Con la de 2019 del vino Bassus Dulce, de Bodegas Hispano Suizas, se cumplen diez añadas de una referencia rompedora, desde que saliera al mercado por primera vez con la de 2010. Entonces la Pinot Noir compartía protagonismo con la Bobal, variedad autóctona de Utiel-Requena. Sin embargo, en este vino dulce natural, desde la añada 2016, el enólogo Pablo Ossorio apostó por jugar solo la baza de la tinta borgoñona por excelencia.

Y no iba de farol. Sabía que, en el campo, su socio Rafa Navarro, responsable de viticultura en Hispano Suizas, ha conseguido que la Pinot Noir se adapte a la perfección al terruño requenense, sin renunciar a una personalidad propia, tanto en vinos tranquilos, como en este dulce.

Los granos de Pinot Noir se mantienen en las cepas bien entrada la vendimia, para conseguir que sobremaduren y concentren azúcares. Una de las características de esta bodega es su acertada gestión del frío en todos los procesos, para preservar la frescura e intensidad de la uva y alejar cualquier atisbo de oxidación. Por eso vendimian temprano en la mañana, evitando las horas más cálidas y las cajas de uva son enfriadas hasta los diez grados negativos y son prensadas a esa gélida temperatura, concentrando más si cabe el dulzor.

El mosto fermenta hasta que, mediante el frío, se detiene la actividad fermentativa cuando todavía quedan más de 100 gramos por litro de azúcar procedente únicamente de la uva en el vino. Se obtiene así un vino dulce natural (VDN).
Bassus Dulce Pinot Noir 2019 sorprende por su color, inusual para un rosado de Utiel-Requena; y mucho menos para un vino dulce. De tonalidad rosa salmón, muy pálido, casi acerado, limpio y brillante, con destellos de oro rosa. Muy atractivo y actual. En nariz, Bassus Dulce ofrece una buena intensidad aromática, con aromas a frutos rojos, lichi y fresa. Ligeramente especiado. Tiene profundidad, que crece al agitarlo en la copa. Se suman flores y hierba de monte ligera al conjunto.

Amplio en boca. Gratamente equilibrado. Acidez y azúcar se contrapesan a la perfección para evitar que el vino caiga en el pecado de ser pesado. Encontramos de nuevo la fresa ácida en boca, almibarada, casi como caramelines de fresa. Su acidez limpia el paladar e invita a beber. Sutiles amargos finales le confieren seriedad y persistencia.

Equilibrio: acidez, azúcar y alcohol

Pablo Ossorio, director técnico de Bodegas Hispano Suizas destaca que la añada 2019 se caracterizó por “ofrecer una Pinot Noir con muy buena concentración y con buena frescura”. Así, después de las lluvias de septiembre de 2019, “disfrutamos de cuatro semanas de sol, que ayudaron a conseguir una buena concentración, manteniendo la acidez inicial”. De ahí el equilibrio que sustenta el tridente que forman la acidez, el azúcar y el alcohol. Una estructura que garantiza, además, un buen potencial de envejecimiento para las apenas 2.530 botellas de medio litro que han salido al mercado de la añada 2019 de Bassus Dulce Pinot Noir.