¿Qué retos, preocupaciones y dificultades atraviesan los sectores más representativos de la economía española?
A través de las asociaciones y federaciones que los representan queremos dar respuesta algunos de sus grandes desafíos, entre ellos, un leitmotiv que se repite en la mayoría de sectores consultados y que en los próximos días iremos analizando: la sostenibilidad.
Pero sin duda, el mayor reto al que tienen que hacer frente en estos momentos es la incertidumbre, tanto la que provoca la crisis sanitaria –que está dando lugar a que nuestras empresas hagan y deshagan sus planes de crecimiento a ritmo de ola–; como la tensión del conflicto entre Rusia y Ucrania, que no deja de escalar.
Entre sus principales preocupaciones también el alza de los precios de las materias primas, el transporte y la energía, que encadenan subidas desde 2021.
Y en el horizonte, una fecha clave para reducir su impacto ambiental, 2050.
La automoción
El sector de la automoción comienza 2022 con los mismos problemas con los que acabó 2021 como son la falta de semiconductores y componentes electrónicos, el alza de precios y la escasez de otras materias primas como el acero o derivados del plástico; además de unos costes logísticos y energéticos fuera de control.
Para tomar el pulso del sector hemos hablado con José López-Tafall, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y con José Portilla, director general de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto).
Desde Anfac subrayan que estos problemas han provocado una caída en la producción de vehículos del 6% en 2021 (hasta noviembre); y solo ese mes cayó un 28% la producción respecto al mismo mes de 2020.
Según López Tafall el desequilibrio entre la oferta de microchips y la demanda, no se podrá normalizar hasta finales de 2022:
«Actualmente el principal problema es el desequilibrio entre la oferta de microchips y la demanda, situación coyuntural que se está prolongando y que no esperamos que se recupere hasta, al menos, finales de 2022».
Incluso Portilla ve esa fecha demasiado optimista, desde Sernauto creen que la crisis «perdurará hasta bien entrado el 2023. La alta demanda de estos componentes, unido a la falta de capacidad para atenderla dado que construir la maquinaria que produce los semiconductores requiere largos plazos, nos aboca a esta compleja situación», apunta.
Las ventas este año: un 26% menos que 2019
No esconden tampoco que la crisis de suministros «está agravando la caída en las ventas de coches».
«La escasez de semiconductores –sostiene López-Tafall– que está afectando seriamente al ritmo de producción de vehículos, ha provocado grandes caídas en las matriculaciones dando lugar a un desequilibrio que no veremos que se recupere hasta finales de 2022″.
De hecho, esperan que el mercado crezca apenas un 3% este año, con cerca de 900.000 nuevas matriculaciones. Esto es un 26% menos que en 2019, justo antes de la pandemia.
¿Subirán los precios?
Desde la patronal admiten que «el incremento del precio de gran cantidad de materias primas como metales férreos y no férreos, materiales poliméricos o productos químicos como el acero o el petróleo, está afectando de manera directa a la recuperación del sector, aunque todavía no podemos prever de qué manera afectará a los precios.»
Pero, más allá del corto plazo, la industria de la automoción atraviesa una gran transformación de cara a la movilidad del futuro.
Los objetivos europeos de descarbonización, cada vez más exigentes, promueven un cambio al que ya están haciendo frente.
«Tenemos los vehículos en el mercado, el crecimiento está siendo exponencial, pero tenemos que ir más rápido si queremos alcanzar la neutralidad climática en 2050«, confiesa el dirigente.
Reto: 340.000 puntos de recarga para 5 millones de coches eléctricos
Es por eso que desde ANFAC proponen una serie de medidas 360º que impulsen la renovación del parque automovilístico y la electrificación, con especial hincapié en las infraestructuras de recarga:
«Ahora mismo tenemos 12.000 puntos de recarga de acceso público instalados y tenemos que alcanzar los 340.000 en 2030 para conseguir impulsar la movilidad eléctrica según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que pide cinco millones de vehículos eléctricos en el parque español en 2030».
Preguntado sobre qué papel pueden jugar los fondos europeos, desde Anfac aseguran a Economía 3 que tenemos una oportunidad única en forma de fondos europeos para la recuperación y el impulso de la movilidad electrificada.
Condiciones y bases para los PERTE
«En concreto, los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación) son una herramienta necesaria para abordar la transformación del sector hacia una movilidad de cero y bajas emisiones. Nos consta que desde el ministerio de Industria ya se está trabajando en el establecimiento, lo antes posible, de las condiciones y bases de acceso; para que las diferentes empresas interesadas puedan acceder a los fondos y poner en marcha los proyectos asociados a la nueva movilidad de una manera eficaz, ágil y sencilla«. Por ello urgen a que no hayan demoras.
De igual modo, entienden que «aunque la dotación asignada a los PERTE es importante, no ha de ser condición única». «Debe acompañarse con una serie de medidas adicionales que impulsen tanto la demanda de vehículo electrificado y el desarrollo de infraestructuras de recarga; como que mantengan la competitividad y salud laboral que han hecho de la automoción española un referente industrial».
Una industria de futuro
A su juicio es el momento de impulsar verdaderamente la industria de la electromovilidad y la conectividad en España; «y mantenernos en la cabeza frente a nuestros competidores en Europa; respecto a la transformación industrial y modal de la automoción hacia la nueva movilidad».
Actualmente, el sector de la automoción es un motor de la economía española que proporciona cerca de 2 millones de puestos de trabajo y genera en torno al 11% del PIB.
Por lo que respecta a Sernauto representa al sector de proveedores de automoción; que cuenta actualmente con más de un millar de empresas en España que facturan 30.200 millones de euros. En 2020, dio empleo a un total de 344.500 personas (directa e indirectamente).
El empleo directo generado por el sector alcanzó las 212.500 personas. De hecho, representa más de 10% del empleo industrial en varias comunidades autónomas.
En 2020, exportó en torno a 17.900 millones, es decir, casi el 60% de la facturación del sector.