España se encuentra en un escenario económico donde las diferentes generaciones muestran notables diferencias en la forma en que gestionan sus finanzas y comprenden la economía. Mientras que los miembros de la generación de los baby boomers suelen tener una mentalidad más conservadora y enfocada en el ahorro a largo plazo, los millennials y la Generación Z adoptan un enfoque más tecnológico y de consumo inmediato.
Los baby boomers, criados en un período de estabilidad económica, suelen ser más cautelosos al invertir su dinero. Prefieren opciones tradicionales como los depósitos bancarios y las propiedades inmobiliarias, buscando asegurar su futuro y el de sus descendientes. Esta generación valora la seguridad y se basa en su experiencia personal y conocimiento adquirido a lo largo de los años.
Por otro lado, los millennials y la Generación Z, criados en la era digital y con acceso a información instantánea, se muestran más abiertos a nuevas formas de gestionar sus finanzas. Son propensos a utilizar aplicaciones móviles para llevar un control más detallado de sus gastos y a invertir en criptomonedas u otros activos digitales. Estas generaciones, influenciadas por la economía colaborativa y el emprendimiento, también tienden a valorar la flexibilidad laboral y priorizan la experiencia y el propósito en su trabajo.
Según un informe de la entidad bancaria alemana N26, estos son las principales diferencias entre las cuatro actuales generaciones en España.
Las finanzas de la Generación Z o centennials (1997 a 2012)
Como nativos digitales, son superiores a cualquier otra generación en lo que se refiere al uso de la tecnología. Hacen uso de las herramientas digitales para gestionar su economía personal.
Además, muestran un mayor interés por mejorar sus conocimientos y habilidades financieras. Son cada vez más creativos a la hora de gestionar su dinero.
Esta generación suele estar más motivada por la independencia y el aumento de su poder adquisitivo. Eso sí, como contrapartida, tienen grandes dificultades para planificar a largo plazo.
Generación Y o millennials (1981 a 1996)
Los millennials de más edad suelen tener una mentalidad más ahorradora o planificadora. No obstante, cuentan con una menor estabilidad. Su salario bruto es el que más ha cambiado en los últimos 12 meses, por lo que consideran que su fuente principal de ingresos no es recurrente.
Según los datos, es una generación que, con mayor frecuencia, se queda hasta tres veces al año sin dinero a final de mes para alimentos u otros gastos regulares, como la electricidad, el agua o la factura del teléfono móvil.
También, tienen mayores dificultades para afrontar en este momento el pago de las facturas y compromisos de crédito.
Así gestionan sus finanzas la Generación X (1965 a 1980)
En los últimos 12 meses su salario bruto no ha variado mucho. De hecho, más de un 25% asegura que, como máximo, ha fluctuado un 2,2%. Sin embargo, la mitad de las veces su sueldo les permite hacer las cosas que quieren y disfrutar de la vida.
Pueden ahorrar a final de mes entre un 4,4% y un 8,8% de sus ingresos mensuales. Además, reconocen, junto a la Generación Z, que son los que más invierten en educación, ya sea propia o para sus hijos. En concreto, entre el 8,8% y el 16,6%.
Baby boomers (1946 a 1964)
Concentran mayor riqueza con respecto a otras generaciones, ya que acumulan ingresos netos mensuales de entre 2.540 y 3.510 euros. Su forma de ahorro es su gran característica: a largo plazo. Y es que, a diferencia del resto de generaciones, su capacidad económica les permite destinar más dinero para cuando llegue su jubilación, prevista para los próximos años. ¿Cuánto? Entre un 16,6% y un 32,2% de sus ahorros.
Además, casi el 70% de los baby boomers necesitan recurrir a la deuda ante un gasto inesperado equivalente a los ingresos de un mes.