El Banco Central Europeo ha hecho público el balance anual correspondiente a 2017, en el que constata la sólida recuperación económica de la zona euro. La economía creció un 2,5%, lo que supone un periodo de 18 meses de crecimiento continuado, la expansión más intensa en la última década y más prolongada en los últimos 20 años. Además, la dispersión del crecimiento en la zona euro se redujo a su nivel más bajo desde que inició la época de la Unión Monetaria.

En su informe, Mario Draghi subraya el crecimiento del empleo en un 1,6%, lo que lo sitúa en el máximo histórico, con una alta tasa de participación de los trabajadores de más edad, mientras el desempleo está a niveles inferiores de 2009. En total se han creado 7,5 millones de empleos desde mediados de 2013, lo que compensa el trabajo destruido durante la crisis.

Los bajos tipos de interés y las condiciones de financiación en la zona euro contribuyeron, agrega el informe, a que el crédito al sector privado registrara el mayor crecimiento desde el inicio de la crisis. Por el contrario, la inflación no tuvo una evolución similar, situándose en el 1,5% de promedio, en buena parte debido al aumento de precio de las materias primas.

Estas divergencias entre perspectivas de crecimiento e inflación hizo que el BCE redujera el ritmo de compras de activos, de 60.000 a 30.000 millones mensuales y a prolongar el programa hasta septiembre de 2018.

El mayor crecimiento nominal contribuyó a mejorar la sostenibilidad de la deuda tanto de las empresas como la de las familias. El BCE señala que el gasto privado ha aumentado, mientras que el endeudamiento se ha reducido.

Los bancos han sido las entidades que han conseguido reforzar sus balances y estabilizar su rentabilidad, gracias al aumento de los volúmenes de negocio y la restricción de los costes. Las entidades bancarias han mejorado su capacidad de absorción de perturbaciones, con unos altos ratios de capital de nivel 1 y una mejora de la calidad de los activos.

También consiguieron reducir los préstamos dudosos, que han pasado del 8% en 2014 al 5,2% en 2017. De todas formas, el BCE considera que hay que seguir vigilando de cerca y reduciendo estos préstamos dudosos.

En cuanto a los riesgos financieros, el BCE recuerda que los mercados permanecieron relativamente tranquilos, aunque aumentó la volatilidad en renta variable a principios de 2018. Sin embargo, la autoridad monetaria europea considera que no se han producido «contagios significativos» en los mercados de crédito de la eurozona.

Otros aspectos que trata la memoria es la puesta en circulación del nuevo billete de 50 euros, que mejora la seguridad de los pagos para quienes siguen prefiriendo el efectivo.

En cuanto a las previsiones para el año en curso, Draghi espera un sólida crecimiento y confía en una reducción de los niveles de inflación a medio plazo.

Por último, el presidente del BCE recuerda que «la política monetaria sigue requiriendo de paciencia, perseverancia y prudencia para asegurar el retorno de la inflación a nuestro objetivo».