Delta Asesores (1957) lleva 62 años en el mercado y al frente ya está la tercera generación. “Nacimos como asesoría fiscal y contable y posteriormente asumimos otras parcelas como auditoría, gestión patrimonial, reestructuración de empresas, protocolos familiares” y actualmente “estamos capacitados para gestionar cualquier necesidad que tenga la empresa”.
Delta Asesores cuenta con un equipo de 49 profesionales, incluyendo a sus socios y unas oficinas de 1.000 m2, en la Avda. de las Cortes Valencianas, una zona de la ciudad que está en plena expansión. “Somos dos familias: mi hijo, Sergio Valero que está al frente de la sección jurídica, y yo y mi socio Florencio González, junto con su hijo Florencio González Beltrán, que se encarga de la parte fiscal y contable. Cada uno de nosotros contamos con una participación del 25 %”, explica Francisco Valero, socio de Delta Asesores.
Su cartera de clientes está integrada por más de 1.000 empresas, “fundamentalmente personas jurídicas”, matiza.
Hablamos con nuestro entrevistado sobre cómo deben planificar las empresas su vida futura.
En su opinión, “una empresa debe definir su estrategia que estaría integrada por la estructura, los medios a planificar, sus objetivos y, por último, debe tener su propio decálogo en el que hay que tener en cuenta que la anticipación marca la diferencia”.
Para conseguir estos objetivos, “desde Delta Asesores trabajamos en equipo con el cliente y nos implicamos para conocer sus necesidades y su negocio con el fin de darle una respuesta de calidad”.
Pero, ¿cómo se alcanzan estos objetivos? –incide Valero– “gracias a la formación continua de nuestros profesionales que nos permite ofrecer un servicio excelente; manteniendo la confidencialidad y la privacidad; a través de una planificación jurídica, fiscal y patrimonial que proporcionan ahorro y tranquilidad a largo plazo; y la más importante, la empresa siempre debe tener sueños para no desaparecer”, subraya. En esta línea, recalca que toda empresa debe tener ideas y debe “soñar para crecer, competir y formar”.
Igualmente, Valero señala que el empresario no puede ser un ogro con sus empleados. “Ambos deben formar una familia porque tienen ideas que se pueden trasladar al desarrollo de la empresa. Por ello, es muy importante el decálogo que tenga cada una de las empresas”.
Otra cuestión importante para la continuidad de las empresas, a jucio de Valero, es la planificación de la sucesión en la empresa. “Ya que si no existe, no habrá continuidad y esta morirá”.
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