Matteco, Veganic y Fibtray: ejemplos de innovación sostenible con el sello EIBT
CEEI Valencia
Hoy en día, la metodología Agile se erige como uno de los enfoques más populares para la gestión de proyectos debido a su flexibilidad y naturaleza evolutiva.
Pero ¿Qué hace que la metodología Agile sea tan exitosa y por qué los gerentes de proyecto confían únicamente en él o lo usan en combinación con otros marcos? La razón detrás de esto es simple. Los beneficios de Agile facilitan el trabajo de los gerentes y les permite tener un mayor control sobre sus proyectos.
En pocas palabras, Agile es un enfoque interactivo para la gestión de proyectos y el desarrollo de software modernos.
En lugar de centrarse tanto en el lanzamiento del producto, los equipos ofrecen un valor tangible del producto en cada interacción.
El enfoque de «fragmentos más pequeños» para el desarrollo de productos, o, de hecho, cualquier tipo de planificación, ha demostrado ser muy efectivo: los equipos pueden entregar resultados más rápido y con menos obstáculos.
La razón principal detrás de esto: la gestión de cambios y riesgos del proyecto ocurre en tiempo real, a diferencia de la gestión de proyectos tradicional.
Agile se basa mucho más en los conceptos de satisfacción del usuario y del cliente, calidad del producto o proyecto, flexibilidad, transparencia y mejora y entrega continua (conocidos ampliamente como CD y CI).
Estas son algunas diferencias entre la metodología Agile y Scrum:

Hay varias ventajas de usar la metodología Agile. Sus aspectos positivos no se ocultan, es muy visible en la organización, aquí hay cinco beneficios de la metodología Agile:
En el desarrollo de la metodología Agile, se utiliza un enfoque iterativo o de mejora continua. Esto significa repetir un proceso hasta lograr el resultado deseado.
La idea es desarrollar una primera versión funcional de un componente de producto. Esta versión no pretende ser perfecta, sino que los usuarios puedan utilizarla para probarla en condiciones reales y luego mejorarla. Así es como puede identificar errores o necesidades insatisfechas lo antes posible y rectificar la situación.
Por otro lado, un enfoque incremental induce el desarrollo del producto pieza por pieza. Los métodos del modelo de cascada dividen el proyecto horizontalmente, es decir, sitio por sitio. En el modelo ágil, el enfoque incremental vertical tiene como objetivo construir elementos funcionales sucesivamente.
Si tomamos como ejemplo el proceso de fabricación de un automóvil:
Con un enfoque horizontal: construyes las ruedas, luego la carrocería, el motor, los faros, el motor, etc.
Con un enfoque vertical: construyes un automóvil muy minimalista que puede funcionar gracias a algunos componentes clave. Luego, cada elemento se mejora agregando elementos secundarios (asientos blandos, pintura, faros, GPS, etc.).
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