«Lo que más nos preocupa es la pérdida de competitividad y de exportaciones»
El secretario general de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), Miguel Huerta, advierte de las consecuencias que tendría para las empresas del sector cárnico la incorporación en plantilla de los falsos autónomos contratados a través de cooperativas de trabajo asociado. «Lo que más nos preocupa son los costes que se deriven de la pérdida de competitividad de nuestras empresas y la posible pérdida de mercados de exportación«, señala Huerta.
Según apunta el secretario general de Anice, el comercio exterior es uno de los pilares esenciales para la actividad económica de la industria cárnica española y que «por suerte o por desgracia, competimos con empresas de otros países que tienen regulaciones laborales muy diferentes y, me atrevo a decir, que muy distantes de la española«, explica Huerta.
La industria cárnica es el cuarto sector industrial en España
Formado por mataderos, salas de despiece e industrias de elaborados, la industria cárnica es el cuarto sector industrial de nuestro país. Según los datos aportados por la Asociación de Industrias de la Carne, el sector cárnico está compuesto por cerca de 3.000 empresas cuya producción representa una cifra de negocio de 24.000 millones de euros, el 22,3% de todo el sector alimentario español y el 2,2% del PIB.
Además da empleo a 85.706 trabajadores, lo que representa el 24,3% de la ocupación total de la industria alimentaria en España. Desde Anice destacan que la industria cárnica exportó el pasado año más de 2,3 millones de toneladas de carnes, despojos y productos elaborados, superando por primera vez los 6.000 millones de euros vendidos en mercados de todo el mundo, con una balanza comercial positiva del 477%.
Por su parte, las industrias cárnicas de la Comunitat Valenciana representan alrededor del 7% del total nacional, con una especial incidencia en València. A su vez, las empresas valencianas representan el 7% de las ventas exteriores españolas de carne de vacuno, el 8,4% de las de ovino, el 5,7% de las ventas exteriores de despojos, y el 3% de las de productos elaborados.
«No es una práctica generalizada la contratación a través de cooperativas»
Según las estimaciones de Anice, son alrededor de 12.000 trabajadores cooperativistas los que estarían prestando servicio en la industria cárnica. Como apunta Huerta, «no es correcto manifestar que la contratación a través de cooperativas es una práctica generalizada de la industria cárnica, por el simple hecho de que en España hay casi 3.000 industrias cárnicas y la subcontratación de cooperativas no alcanza a un centenar de ellas«.
Como expone el secretario general de Anice, desde hace unos meses el Ministerio de Trabajo hizo un cambio de criterio respecto a la regulación de los falsos cooperativistas, lo que ha dado lugar al levantamiento de una serie de actas por parte de la Inspección de Trabajo, que según apunta la asociación han afectado a unas 40 empresas en todo el territorio nacional.
«Muchas empresas han utilizado a las cooperativas durante años sin problemas, ni con los trabajadores, ni con la Inspección de Trabajo, que regularmente ha visitado sus instalaciones«, expone Huerta.
Se intensifica la actividad inspectora
Anice hace referencia a la aprobación del Real Decreto 997/2018, de 3 de agosto. Como explica Paloma Tarazona, directora de la Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (Fevecta), la inspección de trabajo siempre ha tenido entre sus funciones la potestad de promover de oficio altas y bajas de trabajadores y empresas y su encuadramiento en el régimen de seguridad social adecuado.
«Lo que venía pasando con el caso de los falsos autónomos, y esto trasciende con mucho la situación de la problemática del sector cárnico, es que las empresas daban a continuación de baja a esos mismos trabajadores a través del sistema RED«, explica Tarazona, quien añade que «al final, lo que hace el Real Decreto es bloquear esta posibilidad«.
«Es, en fin, por así decirlo, una medida cautelar que ya existía y que estaba teniendo un impacto limitado por que podía ser “burlada” por la puerta de atrás. Lo que hace el Real Decreto es simplemente sellar esa puerta«, expone la directora de Fevecta.
