Los expertos alertan: nubes negras en la economía española a finales de año
Los últimos años han venido marcados por una sucesión de eventos, algunos de carácter imprevisibles y otros no tanto, que han sacudido por completo la economía mundial. La pandemia de la Covid-19 puso en cuarentena los mercados y la subsecuente crisis, provocada por las tensiones en las cadenas de suministros, se tradujo en toda una serie de desajustes y subidas de costes. La llegada de la inflación y la invasión rusa de Ucrania supusieron el golpe de gracia para los precios de los hidrocarburos y las materias primas.
Pese a un panorama tan aciago, durante el 2022 la economía mundial ha sabido capear el temporal con solvencia, y se ha comportado de una forma muy positiva durante el último trimestre del año. La primera mitad de 2023 también está resultando positiva, con unos mercados laborales y balances empresariales mostrando solidez. Todo ello ha hecho que la economía haya comenzado el año con bastante dinamismo.
Con el objetivo de realizar una radiografía y analizar la situación en la que nos encontramos, el presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Íñigo Fernández de Mesa, y su director general, Gregorio Izquierdo, han presentado el Informe semestral de Coyuntura Económica titulado «La incertidumbre política aumenta el riesgo de desaceleración de la economía española».
El informe señala que a pesar de una cierta persistencia de la inflación y del endurecimiento de la política monetaria, la economía mundial se ha comportado mejor de lo esperado en el periodo reciente, lo que ha llevado a una ligera revisión al alza del crecimiento estimado para el presente año.
¿Cómo se encuentra la economía española?
En el actual contexto estructural, la economía de nuestro país ha demostrado un desempeño favorable tanto en términos de expansión como de evolución de los precios desde finales del año anterior, superando las previsiones iniciales para el conjunto de 2023. Esta positiva evolución ha sido resultado de la reducción en los costos de las materias primas, la reactivación del sector turístico, el sólido comportamiento de las exportaciones de bienes y servicios, y la robustez del mercado laboral.
Sin embargo, explican los expertos del IEE, es importante tener en cuenta que el aumento en las tasas de interés y otros factores de vulnerabilidad en la economía española introducen una cierta cautela sobre el crecimiento económico, lo que resultará en una desaceleración notable en la segunda mitad del año y un crecimiento más moderado proyectado para 2024.
De acuerdo con las previsiones de los expertos para la economía española, se estima un crecimiento promedio del 2,2% para 2023, tras la revisión al alza realizada por el INE al cierre de 2022 y al primer trimestre del presente año.
No obstante, es fundamental diferenciar dos etapas: una primera mitad del año caracterizada por un inesperado dinamismo; y una segunda parte, donde se prevé una clara desaceleración, con un crecimiento de la actividad que podría casi estancarse y que influirá en el escenario para 2024, año en el que se anticipa un avance del PIB del 1,5%.
Según el IEE, tras la revisión del INE, las previsiones económicas para 2023 han mejorado, estimando un crecimiento del 2,2%. No obstante, se prevé una notable desaceleración de la actividad en la segunda mitad del año y un crecimiento muy discreto para 2024, del 1,5%. Con todo, es imprescindible que la economía española siga manteniendo un excedente por cuenta corriente que compense los elevados niveles de deuda externa neta que aún mantiene y que se situaban en el 60,5% del PIB a finales de 2022.
Riesgos en el horizonte
Por su parte, el mercado laboral ha mostrado un comportamiento positivo en los primeros meses del año. Si bien, en los últimos meses está perdiendo dinamismo y se prevé que en la segunda mitad del año prosiga la desaceleración en la creación de empleo. De prolongarse esta situación en 2024, las variaciones de la ocupación serán insuficientes para reducir sensiblemente nuestra elevada tasa de paro.
Según nuestras previsiones, el aumento de la ocupación se estima en torno al 2% para 2023, mientras que en 2024 dicha tasa podría ser del 1,1%. En este sentido, la tasa de paro se mantendría relativamente estable en ambos ejercicios (12,4% en 2023 y 12,2% en 2024).
La inflación será la variable macroeconómica de mayor seguimiento, sobre todo en su componente subyacente. Así, según las previsiones del IEE, el IPC general podría disminuir por debajo del 4%, en media, en el presente ejercicio, y acercarse al entorno del 3% en 2024. En cambio, el IPC subyacente podría superar, en media del año, el 6% en 2023, para converger al nivel de la inflación general (3%) en 2024.
