tesla fabrica Berlín

Tesla se resiste a cumplir las condiciones del sindicato alemán IG Metall

Tesla anunció en 2019 que comenzaría a construir su primera gigafábrica en Grunheide, un pequeño municipio de Berlín, y sería así la primera gran inversión de Elon Musk, presidente y fundador de la compañía, en Europa. Pero su manera de trabajar no ha gustado al sindicato IG Metall. La compañía americana de coches eléctricos no ha aceptado los convenios colectivos del sector alemán y no se prevé, a corto plazo, que haya un cambio en la forma de trabajar por parte de la empresa de Musk.

El fabricante de automóviles ha sido objeto de críticas por sus tácticas antisindicales en Estados Unidos y ha señalado que tampoco está dispuesto a trabajar con los sindicatos en Alemania.

Dezzimond Vaughn fue un operario durante dos años en la fábrica Tesla de Lathrop, California, hasta que participó en los intentos de crear un sindicato. En octubre de 2017, Vaughn recibió una llamada telefónica en su casa. Le informaban de que Tesla le despedía porque había tenido dos malas calificaciones seguidas en la evaluación de desempeño de empleados. En la carta de despido, el único motivo de la extinción de contrato es el «incumplimiento de las expectativas de rendimiento».

También en 2017, José Morán, trabajador entonces de la fábrica en Fremont, California, se quejó públicamente sobre las condiciones laborales y los salarios en la planta de producción. Musk respondió que esa sentencia de su trabajador «era falsa». Además, el presidente de Tesla, sumido en más de una polémica, afirmó que los sindicatos «eran malos para su compañía».

IG Metall, preocupado por su imagen

El sindicato automovilístico alemán, IG Metall, quiere evitar que Tesla fabrique coches sin firmar los convenios propuestos. No sería la primera vez que la compañía se libra de los sindicatos. Musk compró en 2016 la empresa de ingeniería alemana Grohmann Automation, que actualmente se llama Tesla Grohmann Automation. Adquirió la fábrica sin entrar en el convenio colectivo del sector y le sirvió como prueba para observar como trabajaban los sindicatos alemanes. En su lugar, el fabricante americano de automóviles evitó una huelga ofreciendo a los empleados de la planta un acuerdo comparable al salario medio de la industria, además de opciones de compra sobre acciones.

Stephen Silvia, profesor de la Universidad Americana (Washington), especializado en las relaciones laborales comparadas, señaló que una planta no sindicalizada de las dimensiones que pretende Tesla «sentaría un precedente muy peligroso de que las empresas no tienen que pasar por la negociación colectiva».

Silvia no es el único que opina así. Arthur Wheaton, experto en la industria del automóvil de la Universidad de Cornell en Nueva York, afirma que el sindicato «se arriesga a perder poder de negociación con otros fabricantes si no consigue que Tesla firme el acuerdo». Además, la relevancia de la fuerza sindical es mayor, ya que el sector se enfoca cada vez más a la fabricación de coches eléctricos y estos requieren un 30% menos de trabajadores que los tradicionales.

Apoyos políticos para Tesla

Tesla cuenta con el apoyo del ministro federal de Economía alemán, Peter Altmaier. «El objetivo que tanto Tesla, como todas las demás empresas tienen, es comenzar su trabajo lo más rápido posible», dijo Altmaier con motivo del proyecto de construcción de Tesla en Grünheide.

No es la primera vez que el ministro sale en defensa de la compañía de Musk. Altmaier ya comentó en febrero que las empresas extranjeras no pueden ser discriminadas respecto al programa de financiación del IPCEI (Important Projects of Common European Interest): «La tecnológica CATL no fue capaz de demostrar que estaban realizando actividades de investigación y desarrollo para Europa. Tesla fue capaz de hacerlo», apuntó el ministro de Economía alemán.

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