Como señalan desde la Federación de Cooperativas, la situación que parece que se ha extendido en el sector de mataderos y procesamiento de carnes es que algunas empresas han visto la posibilidad de ahorrar costes a través de la subcontratación de una parte importante de su fuerza laboral a cooperativas de trabajo cuyos socios cotizan en el RETA.
Además del asunto de la cotización, Fevecta apunta a la cuestión de la relación del socio con la cooperativa, que la ley establece que es de naturaleza societaria y no laboral. Esto implica que el socio no está sujeto al derecho laboral y que, por tanto, la cooperativa, es decir, los socios trabajadores, reunidos en asamblea, deben acordar sus propias normas de funcionamiento, lo que es conocido como Estatuto Profesional del Socio.
«Si la asamblea no ha sido particularmente garantista con los derechos laborales de los socios en la elaboración del Estatuto Profesional pueden darse situaciones que llamamos de ‘autoexplotación’ en ámbitos como el horario de trabajo, las vacaciones o incluso la remuneración«, señala Tarazona. Según Fevecta, la inspección de trabajo sostiene que estas situaciones se han dado con frecuencia en las cooperativas del sector cárnico.
Por su parte, el secretario general de Anice señala que el problema que subsiste con los trabajadores autónomos es que quedan fuera del ámbito de aplicación del convenio colectivo del sector, «no por una voluntad expresa de las organizaciones empresariales o de los sindicatos, sino porque es una cuestión meramente legal«, explica Huerta.
Añade además, que las cooperativas de trabajo asociado se han utilizado para permitir una flexibilidad en la organización del trabajo por parte de las industrias cárnicas, favoreciendo su competitividad y las exportaciones. «Esta flexibilidad se ha traducido generalmente en sueldos más altos que los trabajadores amparados por el convenio colectivo«, manifiesta Huerta, quien apunta que «pueden haberse producido casos de abuso, que nosotros condenamos«.
En este sentido, Anice apunta a que está manteniendo negociaciones con los sindicatos y con el Ministerio de Trabajo para una posible modificación del Convenio Colectivo del sector. «Es imprescindible adoptar una solución a esta problemática y estamos ante una oportunidad histórica para lograrlo«, señala Huerta.
Soluciones para la regularización de los falsos autónomos
Para la Asociación de Industrias de Carne, las soluciones pasarían por consensuar de manera tripartita (Ministerio de Trabajo, sindicatos y organizaciones empresariales) la futura regulación del uso de cooperativas de trabajo asociado, de manera que se den garantías tanto para la Administración, como para los trabajadores y empresas. «Las cooperativas son una figura legal, y no pueden ser prohibidas, pero si debidamente reguladas«, expresa el secretario general de Anice.
Huerta también apunta que «sería necesario avanzar en una mayor flexibilidad en el Convenio Colectivo, ya que ese ha sido el motivo del crecimiento de la externalización«.
Por su parte, desde Fevecta señalan que «si lo que se entra a negociar son posibles modificaciones en las normas sustantivas que rigen a las cooperativas o en las normas específicas de Seguridad Social para los socios trabajadores, entonces, entendemos, primero, que esta negociación no puede tener lugar ni estar legitimada de ningún modo si no participan en ella las organizaciones representativas del sector cooperativo«.
Explican desde la Federación de Cooperativas que las soluciones deben pasar por reforzar los instrumentos de la Inspección de Trabajo y mayor formación para que los socios cooperativistas sean conocedores de sus derechos. «Lo que no debemos hacer es legislar para el caso concreto y generar un impacto desafortunado en otros sectores del cooperativismo de trabajo u otros«, explica la directora de Fevecta.
«La clave está en actuar en cuanto se observe algo sospecho o potencialmente constitutivo de fraude y evitar, así, que su extensión genere una imagen de aparente legalidad. Al final, cualquier trabajador y cualquier sector está en riesgo de precarización a través de la figura del falso autónomo, las falsas cooperativas o de otras que quizá todavía están por inventar«, concluye Paloma Tarazona.
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