnos qué se entiende por «light recession» en el contexto económico y financiero actual? ¿Qué lo diferencia de una recesión más profunda?
Cuando nos encontramos en una situación de recesión o deterioro moderado los expertos en economía utilizamos el término light recession.
No cabe duda de que el contexto actual encaja a la perfección con este término ya que las políticas monetarias restrictivas que se han ido implementando en los últimos 12 meses acabarán por desembocar en una situación de deterioro moderado.
¿Qué herramientas y estrategias suelen utilizar los bancos centrales en el contexto de una «light recession» para estabilizar la economía?
El BCE tiene como principal objetivo conseguir la estabilidad de precios a medio plazo, por lo que no se plantea estrategias para estabilizar la economía.
Es decir, mientras el riesgo inflacionista requiere un mantenimiento de una política monetaria restrictiva, el BCE no se preocupará por la evolución económica.
Solo cuando esté garantizado la estabilidad de precios a medio plazo, el BCE puede dar un paso a posibles recortes de los tipos de interés.
¿Qué recomienda a los inversores?
¿Cómo puede afectar a los consumidores y las empresas en términos de empleo, gasto y confianza?
El mantenimiento de la política restrictiva del BCE impacta gradualmente en las condiciones financieras de la economía (más restrictivas), que a su vez se trasladan a un deterioro de la confianza de consumidores y empresarios, una reducción de actividad crediticia y finalmente un deterioro de la economía.
Este proceso es lento y gradual, y por tanto requiere tiempo.
¿Qué recomendaciones tiene para los inversores que deseen proteger y hacer crecer su capital en el contexto actual?
Teniendo en cuenta la situación actual nuestra recomendación es la incorporación de deuda pública o renta fija corporativa en las carteras. Esta opción se puede hacer vía fondos de inversión, carteras gestionadas u otras opciones que generen income y ayuden a incrementar la estabilidad.
Este componente, en combinación con una posición diversificada en renta variable, mejora sensiblemente el binomio rentabilidad/riesgo de la cartera respecto al pasado reciente.
Indicadores clave
¿Cuáles son los indicadores clave que los inversores y las empresas deben seguir de cerca para comprender mejor el panorama económico en este contexto?
A corto y medio plazo, la variable económica clave en nuestra opinión es la evolución de la inflación subyacente.
La inflación subyacente (el dato de inflación excl. alimentación y energía) indicará su el proceso de desinflación, iniciado hace unos meses, puede continuar y si la pausa de los bancos centrales paulatinamente (en varios trimestres) puede dar paso a un primer recorte de los tipos de interés y por tanto a cierta relajación de las condiciones financieras.
¿Qué podemos esperar?
¿Podría ofrecernos una reflexión sobre perspectivas económicas financieras para el último semestre de 2023 e inicios de 2024?
Tras más de un año y medio en el que el Euribor no ha dejado de subir, el Banco Central Europeo ha pausado la subida de tipos de interés y eso parece que aliviará la tendencia al alza que han experimentado las cuotas de todo tipo de préstamos e hipotecas.
Sin embargo, aunque se trata de una decisión que tiene como objetivo estabilizar los precios y evitar más subidas, su impacto real en la economía, especialmente en las economías familiares, no podrá percibirse hasta aproximadamente junio de 2024.