El futuro de Nulexport plantea muchas dudas. La asamblea extraordinaria de socios de la mayor cooperativa citrícola de la provincia de Castellón celebrada anoche en Nules no logró despejar todas las incógnitas de los 500 socios cooperativistas. En una tensa asamblea, la junta gestora no aportó el plan de viabilidad prometido hace un mes y se limitó a cuadrar las cuentas del ejercicio 2018, que no fue bueno y que desencadenó la crisis que desembocó en la dimisión del presidente . Salida que también siguieron algunos socios con grandes extensiones de terreno, algo que agrava la situación de una institución que busca alianzas sectoriales para ser viable.

El presidente de la gestora, Manuel Mezquita, dio cuenta de los datos del pasado ejercicio, un ejercicio malo que se cerró sin reparto de beneficios para los socios. Mezquita, según confirman algunos de los asistentes, les aseguró que las cuentas estaban bien y que la cooperativa es viable. En todo caso, les animó a mantenerse en la institución y les emplazó a una nueva asamblea informativa en la que les informaría de las gestiones que se realizan para buscar socios que refuercen el proyecto.

Pese a ese intento de tranquilizar a los asistentes, éstos ven difícil la continuidad de la entidad si siguen produciéndose abandonos de socios con hasta 100 hanegadas de terreno. Esto afecta a la infraestructura de Nulexport diseñada para atender una producción de 50.000 toneladas de naranja y que, según algunos de los asistentes, en 2018 sólo se trataron unas 40.000 toneladas, que sumado a los abandonos de productores pueden acabar con las perspectivas de futuro de la entidad, salvo que logre acuerdos con otras cooperativas.

Esa pérdida de tonelaje obligará a reestructurar el tamaño de la cooperativa y a plantearse unas nuevas condiciones de viabilidad, algo que genera nuevas dudas entre los cooperativistas. A éstos, el nuevo presidente de la junta, Vicente Vicent como el ahora vicepresidente, Manuel Mezquita, les pidieron que sigan y, caso contrario, que pongan el abandono en su conocimiento con tiempo porque ya están elaborando el plan de futuro.

Así las cosas un buen número de los socios cooperativistas asistentes se mostraron dispuestos a continuar un año más en la entidad, aunque no lo hagan convencidos por las palabras de los gestores, sino ante las dificultades de emprender en solitario. En cualquier caso, según apuntan los asistentes, el malestar y las dudas sobre el futuro no se disiparon.

Nulexport ha hecho gestiones con la cooperativa citrícola local, Cipla, pero ésta, tras someter la opción a su asamblea, descartó llegar a un acuerdo. Ante ello se buscan nuevos posibles socios, sin que por el momento haya opciones claras sobre la mesa.

La crisis interna de Nulexport también afectan al empleo en la comarca de la Plana Baixa, dado que en campaña esta cooperativa generaba mil puestos de trabajo, entre colidors, operarios y trabajadores de oficina. Puestos de trabajo que penden ahora de un hilo, el que asegure la viabilidad de esta empresa que ponía en el mercado una importante cantidad de clemenules. Quizás en esa especialización, descartando la diversificación –apuntan algunos de los socios-, esté la clave para entender la actual situación.