65 millones de euros de facturación en 2017, 275 trabajadores y 32.000 m2 de instalaciones donde se producen actualmente 14.500 toneladas y que en un futuro muy, muy cercano duplicará dicha producción son solo algunas de las pocas cifras que demuestran la buena gestión realizada por la familia Serrano en la compañía.
– Contadnos la experiencia de Cárnicas Bravo.
– A. S.: Cárnicas Bravo fabricó 10.500 toneledas en 2017 y facturó 45 millones de dólares. Su plantilla la integran 130 empleados. La materia prima proviene de México, Canadá, Chile, Brasil… Excepto el producto terminado como el jamón que lo suministramos desde aquí.
En cuanto a su modelo societario, se trata de una empresa mixta, una peculiaridad que no es obligatoria ni ahora ni en 1996. Es decir, somos socios del Ministerio de Alimentación cubano a través de una corporación. En Cuba comenzamos con 1.000 m2 y ya hemos alcanzado los 12.000 m2.
– ¿Por qué os decantasteis por este país?
– C. S.: En su momento, la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (Fiab) organizó en 1994 un viaje con varios empresarios pero mi tío no fue. Al volver, el secretario general de Fiab, Jorge Jordana nos comentó que el Gobierno cubano estaba interesado en industrias de transformación del sector primario y nos preguntó si nos podía interesar. En aquel entonces desconocíamos las posibilidades que tenía la isla. Organizamos un viaje y vimos que había posibilidades de hacer negocio.
– A. S.: En aquella época, después de que el bloque soviético se disolviera, el turismo era incipiente en Cuba. Poco a poco, las grandes cadenas hoteleras fueron buscando su hueco y estas necesitaban insumos. Lo consideramos y negociamos durante dos años con representantes del Gobierno cubano que incluso se desplazaron a nuestras instalaciones y consideraron el proyecto interesante. Nos embarcamos en esa aventura con mucha ilusión y ha salido muy bien.
– ¿Desde Cuba exportan a otros países?
– A. S.: Solo abastecemos a la isla aunque podríamos exportar. Esta recibe a más de cinco millones de turistas anuales, mientras que cuando empezamos habría unos 100.000. Cuando la pusimos en marcha el objetivo era abastecer al sector turístico. Luego fuimos ampliando la producción y ahora atendemos al mercado minorista -cadenas de supermercado y tiendas–; y al de alimentación social ya que gran parte de la masa trabajadora son empleados del Estado y comen en el puesto de trabajo.
– ¿Repetiríais la experiencia en otro país?
A. S.: Hemos estudiado otras opciones. Trasladarse a otro mercado es complejo pero si encontráramos algún partner idóneo en el sitio adecuado, lo estudiaríamos.
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