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Así ha conseguido el Premio Princesa de Girona 2023 abrir el mercado espacial

Con una voz que traslada la alegría que solo la satisfacción del trabajo bien hecho te puede dar hablamos con Rafael Jordá. Este barcelonés de nacimiento, pero mallorquín de corazón, acaba de ser reconocido con el Premio Princesa de Girona Empresa 2023. Con apenas 26 años, Jordá puso en macha la empresa que siempre había deseado tener desde que comenzó sus estudios en ingeniería aeronáutica: Open Cosmos.

Esta startup, que ha cumplido siete años y que el ejercicio pasado cerró contratos por valor de 30 millones de euros, ha fabricado algunos de los satélites más innovadores de Europa. Open Cosmos diseña, fabrica y opera satélites capaces de recopilar datos de la Tierra para abordar retos como el cambio climático, el uso de recursos naturales o la conectividad en áreas remotas. Una de las características principales de estos satélites es su tamaño. Son más pequeños que los tradicionales y esto permite hacerlos más rápidos y económicos.

Así ha conseguido el Premio Princesa de Girona 2023 abrir el mercado espacial
Rafael Jordá, Premio Princesa de Girona Empresa 2023

Rafael Jordá, Premio Princesa de Girona Empresa 2023

Premio Princesa de Girona 2023

– En primer lugar, enhorabuena por el reconocimiento. ¿Qué significa para ti ser reconocido de esta manera?

Que se reconozca el esfuerzo, el emprendimiento y el sacrificio que vengo haciendo durante años para hacer crecer Open Cosmos es toda una alegría. Espero que sirva de inspiración y que ayude a mucha gente en España a decidirse a emprender y también para abarcar proyectos ambiciosos en el sector tecnológico.

Proclamación del Premio Princesa de Girona Empresa 2023

 – A los 26 años, creas la empresa Open Cosmos. ¿Cómo es tu recorrido hasta llegar a ese momento?

He tenido la suerte de tener unos padres maravillosos que se han dedicado toda la vida a esforzarse y a entregarse a los demás. Y esos valores calaron en mí desde que era muy pequeño. También he aprendido de muchísimos profesores y de amigos, de gente con la que montaba proyectos en la universidad, y luego cuando pasé al mundo profesional también de gente con la que trabajaba.

Siempre he sido un estudiante muy aplicado, esforzándome mucho para aprender. Era muy curioso y me interesaban muchos temas variados desde matemáticas hasta física, filosofía… Así que cuando llegó el momento de decidir qué carrera estudiar tenía un buen lío en la cabeza. Finalmente, me decidí por ingeniería aeronáutica. A partir de ese momento, empecé a trabajar en un montón de proyectos: cohetes supersónicos de sondeo, sacar imágenes desde globos estratosféricos… Me metía en cualquier proyecto para colaborar en lo que me apasionaba: la ciencia y la tecnología. Y fue ahí donde encontré mi auténtica vocación.

Durante los últimos años de la carrera empecé a trabajar en una startup espacial y luego pasé a Airbus, a la vez que estudiaba un MBA. A los 26 años, tuve una idea, vi que estaba lo suficientemente madura y fluyó. Dejé el trabajo, me vine al Reino Unido a vivir y arranqué la empresa.

El new space de Open Cosmos

– ¿Qué valores se extraen de trabajar en una gran multinacional como Airbus? ¿Qué te aportó a la hora de montar tu propia empresa?

Otra perspectiva. Entrar en el mundo startup tan temprano, cuando aún estaba en la universidad, me hizo ver que existía la posibilidad de emprender, que arrancar empresas en el sector tecnológico era algo posible. Después, ver el sector espacial desde la perspectiva de una gran empresa me hizo darme cuenta del tamaño del mercado, sus características, la complejidad que hay detrás de todos estos proyectos…

Cuando estás en el mundo corporativo te empiezan a surgir ideas de cómo mejorar el sector, cómo aportar más a los clientes y cómo poder resolver retos y problemas globales. Y cuando ves una necesidad que no está cubierta te apetece mucho ayudar.

Satélite de Open Cosmos

– ¿Y qué productos o servicios ofrecéis en Open Cosmos? 

Tenemos tres productos. El primero se llama Open Orbit, consiste en una entrega de misión espacial de principio a fin. Es decir, un cliente viene y pide un dato o un servicio concreto de conectividad y nosotros diseñamos, fabricamos, ponemos a prueba, contratamos un cohete para lanzarlos y, una vez en órbita, operamos los satélites para que él solo tenga que preocuparse de procesar los datos que quiere utilizar. Este producto ha tenido mucho éxito y se ha vendido a grandes agencias espaciales, gobiernos o empresas del sector privado de telecomunicaciones.

Después, tenemos un segundo producto que es el que ahora está creciendo de forma más impresionante: la Open Constellation. Una constelación es un conjunto de satélites coordinados. Y la Open Constellation es una constelación de satélites dónde distintos clientes aportan satélites para beneficiarse cada uno de ellos de los datos que proporciona el sistema completo.

El tercero es Data Cosmos, una plataforma de datos, donde todos los datos que recopila esta constelación, sumado a datos públicos, de terceros o del Internet de las Cosas se armonizan y se ponen a disposición de usuarios, empresas de inteligencia artificial, de análisis de datos para proveer servicios más elaborados, etc. Esto sirve, por ejemplo, para saber cuántos coches hay en una ciudad y que repercusión puede tener eso en el medioambiente o cómo afecta el cambio climático a la desforestación y la desertificación en el sur de España. Toda esa información se extrae a partir del análisis de estas imágenes.

