Las tensiones crecientes entre Marruecos y Argelia han llegado a la península. Si el grifo del país del norte de África se cierra de manera definitiva España se vería muy afectada. Actualmente, más del 80 % de la energía que consumimos es importada del mercado internacional. El 20 % restante proviene de una mezcla a partes iguales de renovables y energía nuclear. En concreto, según datos de 2020, de entre todos los países que surten al nuestro de gas –Estados Unidos, Catar, Nigeria, Kuwait, Rusia– recibimos alrededor de un 30 % de Argelia.
¿Es España un gran dependiente del gas? ¿Cuáles serían las consecuencias de perder esta fuente de suministro? ¿Se encarecerá la factura? ¿Estamos asistiendo a la antesala de una crisis energética sin precedentes? A todas estas respuestas -y a alguna más- nos responde Roberto Gómez, profesor de Empresa de la Universidad Europea de Valencia y experto en suministro energético.
¿Qué ocurrirá si Argelia cierra el grifo del gas?
– ¿Cómo puede afectar a España que se corte el paso de gas entre Argelia y Marruecos?
Hay dos gasoductos que nos llegan del norte de África. Uno de marruecos y otro de Argelia. El que viene de Marruecos originalmente es un conducto que llega desde Argelia, que es el mayor productor. Marruecos no tiene gas. El gas que utiliza procede de Argelia.
La situación política entre ambos países no es buena. Están a punto de entrar en una guerra y este gasoducto esta cerrado porque el contrato que había ya ha caducado. Argelia no ha querido renovarlo. Este es el conducto que afecta a España. El otro, que llega por Almería, sigue dando servicio. Pero, además hay otra forma de transporte: a través de buques metaneros. Esos barcos están preparados para llevar gas licuado, pero son más caros.
Ya no es solo la escasez de gas, sino la dificultad del transporte lo que puede encarecer el precio. De todas formas, si consultamos los históricos de Enagás, más de la mitad del gas que llega a España es a través de buques metaneros. Esto se explica porque recibimos de Estados Unidos, de Catar, de Nigeria, de Kuwait y de otros países donde no existe un gasoducto que nos lo pueda traer desde allí.
¿Subirá el precio de la energía en los próximos meses?
– ¿Cuánto se podría incrementar el precio de la energía a raíz de esto?
La elasticidad de los precios y de la demanda es muy alta. La energía es un bien necesario y es difícil estimar cuanto va a subir el precio de algo que ya escasea. Los precios son muy elásticos. Pero, si la energía nos falta estaremos dispuestos a pagar lo que haga falta.
El gas no es la única fuente de energía: están los derivados del petróleo, el carbón, las energías renovables, la nuclear… Creo que en el corto plazo el gas no va a bajar de precio porque está siendo demandado por muchos países. Vamos de cara al invierno y el mercado de futuros del gas no tiende a la baja en enero y diciembre. El mercado está anticipando que el precio del gas va a ser alto en los próximos meses.
La dependencia española del gas
– ¿Se podría decir que España es un Estado demasiado dependiente del gas?
El problema del gas es que de forma tácita se ha supuesto que el gas podría ser el sustito a medio plazo del carbón. Es muy cómodo de usar y emite pocos contaminantes. Las centrales de generación de electricidad con gas son relativamente baratas. Montar un ciclo combinado da un rendimiento alto y no es caro.
Son baratas en una primera etapa de inversión y si encima hemos pasado por una época en la que el gas estaba a bajo precio pues lo hemos visto como la salvación porque nos permitía dejar de consumir carbón y no contaminar. Además, la capacidad de respuesta es rápida. Combinado con las renovables es el complemento ideal. Cuando se pone el sol y cae toda la generación de fotovoltaicas hay que salir al auxilio con sistemas alternativos. El mas rápido es el gas o la hidráulica.
Por tanto, si se encarece el gas toda la integración de las renovables se complica. Y de ahí viene el susto de un posible apagón y de no ser capaces de auxiliar al sistema eléctrico en momentos puntales. Antes de decir no soy capaz de producir hay muchas mas herramientas como limitar consumos o disponibilidades.
– Entonces, afirmamos que a corto/medio plazo sería imposible renunciar al gas.
Nosotros extinguimos el consumo de carbón para producir electricidad hará unos dos años. De una forma muy drástica pasamos de producir cinco GW, el equivalente a cinco centrales nucleares, a cero. Como he dicho antes, si falta el gas perdemos un instrumento de apoyo a las renovables muy importante.
Un posible escenario podría ser una transición del carbón al gas o del carbón a las renovables. El carbón contamina pero está ahí. Antes de tener una crisis importante mejor volver a quemar carbón. Podría ser una solución que no tendría un coste económico. Aunque sí político. Pero, ante una amenaza de riesgo… Es atrevido pero sería una alternativa.
¿Habrá un apagón energético?
– ¿Estamos rozando una verdadera crisis energética o las aguas volverán a su cauce?
Desde un punto de vista técnico, de capacidad instalada y de almacenado no tiene sentido lanzar un mensaje de apagón. Creo que esto es algo muy coyuntural. Desde un punto de vista de suministro de materia prima.
Lo que no sé si será tan coyuntural son los problemas geopolíticos. La relación entre Estados Unidos y Rusia no es muy tensa y pienso que lo que estamos viviendo es un reajuste de la economía después de haber pasado de una reducción muy importante del PIB en todos los países de Europa. Estamos queriendo volver a la actividad anterior y eso está creando desequilibrios. No solo en la energía también en los costes de transportes marítimos disparados, la dificultad de importar materias primas o el encarecimiento general de los precios.