La política podría desestabilizar la economía
Para Íñigo Fernández de Mesa, la evolución de los recursos y empleos de las cuentas públicas durante la última legislatura se ha visto afectada por la adopción de una serie de medidas puntuales que han deteriorado estructuralmente nuestras finanzas públicas. «Ello hace necesario la programación de un proceso de ajuste presupuestario a través de un plan plurianual que consolide las finanzas públicas, principalmente por la vía del gasto, y restaurar y reforzar, a su vez, todos aquellos mecanismos que mejoren las condiciones del medio en el que operan las empresas», ha asegurado.
Y continúa: «El resultado de las elecciones dificulta la formación de Gobierno y genera un escenario de incertidumbre política que aumenta el riesgo de desaceleración de la economía española. El aumento de la incertidumbre influye negativamente en las decisiones y en la actividad, lo que, de mantenerse en el tiempo, puede conllevar un freno adicional a los proyectos de inversión y al empleo».
El problema de fondo, aseguran desde el IEE, es que la economía española se enfrenta a una coyuntura de corto plazo de incipiente ralentización económica, consecuencia, entre otros factores, del endurecimiento de la política monetaria y de las subidas de impuestos y costes de los últimos años. Esta desaceleración se puede intensificar en un contexto político de claro riesgo de inacción a corto plazo, con el consiguiente incremento de la incertidumbre económica.
Reforzar la competitividad
Desde el IEE afirman que la economía española enfrenta ciertos desafíos estructurales, algunos de los cuales se han agravado en la última etapa, comprometiendo su capacidad para mantener tasas significativas de crecimiento económico y empleo en el futuro. Es especialmente preocupante, aseguran, la débil evolución de la productividad, lo que ha limitado el impulso de nuestro crecimiento potencial y ha resultado en un deterioro de nuestra renta per cápita, ralentizando la convergencia con otras economías avanzadas.
Para abordar esta situación, los economistas recomiendan implementar reformas estructurales que mejoren el crecimiento potencial de la economía española, priorizando el aumento de la productividad. También es esencial impulsar medidas que fomenten el desarrollo empresarial y la inversión. Para lograrlo, se requiere fortalecer aspectos que influyen en la competitividad de las empresas, no solo enfocándose en aumentar su productividad, sino también teniendo en cuenta la estructura y evolución del tejido empresarial, factores que afectan la capacidad de la economía para enfrentar choques adversos.
Una política económica que contribuya a mejorar la competitividad debe tener como objetivo estratégico prioritario mantener un entorno macroeconómico favorable. Para lograr esto, es crucial proporcionar un marco institucional y regulatorio estable y predecible, que garantice la libertad empresarial, el respeto a la propiedad privada, la seguridad jurídica y la calidad de la regulación.
Este entorno favorecerá la realización de inversiones en sectores que generen mayores retornos a mediano y largo plazo, es decir, aquellos que impulsen el aumento de la productividad y el potencial de crecimiento económico.
Panorama internacional
A pesar de los buenos datos, los economistas del Instituto avisan de la presencia de riesgos en el horizonte cercano. En general, aseguran, se observa que la segunda parte del año puede ser menos positiva. Analizando la situación por bloques mundiales, la economía norteamericana presenta marcadas debilidades, apuntando a una desaceleración durante la segunda mitad del año.
De forma paralela, la eurozona ha atravesado una recesión técnica debido principalmente a la afectación de la economía alemana, que ha sufrido una caída de su PIB bastante significativo. El otro gran bloque, el chino, ha tenido un buen arranque trimestral, pero parece ser que la economía está también perdiendo bastante dinamismo.
Por tanto, un buen arranque del año, pero existen sombras y riesgos que pueden hacer que la economía, a nivel global, atraviese una segunda parte del año no tan brillante. Hemos tenido un arranque del año con un fuerte crecimiento. Esperamos que la segunda parte del año puede existir una desaceleración importante del crecimiento económico. El arranque ha sido bueno, se ha producido una disminución del coste de las materias primas. El turismo se ha comportado de manera favorable y favorable ha sido también el mercado laboral.