– ¿Cuánto satélites habéis lanzado hasta la fecha?

Hemos lanzado cinco satélites y tenemos ahora mismo 14 en entrega. Algunas de las constelaciones que estamos considerando son ya de decenas de satélites. El futuro es prometedor.

¿Se puede ‘democratizar’ el espacio?

– Tu empresa promueve la ‘democratización’ en el acceso al espacio. ¿Ha cambiado mucho el panorama de empresas dedicadas a este sector, tradicionalmente atribuible a grandes corporaciones o al sector público, en los últimos años?

En el sector espacial hay un cambio de paradigma ahora mismo. Hace años era un sector exclusivamente para grandes empresas que creaban grandes satélites. Cada uno de estos valían centenares de millones y tardaban decenas de años en materializarse. De ahí, surgió la oportunidad de ver que, gracias al desarrollo de esta tecnología, se podía crear algo distinto. Ese cambio de paradigma es el que nosotros hemos liderado desde Open Cosmos en Europa y es el que nos está permitiendo tener el éxito comercial y de crecimiento que estamos teniendo.

Vista desde un satélite

– ¿Se podría decir que estamos en la era del low cost espacial?

No quiere decir que sea low cost realmente porque nuestros satélites todavía cuestan millones de euros. Algunos proyectos que tenemos en marcha, por ejemplo, son de 30 millones. No son low cost y creo que es un error asociarlo así. Pero sí que son proyectos donde se exprime el valor de estos activos todo lo posible.

Me gusta el concepto de abrir el mercado, es decir, abrir esta capacidad tecnológica al máximo de personas. Se trata de compartir un uso más abierto de estas tecnologías y de estos datos para poder abordar retos globales como el cambio climático o el uso sostenible de recursos naturales.

El sector espacial español

– En tu experiencia, ¿cómo ves el sector espacial español? ¿En qué punto nos encontramos en la actualidad?

Estamos en un momento muy dulce porque hay muchísima capacidad y talento. De hecho, muchas de las empresas que están creciendo en este sector son personas que nos conocemos desde que éramos estudiantes e, incluso, competíamos entre equipos universitarios en concursos de cohetería. Por ejemplo, PLD Space. Y ahora está a punto de lanzar su primer cohete suborbital y es muy emocionante también para nosotros ver eso. Nosotros somos líderes en satélites y ellos en cohetes en Europa.

En España hay mucho talento, pero no nos tenemos que dormir en los laureles porque ese talento está, pero si no hay contratos potentes, contratos ancla que se puedan proporcionar a estas empresas que están en pleno crecimiento para poder convertirlas en grandes empresas a nivel internacional, nos vamos a quedar atrás respecto a otros países de Europa y de Estados Unidos.

Así que yo creo que es un momento clave para que todos los proyectos que van a salir del Perte aeroespacial se aceleren, se pongan muchos recursos detrás y se permita que estos grandes contratos gubernamentales sirvan para que las empresas que lo están haciendo bien en el sector puedan crecer y competir en un entorno internacional.

– ¿Y cómo se posiciona España respecto al resto de países de Europa?

A nivel de talento, estamos muy arriba. A nivel de inversión en el sector, sí que está creciendo pero todavía estamos bastante por detrás de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.

Y luego a nivel de empresas estoy viendo una oleada de emprendimiento y capacidad tecnológica que está surgiendo que es muy prometedora. Nosotros integramos misiones enteras, así que nos encanta ayudar a todo el sector vehiculando cada uno de los productos que las distintas empresas están desarrollando. Tenemos proveedores de temas de propulsión, de electrónica, de lanzamiento… Podemos articular toda esa cadena de valor y desplegar los satélites para que luego el dato y la información puedan llegar al usuario final.

Me encantaría que Open Cosmos fuera un instrumento para que nuestro país pueda vertebrar el desarrollo del llamado new space o nuevo espacio.

El proyecto en la actualidad

– A nivel financiero, ¿en qué punto se encuentra la compañía? ¿Cuál fue la facturación del último año?

El sector espacial es un sector donde tradicionalmente hay una inversión inicial de recursos muy grande. Y es sorprendente porque nosotros como empresa ya tenemos beneficios a pesar de tener solo siete años. Estamos duplicando el crecimiento año tras año. El ejercicio pasado cerramos contratos por encima de los 30 millones de euros. Para que te hagas una idea el anterior fueron por valor de 14 millones de euros.

– ¿Y qué expectativas tenéis para 2023?

No me gusta hablar de futuro, me gusta hablar de lo que hemos conseguido. Pero creo que la trayectoria justifica seguir con esta tendencia de crecimiento de doblar año a año y de mantener la empresa con ebitda positive y un crecimiento orgánico sano.

– ¿Y algún proyecto que tengáis en marcha o que vayáis a desarrollar este año?

Tenemos un montón de proyectos en marcha. Estamos desarrollando unos satélites para la Agencia Espacial Europea; en unos meses, lanzamos un satélite de alta resolución que hemos desarrollado para la ESA y el gobierno británico; otro que vamos a lanzar a finales de año para Andalucía y que combina observación terrestre con el Internet de las Cosas; uno más con cámara infrarroja para Canarias a finales de año… Se nos viene mucho trabajo encima.

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