Finalmente, y tras una dura semana, los mercados de valores europeos y estadounidenses fueron capaces de cerrar con significativos avances durante la jornada del jueves, en una sesión que fue de menos a más y en la que, al menos en Europa, los inversores optaron por obviar el nuevo y sustancial repunte que experimentaron durante la jornada los rendimientos de los bonos.
En el caso del bono con vencimiento a 10 años español cerró holgadamente por encima del 4,0%, nivel que no alcanzaba desde hace casi 9 años. Para los analistas de Link Securities, dicho repunte de las bolsas tiene un importante componente técnico, al estar muchos valores y los índices muy sobrevendidos.
También es factible que el giro al alza de los mercados fuera aprovechado por compañía y gestores de carteras y fondos para «maquillar» algo las cotizaciones, teniendo en cuenta que este viernes es la última sesión de un mes que, en general, ha sido muy negativo para las bolsas occidentales.
Bolsas europeas
En el teatro europeo, la publicación en Alemania de las lecturas preliminares del IPC de septiembre sorprendió positivamente al reducirse sensiblemente las tasas de crecimiento interanual tanto del índice general como de su subyacente, mejorando, además, lo esperado por el consenso de analistas.
No obstante, ni los mercados de acciones ni los de bonos europeos parecieron quedar impresionados, mientras que el euro, sorprendentemente, se revalorizó con respecto al dólar. Parece que en los inversores, especialmente en los de bonos, pesó más el repunte de la inflación general en España. No obstante, para los analistas de Link, esta no sería una buena referencia para adelantar el comportamiento que puede tener la inflación debido al «efecto dopaje».
Por tanto, aseguran los expertos de la sociedad de valores, la reacción de los mercados, especialmente de los de bonos, resulta sorprendente, aunque que no alcanzan a entender por qué fueron tan duramente castigados estos últimos activos en la región durante la última jornada.
Mercado americano
En Wall Street los bonos «marcaron el paso» a las bolsas, lastrando su comportamiento al ceder terreno al comienzo de la jornada, lo que llevó a sus rendimientos a volver a alcanzar sus niveles más elevados desde 2007, concretamente en el caso del bono del Tesoro con vencimiento a 10 años.
En este «mal» comienzo de la sesión tuvo mucho que ver la publicación en EEUU de las cifras de peticiones de subsidios de desempleo semanales, un dato que es una buena aproximación a la evolución del paro semanal, que volvió a sorprender a la baja, situándose a su nivel más bajo en siete meses; las cifras apuntan a un mercado laboral que sigue en niveles históricamente ajustados y que se resiste a «destensarse» a pesar de la política monetaria restrictiva que viene implementando la Reserva Federal (Fed), mercado laboral, por tanto, con implicaciones inflacionistas.
Los datos, por ello, no gustaron a los inversores, ni a los de bonos ni a los de acciones. Sin embargo, en la bolsa estadounidense el giro a la baja que experimentó el precio del crudo a poco de iniciarse la jornada propició la relajación de los rendimientos de los bonos, que acabaron el día con descensos, lo que ayudó mucho a que los principales índices de renta variable estadounidenses se giraran al alza, liderados por los grandes valores del sector tecnológico, arrastrando tras de sí a los europeos, que pudieron de esta forma cerrar la sesión al alza y a sus niveles más altos del día.
A la espera de los datos de inflación
Durante la jornada de hoy toda la atención de los inversores la volverá a focalizar la inflación, ya que por la mañana se publicarán en Francia, Italia y la Eurozona las lecturas preliminares del IPC de septiembre. Si bien se espera que tanto en Italia como en el conjunto de la Eurozona la inflación haya bajado sensiblemente en el citado mes, en Francia los analistas proyectan un ligero repunte de la misma.
Además, y ya por la tarde y en EEUU, junto con los datos de ingresos y gastos personales de agosto se publicará el índice de precios del consumo personal, el PCE, que es la variable de precios más seguida por los miembros de la Fed, de ahí su relevancia. Los analistas esperan que, si bien la tasa de crecimiento interanual del PCE general haya vuelto a repuntar en septiembre como consecuencia del alza de los precios de los combustibles.
También estiman que la del PCE subyacente se ha relajado, algo que, de cumplirse, sería muy bien recibido por los mercados de bonos y acciones -se espera que esta última tasa se sitúe en agosto en el 3,9% (4,2% en julio), su nivel más bajo desde septiembre de 2021-.
Así, unas cifras de inflación que muestren que «el proceso desinflacionista» sigue su curso podrían provocar, «maquillaje» al margen, un cierre al alza de la última sesión del mes de septiembre, mes que ha cumplido con la tradición y ha sido negativo para las bolsas.