Los últimos 25 años han puesto de manifiesto que los planteamientos económicos que relegan la política económica a un papel de mero gestor de recursos estaban equivocados. Así al menos lo cree Gonzalo García Andrés, secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, en su conferencia titulada «Análisis de la economía española: situación actual y retos de la política económica», invitado por el Consejo General de Economistas (CGE).
En opinión del secretario de Estado, tras las experiencias de la crisis económica de 2008 primero y la pandemia después, la política económica moderna debe tender a una mayor implicación, ya que, asegura, dejado simplemente a su libre funcionamiento, el mercado «puede tener épocas de estabilidad sin duda, pero tiende a la inestabilidad y la desigualdad».
«La nueva política económica aborda de manera activa y coherente el funcionamiento de una economía de mercado, con el objetivo de conseguir el mejor resultado en términos de estabilidad, de crecimiento, de empleo y de reducción de la desigualdad», ha asegurado García.
Balance positivo
Los últimos cuatro años han sido especialmente complicados en muchos aspecto. Con el fin de la pandemia nuestra economía vivió una recuperación muy intensa, la cual se ha visto frenada por un gran problema de oferta de naturaleza exógena. En palabras de García, «hemos estado años afrontando el riesgo de deflación y de repente nos hemos encontrado con un problema de inflación serio».
Las buenas perspectivas del año 2022 quedaron truncadas por la invasión y la guerra de Ucrania. El subsiguiente impacto económico y la multiplicación de los precios del gas, así como una subida sin precedentes de los costes de otras materias primas para producir alimentos, que seguía a un problema de oferta… una tormenta perfecta a la que la economía ha hecho frente este año.
Sin embargo, el resultado según García es positivo: «históricamente la economía española, frente a este tipo de shocks externos, era muy débil. Viendo los números definitivos del año 2022 creo que el conjunto de la economía ha obtenido un resultado sobresaliente».
Logros de la Administración
García ha sacado pecho de unas medidas que asegura tienen «un fuerte componente europeo». La respuesta política del Gobierno, asegura, ha logrado bajar los precios de la energía en un momento en el que «el shock podía propagarse por toda la economía y haber tenido un impacto mayor».
«Además se ha compensado el incremento de costes en las familias más impactadas, siguiendo el criterio de apoyar más a quien más lo necesita. Hemos tenido un crecimiento equilibrado por encima del 4%, en un año en que las familias han notado el incremento de gasto», ha explicado el economista.
Y añade: «por supuesto hemos tenido que pagar más por el gas y por el petróleo. Cada mes se han batido récord de exportación de bienes, ha sido un año también de recuperación del turismo. Pese a ello, uno de nuestros sectores fundamentales de exportación, que es la automoción, se ha visto lastrado por la escasez de semiconductores».
Reforma laboral
El segundo de los puntos fundamentales de estos últimos años para el Gobierno es la reforma del mercado de trabajo. Históricamente el punto débil de la dinámica macroeconómica española ha sido la inestabilidad y poca resistencia del empleo, que, con la llegada de recesiones se destruía con mucha facilidad.
«Esto se traducía en una ineficiencia brutal, pocos incentivos a la formación y problemáticas sociales. El conjunto de reformas que ha impulsado el gobierno asociado al plan de recuperación, el mercado de trabajo ha sido crucial. Fue una experiencia muy intensa de cómo la política económica bien hecha puede contribuir a mejorar de manera duradera la economía. Fue un ejemplo de responsabilidad por parte de la patronal y los sindicatos», ha asegurado García.
El mercado laboral, mantienen desde el Gobierno, ha llegado a niveles de población activa y empleo similares a los registrados en 2008. El economista también ha incidido en el 7% de aumento de la tasa de temporalidad, lo cual se traduce en un empleo de mayor calidad.
Desafíos de los próximos años
Durante la última parte del pasado año y las primeras semanas de 2023, las visiones más pesimistas con respecto al futuro económico se van matizando y algunas incluso se revisan al alza. La perspectiva muestra que aquellos riesgos más extremos, el racionamiento de gas en Alemania y los problemas de estabilidad financiera a corto plazo, son ahora menos probables.
La previsión del secretario de Estado pasa porque el año que viene «seguirá requiriendo una política económica activa y trataremos de completar el trabajo que se ha hecho desde 2018 para poder seguir avanzando. Habrá incertidumbre, pero partimos de una base muy sólida y con más confianza de los agentes económicos. Hay una aceptación general de que la economía española está en una posición mejor al resto del entorno».
«Uno de los retos seguirá siendo la inflación, que esperamos que siga la línea de descenso y que se ha situado entre los más bajos de la Unión Europea. Por tanto, esperamos que el descenso prosiga. El nivel de la subyacente sigue siendo bajo, el inicio del año está muy marcado por la adaptación de medidas, como la rebaja del IVA centrada en el precio de los alimentos», pronostica García.