La pandemia de la Covid-19 tuvo un impacto sin precedentes para la economía global y puso en jaque a la mayoría de las empresas, que se enfrentaban a un escenario desconocido. Algunas de esas empresas, sin embargo, fueron capaces de reaccionar rápidamente y de encontrar oportunidades para crecer en este contexto tan adverso.
Con el objetivo de detallar el perfil de dichas empresas, el Observatorio de Gobierno, Estrategia y Competitividad de la Empresa (GECE), surgido de la colaboración entre CaixaBank y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE); ha analizado los elementos de estas firmas a las que ha denominado «ágiles».
Las empresas «ágiles» son empresas que tienen la capacidad de reaccionar con agilidad ante situaciones complejas, detectar oportunidades y lograr mejoras en sus ventas, incluso en situaciones muy hostiles. Sus características combinan esa agilidad, con el logro de niveles de competitividad elevados. Para el GECE, este pequeño grupo de empresas ágiles y altamente competitivas constituyen «un grupo de gran interés como referente para otras empresas».
Sectores «difíciles» y empresas «ágiles»
No todos los sectores económicos sufrieron la pandemia con la misma intensidad. Según los datos del estudio, es la hostelería la que lidera la lista de sectores más afectados. Tras ella se encuentran las actividades artísticas, el transporte y los servicios. También hubieron sectores que apenas recibieron el impacto de la pandemia. Entre ellos las actividades financieras, la agricultura y la ganadería o las actividades inmobiliarias.
En este contexto, son aquellas empresas que han logrado aumentar su volumen de ventas las que muestran un indicador de capacidad para encontrar oportunidades comerciales en un contexto plagado de restricciones y contracción económica; esto es, la respuesta inmediata. El perfil de las empresas que consiguieron aumentar su volumen de ventas se corresponde con aquellas capaces de resistir el impacto y de encontrar oportunidades en las situaciones más adversas.
Según el estudio, 1 de cada 3 de estas empresas ágiles son empresas que combinan su capacidad de detectar oportunidades, con el logro de niveles de competitividad muy elevados. Estas constituyen un grupo de referencia especialmente interesante, puesto que no solo son capaces de identificar y aprovechar oportunidades comerciales en contextos hostiles, sino que lo hacen manteniendo un buen rendimiento en diferentes ámbitos (rentabilidad, solvencia y productividad) en comparación con las empresas de sus respectivos sectores a nivel nacional.
Cuestión de tamaño
Entre aquellos sectores que se han visto menos afectados por la pandemia, las empresas ágiles se caracterizan por un tamaño ligeramente inferior al de la media de su sector. Sin embargo, recoge el estudio, el grupo de empresas que ha soportado bien el impacto y que, simultáneamente, muestra elevados niveles de competitividad (ágiles de alta competitividad) se caracteriza por tener una dimensión notablemente superior al promedio de cada sector.
La importancia de aspecto reside en que la agilidad se asocia muchas veces a la flexibilidad, esto es, a una empresa pequeña. Sin embargo, tal y como se aprecia en los datos, también es posible encontrar agilidad en una empresa de mayor tamaño. En estos casos, además, se asocia a buenos resultados y alta competitividad.
Por contra, en aquellos sectores más afectados por la crisis, las empresas más exitosas presentaban una dimensión notablemente superior al promedio de cada sector, especialmente en el caso de la actividad comercial y el de la construcción. Los resultados del estudio apuntan a que, en las circunstancias más adversas, el tamaño supone un factor de apoyo para la reacción.
Las más competitivas
Un elemento que resulta fundamental para las empresas más ágiles, son los superiores niveles de competitividad que alcanzan con respecto a la media sectorial. Esta suele estar asociada con una mayor capacidad para responder de forma rápida a situaciones adversas.
El informe de GECE recoge que en todos los casos, independientemente de que formen parte del sector más o menos afectado, las empresas más ágiles se sitúan 3 puntos (del índice GECEcomp) por encima de la media. En el caso de las empresas calificadas como ágiles y de alta competitividad, el valor está más de 20 puntos por encima del resto.
Por tanto, no existe demasiada diferencia en términos de competitividad entre aquellas empresas más ágiles de los sectores poco afectados y su media. En caso de añadir a la agilidad la competitividad, la variación con respecto a su media sectorial se dispara un 35%.
De puertas afuera
Por último, el estudio deja claro que para aquellos sectores más afectados por las medidas restrictivas de la pandemia, ha sido fundamental contar con una buena baza exportadora. Las empresas ágiles de estos sectores han mostrado un perfil internacional más amplio, con una importante proyección exterior, que ha resultado fundamental a la hora de capear una situación especialmente negativa en el mercado local.
Tal y como recoge el informe, la agilidad de las empresas ante una situación adversa les permite encontrar oportunidades para hacer crecer su volumen de ventas en un contexto de incertidumbre. Incluso en los sectores más perjudicados por la crisis del COVID-19 existen empresas que han logrado incrementar su facturación, y una tercera parte lo ha hecho combinando esta agilidad con el logro de niveles de competitividad muy elevados.
Así, las empresas ágiles y altamente competitivas se caracterizan por tener un tamaño superior al promedio sectorial, una mayor exposición en los mercados internacionales, así como mejores ratios de productividad.